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Bernardo Arévalo, un hombre de consensos

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El “tío Bernie”, como miles de seguidores llaman al candidato a la presidencia de Guatemala, Bernardo Arévalo, no es una alusión al político estadounidense Bernie Sanders, sino como le llaman sus nietos: abuelo Bernie. Hoy quiere ser presidente a sus 64 años, la edad que tenía su padre, el recordado ex presidente Juan José Arévalo, cuando él era un niño de diez.

Es lunes por la noche, el inicio de la semana de la segunda vuelta de las elecciones 2023 en Guatemala. Con un sobre manila bajo el brazo y varios papeles resaltados, Bernardo Arévalo llega a las instalaciones de Canal 7. Está acompañado de agentes de seguridad que le protegen, seis miembros de su equipo, su esposa, la doctora Lucrecia Peinado, y su compañera de fórmula, la doctora Karin Herrera. “Estoy listo, me siento extrañamente tranquilo y confiado” expresa a quienes le acompañan. Allí tendrá lugar el foro presidencial junto a su oponente, Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza -UNE-.

Aunque no es un debate, Arévalo está listo para debatir. Ha repasado su plan de gobierno y el de su contrincante. Ha consultado periódicos, informes, libros y hablado con su equipo experto acerca de los temas más importantes para el país: educación, seguridad, corrupción o migración. Se ha preparado para el foro. Esta será la primera y única vez que cruzará palabras con Sandra Torres previo a la segunda vuelta electoral.

La primera pregunta de los periodistas es: ¿cuál es su plan para garantizar seguridad a la población? Arévalo saluda y dice: “Este 20 de agosto tenemos la oportunidad de cambiar la historia en nuestro país”. Ese ha sido su slogan durante toda la campaña. Arévalo ofrece el proyecto del Movimiento Semilla como un cambio, una nueva “primavera democrática”, y una oportunidad para sacar a los “mismos de siempre” del Gobierno.

“Estoy listo, me siento extrañamente tranquilo y confiado” expresa Bernardo Arévalo a quienes le acompañan.

Durante el debate Sandra Torres lo ataca en cada oportunidad que se le presenta. Lo ataca por el caso de firmas falsas que la FECI abrió contra el Movimiento Semilla, por haber nacido en Uruguay, por haber vivido varios años de su vida fuera del país; por, supuestamente, impulsar la ideología de género. Lo ataca también por el caso de experimentos estadounidenses con ETS en Guatemala bajo el gobierno de su padre, Juan José Arévalo.

La candidata de la UNE se enoja, hace gestos de molestia, titubea, no se expresa con claridad. Él le responde, pero sin perder la compostura. Se mantiene sereno. Sus respuestas se reducen a decir frente a la cámara: “Al pueblo de Guatemala: este es exactamente el tipo de mentiras e información con el que se está tratando de engañarlos y distraerlos”.

Bernardo Arévalo, el candidato del Movimiento Semilla,  bailando con su esposa, la doctora Lucrecia de Peinado durante el cierre de campaña en primera vuelta electoral. Foto: Edwin Bercián
Bernardo Arévalo bailando con su esposa, la doctora Lucrecia Peinado, durante el cierre de campaña del Movimiento Semilla en primera vuelta electoral. Foto: Edwin Bercián

En medio de un proceso electoral lleno de arbitrariedades, en el que los candidatos incómodos al estatus quo fueron bloqueados a través de las Cortes del país, Arévalo se coló. No figuraba en los primeros lugares de las encuestas de intención de voto y, a duras penas, logró aparecer en los últimos con un bajo porcentaje. No parecía una amenaza. No se mostró como un outsider como Carlos Pineda, no llamó demasiado la atención para que el sector político tradicional y conservador lo bloqueara.

Así llegó a segunda vuelta, aglutinando el voto antisistema de la ciudadanía harta de la corrupción, y del bajo desarrollo social en el que está hundida Guatemala. También de aquella población que se quedó sin representación desde el inicio por la no inscripción de Thelma Cabrera. De los jóvenes universitarios de la Ciudad de Guatemala, pero también de aquellos que, en Huehuetenango, lo recibieron recientemente con playeras moradas y una porra a su partido.

Aunque él lo decía repetidamente, en sus videos y mítines: “no vinimos a ganar las encuestas, si no las elecciones”, nadie le creyó. Nadie lo vio venir.

El candidato de Semilla, Bernardo Arévalo, en el Parque Central de Ciudad de Guatemala, un día después de conocerse que había pasado a segunda vuelta. Foto: Edwin Bercián.
El candidato de Semilla, Bernardo Arévalo, en el Parque Central de Ciudad de Guatemala, un día después de conocerse que había pasado a segunda vuelta. Foto: Edwin Bercián.

