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Congresistas y Senadores, la otra elección

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Además de la elección presidencial este 3 de noviembre se elegirá a toda la Cámara de Representantes del Congreso y un tercio de los Senadores. Como parte del equilibrio de poderes en el sistema electoral estadounidense el próximo presidente tendrá que lidiar con un poder Legislativo renovado parcialmente. En este artículo repasamos las interioridades del proceso.


Contrario a democracias parlamentarias que eligen a todos sus cargos públicos en un solo proceso electoral en el caso de Estados Unidos se da un proceso de un proceso de “elecciones escalonadas”, elecciones a lo largo del tiempo, explica el profesor Mark J. Rozzel, de la Universidad George Mason.

“En nuestro Congreso de dos cámaras, los miembros de la Cámara de Representantes tienen mandatos de dos años, por lo que cada dos años estamos eligiendo a toda la Cámara de Representantes, pero los senadores sirven por seis años y, por lo tanto, elegimos un tercio del Senado cada dos años. Entonces para este ciclo electoral, vamos a estar eligiendo, por supuesto, al presidente y al vicepresidente, a toda la Cámara de Representantes y a un tercio de los escaños abiertos o disputados en el Senado, mientras que dos tercios aún están cumpliendo el resto de sus mandatos” señala Rozzel.

La diferencia entre las dos cámaras del Legislativo tiene raíces históricas en la misma formación del sistema de gobierno estadounidense. Luego de la independencia de las primeras 13 colonias estadounidenses del dominio británico se discutió la forma en la que se repartiría el poder Legislativo. Los Estados con mayor población querían que los representantes fueran asignados por el peso de sus poblaciones, mientras que los Estados más pequeños querían una representación igualitaria.

El resultado del debate fue la formación de un Congreso formado por dos cámaras, una cámara baja de Representantes, asignados por la población de cada Estado; y una representación fija e igualitaria de dos senadores por cada Estado para darle una representación igualitaria a los miembros de la unión.

Según explica el Dr. Rozzel pese a que sería más fácil gobernar para cualquier partido elegido en un solo ciclo electoral, el sistema fue diseñado de manera escalonada para restringir “el poder del gobierno federal”. Las elecciones a la mitad de un periodo presidencial, en el caso de la Cámara de Representantes, por ejemplo, además de reflejar las preferencias regionales de los electores también apuntan al respaldo de los electores al Ejecutivo en el poder.

En este diseño del sistema político estadounidense, primo según el Dr. Rozzel, el temor a la “facción mayoritaria”. En este sentido, detalla el politólogo “Su entendimiento era que la mayoría puede ser una tiranía tanto como el rey Jorge III de Inglaterra (…). Su definición de tiranía era cualquier persona o grupo de personas que tiene todo el poder político en un sistema de gobierno. Así que querían dividir y fracturar el poder de muchas maneras diferentes, lo que hace que sea mucho más difícil legislar y hacer las cosas porque el proceso de construcción de coaliciones en nuestro sistema es mucho más complicado que en una democracia parlamentaria”.

El equilibrio de estas fuerzas, ahora en disputa se presenta en la siguiente infografía: