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Cuatro razones por las que podría fracasar (otra vez) el voto en el extranjero

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En Estados Unidos habitan al menos 3 millones de connacionales, pero en 2019 ni siquiera el 1% participó en las elecciones generales. En los últimos tres años apenas siete mil  han sido empadronados. Una deficiente campaña de comunicación, políticos que no entienden al migrante y  la inmensidad de Estados Unidos, configuran las condiciones que amenazan con una segunda malograda y costosa votación en el extranjero.

—Me molesta cuando preguntan por qué si estoy en el extranjero me preocupo por las elecciones de Guatemala. Me preocupo porque los guatemaltecos en Estados Unidos estamos jodidos por dos lados: en Guatemala mi prima tenía un negocio en la zona 6, pero tuvo que cerrar por extorsión. Nosotros tenemos que enviarle dinero para que sobreviva. Yo no mando remesas para que los más pudientes se beneficien, yo quiero mandar mi voto porque estoy viendo a la política acabar con el futuro de mi familia, —explica Ben Monterroso, un guatemalteco de 65 años que migró a California hace cuatro décadas.

—Aquí en el parque MacArthur fue donde me dejó el coyote hace 45 años, conozco este barrio de punta a punta, —cuenta Monterroso, invadido por notas de nostalgia en la voz, durante una entrevista el sábado 23 de julio en este parque. Él llegó a Los Ángeles el 27 de enero de 1977, la violencia del Conflicto Armado Interno en Guatemala alcanzaba a los jóvenes estudiantes y, a sus 18 años y sin oportunidades de crecimiento, decidió migrar; una historia que se repite en bucle en la actualidad.

Benjamin Monterroso es uno de los guatemaltecos que busca que el TSE garantice las condiciones para poder votar desde Estados Unidos en 2023. (Foto: David Toro)

Monterroso se convirtió en sindicalista cuando trabajaba limpiando baños en el centro de Los Ángeles en 1981. Es reconocido porque durante las últimas tres décadas ha promovido la participación cívica de los latinos en Estados Unidos por medio de organizaciones como “Mi Familia Vota” y, en la actualidad, a través de la iniciativa “Guatemaltecos en el Extranjero”.  

El Parque MacArthur, donde Monterroso reflexiona sobre el voto, es un enorme rectángulo verde y un lago artificial al medio, con más de 100 años de historia, donde habitan al menos 1 millón 500 mil guatemaltecos, cuyo votos sin duda podría determinar una elección general.

En Estados Unidos habitan unos tres millones de guatemaltecos, 2 millones 964 mil 780 concretamente, según el dato oficial reportado por el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex).

Cuando se habla de migrantes en Guatemala, los gobiernos suelen alabar las remesas y, contradictoriamente, respaldan las políticas de seguridad que reprimen al migrante e impiden lleguen a Estados Unidos. 

En el primer semestre del 2022, los mismos guatemaltecos que reciben un servicio deficiente en las sedes consulares, y que no son tomados en cuenta para los procesos de elección, enviaron 8.711 millones de dólares al país, cifra que representa un aumento del 25% en comparación a los registros reportados por el Banco de Guatemala en el mismo periodo de 2021. 

Las votaciones en el extranjero son algo nuevo para Guatemala, el primer proceso fue en 2019. El Tribunal Supremo Electoral asignó Q47 millones para efectuar el proceso y obtuvieron un funesto resultado, los números hablan solos.  

Apenas 734 personas votaron en la primera vuelta y para la segunda solo 521, de los 62 mil guatemaltecos radicados en Estados Unidos empadronados para aquella cita electoral. Es decir, solo un 1.18% de los empadronados asistió a las 109 mesas electorales que se colocaron en los escasos cuatro centros de votación ubicados en Los Ángeles, California; Nueva York; Houston, Texas y Silver Spring, Maryland. Es decir, solo un 0.4% de los guatemaltecos que viven en Estados Unidos participaron en la contienda electoral.

Una líder comunitaria de Los Ángeles posa frente a una pancarta de la elección presidencial en 2019. (Foto: Los Angeles Times)

“Aunque los resultados fueron malos cuantitativamente, contar con la norma es un gran paso positivo”, opina Julio Solorzano, ex presidente del TSE durante el proceso de elección del 2019. A criterio del ex magistrado, la mayor dificultad en aquella oportunidad fue la emisión del DPI en Estados Unidos. 

Tres años después las cosas no han cambiado mucho y el panorama para la elección del 2023 no promete un cambio. En Los Ángeles, la ciudad con más guatemaltecos, persiste la indiferencia en el año preelectoral.

4 razones por las que podría fracasar otra vez el voto en el extranjero 

1. La comunicación, un talón de aquiles 

La mañana del 28 de julio, un centenar de guatemaltecos hace cola para tramitar documentos en el Consulado General de Los Ángeles. Entre ellos, William Ramos, originario de Santa Rosa, quien trabaja como conductor de transporte pasado. Ramos asegura que no se enteró que en 2019 podía votar.

—No tengo DPI, hoy vine a tramitarlo, ni idea de que acá se va a poder votar, tampoco sé cómo empadronarme, pero si se puede, participaré, —asegura Ramos.

Con un clima superior a los 30 grados centígrados decenas de guatemaltecos deben hacer cola por horas para obtener un documento de identificación en el consulado de Los Ángeles. (Foto: David Toro).

El TSE ha gastado alrededor de Q3 millones para movilizar a su personal de Guatemala durante las campañas de empadronamiento en las sedes consulares, que son la representación de la institucionalidad de Guatemala en el extranjero. Guatemala cuenta con 20 consulados y una embajada en un país con una extensión de 9 mil millones de kilómetros y 50 estados. 

El cónsul José Rodríguez, quien está al frente del consulado de Los Ángeles desde septiembre de 2021, aseguró que el personal de la misión tiene la orden de consultar a los guatemaltecos sobre si se han empadronado cada vez que asisten a una ventanilla para tramitar un documento.

En todo el consulado de Los Ángeles solo hay un pequeño cartel que anuncia los pasos para empadronarse. (Foto: David Toro)

El Tribunal decidió  ofrecer el servicio de empadronamiento en unidades móviles itinerantes que se han colocado en diversas ciudades de Estados Unidos desde mayo del 2022, como en Trenton, Nueva Jersey, Mississippi, Nebraska, Miami, Las Vegas y Los Ángeles. 

El siguiente mapa ilustra la cantidad de guatemaltecos que habitan en cada Estado, los DPI pendientes de entregar por sede consular y la cantidad de personas que han sido empadronadas de enero a junio del 2022, según datos internos del TSE a los que No-Ficción tuvo acceso. 

“Las autoridades nos han pedido ayuda para convocar a la comunidad para que lleguen a empadronarse, pero avisan uno o dos días antes de la jornada, así es imposible lograr que la gente se movilice. Las distancias son largas y moverse un día para empadronarse representa perder un día de trabajo”, explicó Ben Monterroso. 

Para el ex magistrado Solorzano, el tema de la divulgación es una complicación que influirá en los resultados. “En Guatemala el tema de contratar medios de comunicación en el extranjero es un proceso tedioso y no tan viable, por eso se le apuesta a las plataformas consulares”, explica. 

Mientras que el Consul Rodriguez admite que para lograr que el mensaje llegue a la población guatemalteca es necesaria una campaña de comunicación masiva. “Necesitamos llevar el mensaje a la radio, a la televisión, tenemos que ser muy estratégicos para identificar los lugares donde hay más guatemaltecos” asegura el cónsul.

2. El DPI y el servicio de los consulados 

En la fila del Consulado de Los Ángeles, hay personas que deben esperar entre 4 a 7 horas para tramitar un DPI o un pasaporte, esto se traduce en perder una jornada completa de trabajo. Aunque el consulado se encuentra en un punto céntrico de la ciudad, muchas de las personas proceden de distritos lejanos o incluso de otros condados, las distancias complican la accesibilidad, movilizarse en bus o metro es económico pero desgastante y tardado. 

Una mujer maya ixil sale del consulado a las 4:00 pm hora en la que cierra la sede, después de seis horas de cola para tramitar el pasaporte. (Foto: David Toro)

—El servicio es lento, mi esposo lleva cinco horas esperando que le tomen las fotos para el DPI (…) no nos interesa votar. Cómo vamos a querer votar si ni siquiera nos atienden para obtener un documento, —alega con molestia Marta González, quien acompañó a su esposo a tramitar su dpi el pasado 28 de julio. 

Existe un atraso en la emisión que incide negativamente en la posibilidad de participar en un proceso de elección. Hasta el 15 de julio del 2022, el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINEX) reportó tener una presa de 66,243 DPI pendientes de entrega en el extranjero. Tan solo en Los Ángeles, existen más de 20 mil documentos que no han sido entregados. 

La diputada Ligia Hernández, de la bancada Semilla, criticó la baja cantidad de personas que el TSE ha empadronado en el extranjero. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores, solo 7,056 guatemaltecos en el exterior han sido empadronados, pero las sedes consulares han atendido a 325,550 personas que asistieron a todos los consulados para obtener una matrícula consular. 