No es un político tradicional, pero sí se ha preparado toda su vida para este momento. No solo por ser el hijo del primer presidente electo democráticamente en el país, Juan José Arévalo Bermejo (1945 – 1951), sino también porque toda su trayectoria se ha dedicado a trabajar en procesos de consolidación de democracia en países militarizados.

Arévalo es fundador de Semilla desde 2014 y 15,  cuando esta agrupación aún no pretendía ser un partido político. Arévalo recién volvía al país tras una larga estadía en Ginebra, Suiza; había vivido más de 10 años entre ese país, Liberia, Palestina y Chipre.

Sus primeros años, de Uruguay a Venezuela

César Bernardo Arévalo de León nació en Montevideo, Uruguay, el 7 de octubre de 1958. Es uno de los cinco hijos de Juan José Arévalo Bermejo, el primer presidente electo democráticamente en Guatemala en 1944. La madre de Bernardo Arévalo es Margarita de León, la segunda esposa del expresidente.

Los hijos Arévalo de León, Silvia, Dora, Eduardo, Martín y Bernardo (a la izquierda con anteojos), en el medio de sus padres Juan José Arévalo y Margarita de León. Foto: Álbum de la familia cortesía a No-Ficción
Los hijos Arévalo de León: Silvia, Dora, Eduardo, Martín y Bernardo (a la izquierda con anteojos), junto con sus padres Juan José Arévalo y Margarita de León. Foto: Álbum de la familia cortesía a No-Ficción

Juan José Arévalo, conocido como el “presidente de la democracia” fue un educador, político, diplomático y escritor guatemalteco. Arévalo es recordado por su papel fundamental en la Revolución del 44, un movimiento social y político que transformó Guatemala.

La Revolución del 44, también llamada la Revolución de Octubre, fue un acontecimiento crucial en la historia de Guatemala. Este movimiento popular, que se desarrolló a partir de 1944, derrocó al régimen autoritario de Jorge Ubico y marcó un punto de inflexión en la política guatemalteca. La revolución fue impulsada por una coalición diversa de fuerzas, incluyendo estudiantes, trabajadores, militares y sectores descontentos de la sociedad.

La Revolución del 44, también llamada la Revolución de Octubre, fue un acontecimiento crucial en la historia de Guatemala. El ascenso de Juan José Arévalo a la presidencia en 1945 fue un resultado directo de esta revolución.

El ascenso de Juan José Arévalo a la presidencia en 1945 fue un resultado directo de esta revolución. Durante el gobierno de su sucesor, Jacobo Árbenz Guzmán, Arévalo Bermejo fue nombrado embajador itinerante en Europa y otros países de América Latina.

Para la caída de Árbenz en 1954, Juan José Arévalo se encontraba en Chile donde vivió al menos cuatro años. En 1958 se instaló en Uruguay. Allí, en Montevideo, nació Bernardo, su cuarto hijo con Margarita de León.

El candidato Bernardo Arévalo cuando tenía unos meses de edad. Foto: Cortesía álbum familiar.
El candidato Bernardo Arévalo cuando tenía unos meses de edad. Foto: Cortesía álbum familiar.
Bernardo Arévalo, actual candidato a la presidencia de Guatemala, junto a su padre, el ex presidente Juan José Arévalo. Foto: Cortesía álbum familiar.
Cuando nace, Bernardo Arévalo, su padre Juan José Arévalo ya tenía 54 años. Foto: Cortesía álbum familiar.

En Uruguay, Bernardo y su familia vivieron, si mucho, 10 meses. De hecho, ni siquiera cuenta con nacionalidad uruguaya, pues fue registrado en el consulado de Guatemala en ese país. Sus orígenes son de Taxisco, Santa Rosa, el municipio donde nació su papá.

Durante esos meses, mientras Bernardo era un bebé, Árbenz llegó a Uruguay y se encontró con Arévalo padre. Uruguay era un país en el que se podían encontrar tras la debacle política en la que se encontraba Guatemala, según cuentan personas cercanas a Bernardo, que prefieren mantenerse en el anonimato y que han aportado más recursos a este relato.

Unos meses más tarde, Juan José Arévalo y su familia se trasladaron a Venezuela, después de que ofrecieran al expresidente un puesto como profesor en Caracas, en la Universidad Central de Venezuela. Bernardo cumplió su primer año en este país, en 1959.

