1 min. de lectura

Compartir

Chamelecón

1 min. de lectura

Ena Aguilar vivía en el bordo de Chamelecón. Contó que la estructura no ha sido reparada. Después de Eta y Iota pudo reconstruir su casa de láminas de zinc con ayuda de organizaciones humanitarias. «Dios quiso que regresáramos aquí», dijo. Foto CC/Amílcar Izaguirre