Vendedor de productos guatemaltecos en la esquina del Consulado General de Los Ángeles. (Foto. David Toro).

En contraste, el Cónsul General, José Rodríguez, asegura que han cambiado la forma de operar y han abierto el calendario de citas para que las personas tengan más oportunidad de ser atendidas. “Ahora tenemos un número de contacto nuevo, hay tres personas trabajando en el call center para que los usuarios no se quejen de no obtener respuesta”, dice  Rodríguez. 

A criterio del ex cónsul de Los Ángeles, Tekandi Panigua, el DPI es el documento más importante para un ciudadano, sin embargo existe desatención del Estado. “Hasta el año pasado contábamos con 10 computadoras viejas para emitir los documentos, el Instituto de Migración y el Renap han dado un sistema obsoleto”, explica.

Mientras que el cónsul Rodríguez asegura que cuentan con planes para mejorar el servicio, pero se ven limitados por el bajo presupuesto asignado. “Contamos con personal limitado. Los planes de mejoras en el servicio existen, pero con el presupuesto que se asigna actualmente realmente solo nos cubre para funcionamiento”, explica Rodríguez, y asegura que durante el 2022 han entregado 7,904 DPI que estaban pendientes de entregar en California hasta el 22 de julio.  

Juan de Dios de 68 años muestra el anuncio de la venta de “shucos” para la que labora en las afueras del consulado general de Los Ángeles.(Foto: David Toro)

3. Un sistema de votación anticuado 

Cada mañana, Juan de Dios de la Roca coloca su hielera de gaseosas en la salida del consulado de Los Ángeles, aprovecha las jornadas calurosas para vender bebidas refrescantes a los connacionales que salen agotados de las maratónicas y estresantes colas para tramitar sus documentos. Juan De Dios lleva más de 20 años viviendo en Los Ángeles y, aunque su casa está a unas escasas 6 cuadras del consulado, asegura que en el 2019 no se enteró que podía votar en la sede consular en la que trabaja a diario. “A mi nadie me dijo nada, es chistoso porque vengo todos los días y no me enteré”, asegura. 

A 12 meses de las próximas elecciones, el TSE aún no hace oficial cuál será el sistema que utilizará para las votaciones en el extranjero. En la primera experiencia, la presencia de apenas cuatro centros ubicados en todo Estados Unidos, influenció directamente en los resultados. 

El Tribunal no ha tomado una decisión sobre la estratégia y la modalidad de votación que se utilizará, pero en reuniones sostenidas con organizaciones migrantes y diputados se ha discutido la posibilidad de emplear una modalidad electrónica. En los estados con más presencia de guatemaltecos, repetir la estratégia de un solo centro de votación complica pensar que en una sola jornada pueda asistir una cantidad de personas representativa. 

En California, donde habita más de un millón de connacionales, el único centro de votación se ubica en Los Ángeles. De esta forma, los guatemaltecos que habitan en ciudades como San Francisco tendrían que viajar seis horas de ida y seis horas de vuelta por tierra para poder votar. 

La votación presencial anulará la posibilidad de votar para aquellos guatemaltecos que residen en estados donde no se ha planificado implementar un centro de votación, tal y como sucedió en 2019. Por ejemplo, en Oklahoma, donde habitan 18 mil connacionales, el centro de votación más cercano en 2019 estaba en Houston, Texas, a 683 kilómetros de distancia.  

Paso del tren que viaje desde San Francisco hasta San Diego por el este del condado de Los Ángeles. (Foto. David Toro)

En 2019, el Cónsul José Rodriguez era el encargado de la sede consular de Oklahoma City. Rodríguez asegura que durante aquel proceso de elección recibieron quejas de guatemaltecos por la distancia de los centros de votación. “Se nos pidió divulgar la información para empadronarse, pero los plazos fueron muy cortos y los centros de votación estaban muy dispersos”, recuerda. 

¿Es seguro el voto electrónico? 

México se encuentra en un dilema similar al de Guatemala sobre la posibilidad de utilizar un sistema de voto electrónico, y se valora implementar en la próxima elección urnas electrónicas. En el país vecino, expertos como Marco Antonio Baños, ex consejero del Instituto Nacional Electoral (INE), explicó en un foro que este sistema reduce costos, pero advierte que existe miedo ante la posibilidad de violentar la confidencialidad del voto.

En Guatemala, el ex magistrado Julio Solorzano afirma que en 2019 promovió una iniciativa para efectuar el voto electrónico remoto para lograr alcanzar a más votantes. Sin embargo, esta recibió el rechazo de organizaciones políticas por el temor a que la votación pueda ser manipulada.  