Unos meses más tarde Juan José Arévalo y su familia se trasladaron a Venezuela, después de que ofrecieran al expresidente un puesto como profesor en Caracas, en la Universidad Central de Venezuela.

En 1963, cuando Bernardo apenas tenía 5 años, su padre intentó volver a Guatemala, bajo la probabilidad de postularse de nuevo como presidente, pero tras dos días en Guatemala se trasladó a México. El ejército le había dado un golpe de Estado al entonces presidente Ydígoras Fuentes y el panorama no era positivo para volver a hacer política partidaria.

Eventualmente, la familia Arévalo de León regresó a Chile. Según un ensayo de Bernardo publicado en 2016 en el extinto medio digital Nómada, recuerda parte de su niñez en Santiago y Ciudad de México, en medio de los libros que le daba su padre. 

Era visto por sus hermanos como el favorito de su papá, a pesar de la diferencia de edad. Cuando Bernardo tenía 10 años, su padre ya había cumplido los  64. Pero recuerda jugar fútbol o hacer montañismo con él, acompañarlo a sus distintas diligencias, a enviar cartas o a las librerías. Recuerda a una de sus hermanas ir a clases de piano en Santiago.

Según las letras del mismo Bernardo, las salidas con su padre incluían siempre un lustrado de zapatos y un té con limón o un café. Era bibliófilo, tenía una relación estrecha con su biblioteca, pero a la vez complicada por su característica de exilio. Bernardo creció con su padre de Montevideo a Caracas, de Caracas a Ciudad de México, de México a Santiago, de Santiago a México. La familia viajaba con lo imprescindible: la ropa y los libros. Juan José Arévalo no solo era bibliófilo, sino también un bibliófilo viajero.

Bernardo creció con su padre de Montevideo a Caracas, de Caracas a Ciudad de México, de México a Santiago, de Santiago a México. La familia viajaba con lo imprescindible: la ropa y los libros.
Bernardo Arévalo durante su niñez en una fotografía escolar. Foto: Álbum de la familia cortesía a No-Ficción
Bernardo Arévalo durante su niñez en una fotografía escolar. Estudió parte de su primaria en México. Foto: Álbum de la familia cortesía a No-Ficción

Bernardo recuerda las jornadas de cuidadoso empaque que llevaban esos libros, agrupados y registrados uno por uno en una lista, envueltos en hojas de papel periódico, los libros de su padre, que luego encontraron una unión con los de él, que ya eran incluidos en el equipaje familiar.

“Mi padre fomentaba y recompensaba mi amor por la lectura y los libros respetando la importancia que yo le daba a mi pequeña biblioteca infantil, algunos de cuyos volúmenes amarillos y desportillados, sobrevivientes de sucesivas migraciones, siguen guardando polvo en los anaqueles de la casa de mi madre”, relata Arévalo de León.

Juan José Arévalo durante una entrevista durante la campaña electoral de Guatemala.
Bernardo Arévalo siempre fue bibliófilo, tenía una relación estrecha con su biblioteca, pero a la vez complicada por su característica de exilio. Foto: Edwin Bercián

1982: Sus inicios como diplomático

Guatemala vivía una época fría. En marzo de 1982 inició un gobierno dictatorial, cuando tras un Golpe de Estado al gobierno del general Romeo Lucas García, el general Efraín Ríos Montt empezó su mandato como presidente.

Al otro lado del mundo, en Israel, el panorama también era de conflicto. Iniciaba la primera guerra del Líbano, era verano y un grupo militar islamista apoyado, entrenado y controlado por el Estado, estaba dispuesto a combatir y expulsar a la Organización para la Liberación de Palestina -OLP-. El combate entre las tropas israelíes y los insurgentes duró más de tres años.

En 1978, Bernardo Arévalo se fue a Israel. Allí estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Finalizó sus estudios en 1989.

En ese contexto, Bernardo Arévalo estudió la licenciatura en sociología en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Llevó consigo la conexión con los libros que le heredó su padre. Durante sus estudios en Israel, pasó horas y horas en bibliotecas revisando libro tras libro, algo que le apasionaba.

El candidato Bernardo Arévalo del Partido Semilla en la zona 1 de Ciudad de Guatemala. Foto: Edwin Bercián.
Bernardo Arévalo estudió la licenciatura en sociología en la Universidad Hebrea de Jerusalén. En la imagen, en su campaña electoral. Foto: Edwin Bercián.

En 1983 volvió a Guatemala y se casó por primera vez, con Teresa Lapín Ganman. A finales de este año, ya durante el gobierno de Óscar Humberto Mejía Víctores, fue reclutado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la última dependencia del Estado en la que su padre había trabajado antes del derrocamiento de Jacobo Árbenz.

Le ofrecieron un puesto como secretario en la Embajada de Guatemala en Israel, puesto que tomó a inicios de 1984. Bernardo era un joven que inició su carrera diplomática gracias a sus estudios en el país y el manejo del idioma hebreo. A finales de los ochenta cierra su licenciatura.

El 8 de octubre de 1990, mientras se hacía carrera como diplomático, murió su padre, justo un día después de su 32 cumpleaños. Cada vez que estaba en Guatemala procuraba ir a la tumba de su padre en Taxisco, Santa Rosa. En 1993, Bernardo inició su segundo matrimonio con Eva Rivara Figueroa, con quien tuvo sus primeras dos hijas.

Según sus hermanos, Bernardo era el hijo favorito de su padre Juan José. Tenía 32 años cuando falleció.
Bernardo Arévalo con su padre, según sus hermanos era el hijo favorito. Tenía 32 años cuando su padre falleció. Foto: Instagram Bernardo Arévalo
Bernardo Arévalo con su padre, según sus hermanos era el hijo favorito. Tenía 32 años cuando su padre falleció. Foto: Instagram Bernardo Arévalo

Dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores fue ascendiendo. Fue primer secretario, después ministro consejero, de ahí pasó a ser subdirector, director, director general y, en 1994, ya en el gobierno de Ramiro de León Carpio, fue nombrado viceministro de Relaciones Exteriores, durante la gestión de Maritza Ruiz de Vielman como ministra.

A finales de 1983 fue reclutado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala. Primero fue primer secretario, después ministro consejero, de ahí pasó a ser subdirector, director, director general y, en 1994, viceministro.

Su tarea eran los asuntos políticos del país hacia el exterior. En 1995, bajo el mandato del ministro Alejandro Maldonado Aguirre, tomó su último cargo en relaciones exteriores como embajador de España. Ese mismo año fue condecorado con la Orden del Águila Azteca por el expresidente mexicano, Ernesto Zedillo.

1996: el fin de su carrera diplomática con la firma de la paz

El 30 de diciembre de 1996, durante el primer año del gobierno de Álvaro Arzú Irigoyen, se firmaron en Guatemala los Acuerdos de Paz, poniendo fin a 36 años de conflicto armado interno. En ese momento, Bernardo Arévalo tenía 38 años y llevaba uno como embajador de Guatemala en España. 

Arévalo era parte de una generación de jóvenes que podía tomar dos caminos: ser parte del grupo de corruptos que hoy tienen sesenta años, o el de aquellos que tenían preocupación por la transición que iniciaba a mediados de los noventa. Una generación que vivió el inicio de la transformación de un Estado autoritario a uno democrático.

Bernardo Arévalo durante el cierre de campaña celebrado el 16 de agosto de 2023 en el Parque Central de Ciudad de Guatemala. Foto: Edwin Bercián.
Bernardo Arévalo durante el cierre de campaña celebrado el 16 de agosto de 2023 en el Parque Central de Ciudad de Guatemala. Foto: Edwin Bercián.

Estaba listo para algo más, y se involucró en la gestión de un proceso de creación de consensos postconflicto en Guatemala con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD-.

Bernardo se dedicó entonces a establecer diálogos entre grupos contrarios, la creación de consensos y tratos. Trabajó en investigaciones como académico para crear diálogos de paz sobre la agenda nacional postconflicto que tenía Guatemala.

Durante estos procesos, Bernardo Arévalo conoció a Edelberto Torres Rivas, un eminente sociólogo guatemalteco, autor de libros reconocidos internacionalmente. Torres Rivas participó en esos años como director en el proyecto de investigación «Sociedades Desgarradas por la Guerra»,  apoyado por United Nations Institute for Social Development (UNRISD). Y para llevar a cabo esta investigación contrató a Arévalo como asesor especial sobre construcción de paz.

Durante estos procesos, Bernardo Arévalo conoció al sociólogo Edelberto Torres Rivas quien contrató a Arévalo para desarrollar el proyecto de investigación «Sociedades Desgarradas por la Guerra».

Personas cercanas a él en ese entonces lo reconocen como un personaje conciliador, de paz, una intersección para crear conciliaciones entre grupos contrarios. Bernardo facilitaba diálogos entre la sociedad civil y el ejército. De allí nace su entendimiento en temas militares, en un momento histórico en el que había una desconfianza profunda a la institución armada.