Venta de artículos deportivos y banderas centroamericanas en la sexta calle y bonnie, uno de los sectores con mayor presencia de comunidad guatemalteca en Los Ángeles. (Foto. David Toro.)

“Creo que el TSE tiene los suficientes recursos para generar una plataforma segura, es difícil alcanzar al votante del extranjero y al votante que está en aldeas lejanas dentro del propio país. Si se desarrolla un sistema electrónico con credibilidad, podríamos ver un impacto positivo en la participación”, opina Solorzano. 

Políticos de ideologías opuestas no descartan la opción del voto electrónico. Edmont Mulet, secretario general del Partido Cabal, asegura que la única forma de evitar el abstencionismo es usando la tecnología. “La gente en Estados Unidos trabaja todos los días, el voto electrónico es la única forma de garantizar la participación. Países como Honduras y Argentina han experimentado con este sistema, es una cuestión de decisión política”.

La diputada Sonia Gutierrez, jefa de la bancada Winaq, explica que no descarta apoyar esa modalidad si se garantiza la legalidad del proceso. “La propuesta es interesante, pero no existen bases para implementarlo. Me preocupa la certeza y confianza que podríamos tener en una plataforma virtual”, agrega Gutierrez.  

Una vendedora guatemalteca ofrece golosinas nacionales en las calles de Los Ángeles. (Foto David Toro). 

4. Desinterés y desentendimiento de la realidad nacional 

En la sexta calle y Bonnie Brae, de la Ciudad de Los Ángeles, es común en época de elecciones observar a candidatos presidenciales de Guatemala acercándose a los comercios y los vendedores ambulantes para platicar de sus propuestas. “Es que los políticos no entienden al migrante”, asegura Aldo Waykan, un comerciante Maya Q’anjobal que reside en California desde hace más de 30 años. 

—No hay mucho interés por votar porque la mayoría de la gente está más preocupada por cumplir en sus trabajos y enviar dinero a Guatemala. Además, no hay propuestas económicas serias como, por ejemplo, discutir sobre posibilidades de inversión para las remesas que envíamos todo el tiempo, —explicó Waykan.

Oscar Ortíz, originario de  Jutiapa, y residente de California desde hace 10 años, explica a No-Ficción, durante la visita al consulado, que la baja participación se debe a que no es posible generar interés si no existe conocimiento de las ofertas políticas disponibles. “Creo que a los políticos no les ha interesado acercarse lo suficiente a la comunidad y entender que es lo que esperamos quienes vivimos fuera”, asegura Ortiz.   

Oscar Ortiz pagando el trámite de su nuevo pasaporte en la sede consular de Los Ángeles. (Foto: David Toro).

“No le interesa a todos los políticos, porque el votante en el extranjero solo elige al presidente No pueden elegir diputados, cuando el Congreso es un espacio vital donde el migrante tendría que elegir a sus representantes para tener incidencia a nivel local”, expresa la legisladora Sonia Gutiérrez.

Por su parte, Edmond Mulet asegura que los políticos guatemaltecos viajan a Estados Unidos para reunirse con los migrantes no por el interés en el voto, sino porque buscan que el migrante les recomiende con su familia en Guatemala. “Un migrante tiene incidencia en las decisiones de su familia y puede recomendar a un político con unos cuatro o cinco familiares”, añade Mulet.

Un restaurante de comida guatemalteca concurrido una mañana de sábado en Los Ángeles. (Foto David Toro).

La distancia y el ritmo de vida en Estados Unidos provoca una lejanía, no sólo física, sino también en el plano social y político. Una distancia que separa a los migrantes de la realidad de Guatemala. Salir significa nuevas cargas, como la adaptación a un territorio donde, si bien hay muchos guatemaltecos, la cultura no prevalece, y en el proceso de adaptación se suelen desligarse del lugar de origen. 

La importancia del migrante en Guatemala es sinónimo a estabilidad social, esto se puede concluir de los datos que ofrece el último Informe Nacional de Desarrollo Humano publicado el 11 de julio por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, (PNUD), el mismo que el presidente Alejandro Giammattei buscó censurar.

El informe destaca que las remesas han permitido en departamentos como Quiché, Huehuetenango y San Marcos la construcción de viviendas y generar el capital suficiente para ampliar la oferta y demanda de servicios, como la posibilidad de acceso a créditos en cooperativas y bancos locales.

Aunque durante el siglo XXI el migrante guatemalteco radicado en Estados Unidos ha sido el responsable de mantener estable la economía de sus comunidades ante un desentendimiento estatal, sus derechos siguen siendo negados a la distancia como sucede con la posibilidad de elegir y participar activamente en un proceso electoral.