El objetivo era fomentar el diálogo entre actores en conflicto, evitando la confrontación, colaborar con la reconstrucción del tejido social que se había roto tras la guerra. El proyecto fue publicado bajo la autoría de Edelberto Torres y la coautoría de Bernardo a finales de la década, dejando una relación intelectual y amistosa que perduró y se afianzó con los años.

Más tarde, Arévalo se convirtió en director de Proyecto para la Reforma del Sector Seguridad en Guatemala con la organización Interpeace. En 1999 asumió el cargo de director regional de esta organización en la oficina de América Latina, convirtiéndose en experto en temas de creación de consensos y diálogos de sociedades en conflicto.

Bernardo Arévalo durante su campaña electoral, en la sexta avenida de la zona 1. Foto: Edwin Bercián.
Bernardo Arévalo durante su campaña electoral, en la sexta avenida de la zona 1. Foto: Edwin Bercián.

Durante ese año conoció a su tercera y actual esposa, la doctora Lucrecia Peinado, con quien tiene cuatro hijos. Ella es médica y cirujana graduada de la Universidad de San Carlos de Guatemala, con una especialización en Gerencia de Salud. A lo largo de su vida se ha desempeñado en esa área.

2007: más de una década fuera de Guatemala

En 2007 inició un momento de quiebre para Guatemala, fundamental para la creación de Semilla y para la actual candidatura de Arévalo. Fue el año de la llegada de la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) a Guatemala.

El objetivo de esta fiscalía especial de Naciones Unidas era luchar contra la corrupción y la desarticulación de los Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CIACS). Estas estructuras criminales que, tras la firma de los Acuerdos de Paz, no se habían eliminado del Estado ni habían dejado de existir, a pesar de consensos y trabajos como los que académicos y conciliadores como Bernardo habían iniciado a mediados de los noventa.

Guatemala no había hecho la transición de la militarización a la democracia. Aunque hubiera elecciones cada cuatro años, la corrupción y la impunidad se habían incrustado en el Estado de forma silenciosa y por eso un experimento de las Naciones Unidas se instalaba en el país.

En 2007, Arévalo se había instalado en Ginebra, Suiza junto a su familia. Su trabajo lo había llevado a países como Israel, Libera y Chipre.

En 2007, Arévalo se había instalado en Ginebra, Suiza junto a su familia. Su esposa también había encontrado una oportunidad laboral en proyectos de salud. Viviendo en el primer mundo y trabajando con sociedades lejanas a Guatemala, nunca rompieron el contacto, cuenta Lucrecia Peinado. A diario consumían noticias del país y en 2007 iniciaba su mandato la Comisión Especial contra la Impunidad -Cicig-. La familia sabía que en algún momento querían regresar al país. En Suiza su hijo menor terminó sus estudios diversificados y luego se convirtió en chef. Compartía el gusto por la cocina con su padre.

A sus 49 años Bernardo Arévalo ya había vivido en varios países. Su trabajo como director en Interpeace y las Naciones Unidas lo había llevado a coordinar y supervisar la ejecución de iniciativas para la consolidación de la paz en países como Israel, Liberia y Chipre. Nuevamente sus estudios en Israel le traían ventaja para trabajar en procesos en esos países.

Había sido diplomático de carrera y luego se había vuelto experto en temas de consolidación de paz y seguridad. Ambas experiencias le dieron las capacidades para interactuar con personas de todo el mundo incluídas autoridades gubernamentales donde trabajaba el proyecto que lideraba.

Bernardo Arévalo junto a la candidata a la vicepresidencia de Semilla, la doctora Karin Herrera. Foto: Edwin Bercián.
Bernardo Arévalo junto a la candidata a la vicepresidencia de Semilla, la doctora Karin Herrera. Foto: Edwin Bercián.

Aunque la familia de Bernardo pudo disfrutar en esos años una vida de primer mundo, siempre había un punto de comparación cotidiano. Pensando en la posibilidad de que Guatemala tuviera un desarrollo como el de Suiza algún día. Un país con calles seguras, tranquilidad y una calidad de vida digna.

2019: su llegada al Congreso en medio del fin de la Cicig

En 2015, tras varios años viviendo en países de oriente, viendo conflictos sociales en Palestina, Chipre, Liberia, luego viviendo en Ginebra, y conociendo el primer mundo, Arévalo y su esposa decidieron volver a una Guatemala que había despertado contra la corrupción. Toda la experiencia que habían adquirido del otro lado del mundo los convocaba a sumar sus esfuerzos en su país. En ese momento Arévalo, quien aún trabajaba en Interpeace, pidió ser trasladado a Guatemala.

De inmediato, junto a otros colegas y amigos, académicos e intelectuales, Bernardo y su esposa Lucrecia se sumaron a Semilla, un proyecto político que se gestó en octubre de 2014, aún no como partido, sino como grupo de análisis.

Entre los integrantes del grupo formador de Semilla había figuras conocidas como el sociólogo y exmilitante comunista, Edelberto Torres Rivas a quien había conocido desde los años noventa cuando se dedicaba a trabajar en investigaciones y diálogos para procesos de construcción de paz. 

También integraban Semilla el economista y exministro de Finanzas de 2008 a 2010, Juan Alberto Fuentes Knight, y su esposa, Ana Cristina Castañeda. Poco a poco, se sumaron a Semilla escritores, académicos o investigadores, como Carlos Mendoza, Irma Velásquez, Álvaro Montenegro, Anabella Giracca, Alejandro Balsells Conde, Elena Díez Pinto, Julio Donis, Jonathan Menkos, Carolina Escobar Sarti o Karin Slowing.

La escritora y cuentista Anabella Giracca, el economista Fuentes Knight, uno de los principales promotores de Semilla, su esposa Ana Cristina, Lucrecia Peinado y Bernardo Arévalo, y el abogado Álvaro Montenegro. Foto: Movimiento Semilla
La escritora y cuentista Anabella Giracca, el economista Fuentes Knight, uno de los principales promotores de Semilla, su esposa Ana Cristina, Lucrecia Peinado y Bernardo Arévalo, y el abogado Álvaro Montenegro durante las protestas de 2015 en el Parque Central. Foto: Movimiento Semilla

Durante cuatro años Semilla sumó más miembros, y se consolidó como partido. En enero de 2019 celebró su primera Asamblea Nacional, el primer paso para proclamar candidatos. Pasarían del análisis político a la política partidaria. Bernardo fue precandidato presidencial, pero declinó su candidatura.

Era un momento crucial de la lucha contra la corrupción. Thelma Aldana había terminado su mandato como fiscal general del Ministerio Público y Semilla, bajo una alianza política, la postuló como candidata a la presidencia en las elecciones generales de 2019. Aunque su inscripción fue rechazada y sufrió una persecución política, Semilla sí logró postular candidatos a alcaldías y diputados por distintos listados, Arévalo fue uno de ellos.

Buscaría una curul en el Congreso postulándose como diputado por el Listado Nacional en segunda casilla. Era la primera vez que participaba en una elección, pero se había preparado toda su vida para esto. 

El Movimiento Semilla durante una asamblea en 2019, año de elecciones generales en el país. Foto: Edwin Bercián
El Movimiento Semilla durante una asamblea en 2019, año de elecciones generales en el país. Foto: Edwin Bercián

Arévalo se considera un político innato. Cree que en la política participan muchas personas, y no solo quienes están involucrados en un partido. Para él, hace política también quien trabaja en cuestiones de desarrollo social, o en una organización no gubernamental. Y eso había hecho antes de Semilla.

En las elecciones generales de 2019, Semilla fue el partido más votado en el distrito metropolitano, que abarca la Ciudad de Guatemala, y el distrito de Guatemala, que abarca a todo el departamento y sus 16 municipios restantes. Estos son los dos distritos que más diputados eligen.

El partido logró 7 escaños en el Congreso, una de ellas fue la de Bernardo. Arévalo, quien llegaría al Congreso con 61 años, se convirtió así en el diputado de más edad de la bancada del Movimiento Semilla. Una figura líder que los otros diputados y diputadas electos, como Ligia Hernández, Lucrecia Mack, Román Castellanos o Samuel Pérez, en ese momento con tan solo 26 años, respetaban.  

La bancada asumió sus curules el 14 de enero de 2020 y Arévalo fue su jefe de bloque hasta 2022. En el Congreso, ha formado parte de varias comisiones, como la de Relaciones Exteriores, Derechos Humanos, Asuntos de Seguridad Nacional, Integración Regional, Previsión y Seguridad Social, Gobernación y la de Educación, Ciencia y Tecnología.

Bernardo durante su gestión como diputado del Movimiento Semilla en el Congreso de la República, el diputado más grande del partido y que fue el jefe de la bancada hasta 2022. Foto: Edwin Bercián
Bernardo durante su gestión como diputado del Movimiento Semilla en el Congreso de la República, el diputado más grande del partido y que fue el jefe de la bancada hasta 2022. Foto: Edwin Bercián

Durante estos cuatro años, Movimiento Semilla se ha enfrentado a bancadas mucho mayores, como la de la UNE, que logró en 2019 52 diputaciones. Durante su gestión como diputado, Arévalo impulsó distintas iniciativas de ley que, aunque no alcanzaron relevancia ni votos para avanzar en lecturas, sí abordaban problemáticas graves, como la regulación de los precios de los medicamentos, una de las propuestas que lleva hoy como candidato a la presidencia.

Como diputado de una bancada de oposición Bernardo se mostró crítico. Se confrontó al oficialismo de Vamos, a la UNE, Humanista, Todos o Bien. Regularmente, denunciaba las injusticias y anomalías que se cometían en el Congreso. Su voz se escuchó fuerte y clara, por ejemplo, en julio de 2020, cuando el Congreso prorrogó el Estado de Calamidad en medio de la crisis sanitaria por Covid-19, un estado que limitaba la libertad de locomoción, así como los horarios, pero también realizar compras y contrataciones de forma exprés.

“El Gobierno ha sido incapaz de atender los objetivos establecidos en sus propios, planes y programas de asistencia a pesar de que el Congreso le ha dado como nunca antes los medios para hacerlo con más de 11 millardos de quetzales mediante préstamos internacionales y nacionales, incluso usando medidas extraordinarias, que nunca habían sido utilizadas anteriormente”, dijo durante una citación durante el Estado de Calamidad.

2023: Tío Bernie, un presidenciable que nadie pensó que llegaría a segunda vuelta

Cientos de personas llaman hoy a Bernardo Arévalo “tío Bernie”. Algunos creen que es una alusión al político de izquierda estadounidense, Bernie Sanders, pero no es así. Bernie es un sobrenombre con el que sus nietos se refieren a él desde siempre. Él es el abuelo Bernie que juega con ellos y les regala libros, un abuelo que cocina, hace intervenciones artísticas de grabado en fotografías y toca la guitarra. Hoy quiere ser presidente, tiene la oportunidad a sus 64 años, la edad que tenía su padre cuando él era un niño de diez.

Bernardo Arévalo con algunos de sus nietos y su esposa durante el cierre de campaña del Movimiento Semilla antes de las elecciones generales del 25 de junio. Foto: Edwin Bercián
Bernardo Arévalo con algunos de sus nietos y su esposa durante el cierre de campaña del Movimiento Semilla antes de las elecciones generales del 25 de junio. Foto: Edwin Bercián.

En sus giras por todo el país aprecia el vínculo con el legado de su padre, un político que es recordado por la mayoría de la población como alguien que dejó una herencia importante, entre ellas la creación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social -IGSS-. Ser hijo de Juan José Arévalo le ha abierto puertas y corazones en todo el país, algo que hace que se levante cada día pensando “qué haría mi papá”.

La discusión para elegir a Bernardo Arévalo como presidenciable inició a finales de 2021. Fue una elección democrática. En enero de 2023, el candidato fue proclamado públicamente junto a Karin Herrera, en la Asamblea General de Semilla, celebrada en el Parque de la Industria.

Su candidatura está rodeada de los mismos cuadros con los que el Movimiento Semilla se gestó en 2014: académicos, intelectuales, profesores universitarios, pequeños empresarios y politólogos. Personas con trayectoria y un currículum limpio, lejos de escándalos de corrupción o prácticas de la política tradicional.

En enero de 2023, el candidato fue proclamado públicamente junto a Karin Herrera, en la Asamblea General de Semilla, celebrada en el Parque de la Industria.

Durante la campaña electoral el Movimiento Semilla no causó gran relevancia, fue hasta la noche del 25 de junio cuando, en un giro inesperado, y contra todo pronóstico, el partido se coló en la segunda vuelta electoral presidencial. Un resultado que ha hecho los dos meses antes de la segunda vuelta, desgastante para el país.

Su campaña política se ha caracterizado por enviar el mensaje de que Guatemala tiene la oportunidad de vivir una nueva primavera democrática, haciendo alusión a la “Primavera Democrática” que inició con los gobiernos de su padre Juan José Arévalo Bermejo y Jacobo Árbenz. Ha sido una propaganda particularmente humilde, como la llaman Bernardo y los demás integrantes del partido, no financiada por grandes donantes o empresarios.

Bernardo Arévalo conversando con la gente del Paseo La Sexta en la Ciudad de Guatemala el día de la presentación de su plan de gobierno en abril de 2023. Fotos: Edwin Bercián
Bernardo Arévalo conversando con la gente del Paseo La Sexta en la Ciudad de Guatemala el día de la presentación de su plan de gobierno en abril de 2023. Fotos: Edwin Bercián.

Semilla ha hecho su campaña de forma colectiva, con telas y pinturas, en las redes sociales de mayor uso en el país como Tik Tok, Twitter  e Instagram. Durante el proceso electoral, no se vieron grandes mupis o pancartas de Bernardo, a comparación de los otros partidos que llenaron las principales calles y bulevares del país con su rostro.

Su campaña política estuvo liderada por el politólogo Justo Pérez y fue asesorada por Francisco Villaroel. Villaroel es un experto en imagen y comunicación chileno, el presidente y gerente de Cooperativa Cuarto de Guerra, la organización que realizó la campaña electoral del ahora presidente Gabriel Boric, quien ganó las elecciones de 2021 en Chile. Aunque este, indicaron fuentes del partido, no fue un apoyo continuo hasta la segunda vuelta electoral.

Uno de los asesores de campaña de Arévalo ha sido Francisco Villaroel, quien participó en la campaña electoral del actual presidente de Chile, Gabriel Bóric.

Durante agosto de 2023, Villaroel y otros integrantes del equipo que llevó a la victoria a Boric en Chile, viajaron a Guatemala para apoyar la campaña de Bernardo.

Después de que Semilla pasara a segunda vuelta, distintos sucesos han puesto a temblar a la ciudadanía. Primero con el grito de fraude por parte de los partidos que no aceptaban los resultados. Luego con nuevas audiencias de revisión de escrutinios. Hasta llegar, hace un mes, al anuncio de un caso penal contra el partido, que ha supuesto un allanamiento en el Registro de Ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral y otro en la sede del partido.

El candidato presidencial de Semilla, Bernardo Arévalo, junto a la vicepresidenciable, Karin Herrera, en el cierre de Campaña en el Parque Central de Ciudad de Guatemala. Foto: Edwin Bercián.
El candidato presidencial de Semilla, Bernardo Arévalo, junto a la vicepresidenciable, Karin Herrera, en el cierre de Campaña en el Parque Central de Ciudad de Guatemala. Foto: Edwin Bercián.

Tras esos resultados también se ha fraguado un pacto entre actores que no quieren ver ganar a Semilla y se han puesto de acuerdo para desinformar y calumniar acerca de la ideología del partido y las supuestas agendas que impulsará, como el matrimonio igualitario, la expropiación de propiedades, la despenalización del aborto, el cierre de iglesias, entre varias otras falsedades. 

Bernardo Arévalo vive el momento más álgido de la campaña política con refuerzo en su seguridad personal, mayor presencia digital y hasta nuevos donantes, como el empresario guatemalteco Luis von Ahn quien recientemente donó $100 mil al partido, la cantidad más grande que Semilla ha recibido de un donante.

Su cierre de campaña ha sido esta vez mucho más grande que el anterior, miles de personas llegaron la tarde del 16 de junio a acompañarle. Un cierre de campaña con pocos precedentes en la Plaza de la Constitución llena de ciudadanos de todas las latitudes del país. Con la música de la banda Tijuana Love, el grupo musical de mujeres mayas, Nai’k Madera, marimba, el rapero Kontra Marín y el dj de cumbias, Vampiro Sabanero. Además, de un gran escenario y fuegos artificiales.

“Yo no soy mi padre, pero recorro su mismo camino”, dijo en su discurso multitudinario de cierre de campaña en el Parque Central.

Este fin de semana Guatemala votará en segunda vuelta y Arévalo tiene la oportunidad de ser presidente. Ve hacia atrás y recuerda que, a pesar de haber tenido la posibilidad de involucrarse en la política partidaria antes, ni él ni sus hermanos lo hicieron por la fuerza del legado que había dejado su padre.

Más allá de la figura de papá, Bernardo ve a Juan José como una figura histórica que permanece, a pesar de la baja enseñanza en historia que tiene el país. Ha estudiado ese trayecto y sabe que con él no se juega. Lo respeta. “Yo no soy mi padre, pero recorro su mismo camino”, dijo en su discurso multitudinario de cierre de campaña en el Parque Central, la misma plaza que vio nacer a su partido en 2015.

Cuatro Candidatos Cinco Fechas es una serie de cuatro perfiles electorales. Describe la trayectoria de los presidenciables Sandra Torres, Zury Ríos, Edmond Mulet y Bernardo Arévalo a través de cinco fechas claves para Guatemala: 1982 y 1996, 2007 y 2019, y 2023.

ilustración del especial de perfiles sobre candidatos presidenciables para las elecciones generales Guatemala 2023