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Camilo García: “La USAC es una pequeña representación de cómo funciona Guatemala”

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Cuando impera la impunidad y alguien se opone, los actores del sistema reaccionan con furia. No importa si esas acciones son ilegales, arbitrarias o ilegítimas, quien contradice debe ser callado. En esta entrevista el estudiante y representante estudiantil de la USAC, Camilo García, nos cuenta cómo se vive el deterioro de la democracia dentro de la única universidad pública de Guatemala.

Nueve meses han pasado desde que grupos de choque con bates y capuchas negras vetaron la entrada al Parque de la Industria para que Walter Mazariegos fuera impuesto como rector de la única universidad pública de Guatemala, la Universidad de San Carlos. Ningún candidato más que Mazariegos pudo entrar al lugar que fue habilitado por el Consejo Superior Universitario como sede electoral y desde entonces, una resistencia estudiantil emergió. Las distintas sedes de la universidad fueron tomadas como protesta y negación del estudiantado a aceptar que un rector impuesto gobernara y tomara las decisiones dentro de la universidad.

Durante este tiempo, varias voces críticas y disidentes han intentado ser silenciadas, la del estudiante Camilo García es una de ellas.

Con curiosidad por entender cómo están conformadas las cosas, en 2019 cuando tenía 18 años Camilo García inició la carrera universitaria de Química. La Universidad de San Carlos fue su opción pues allí su padre estudió antropología y su madre arqueología. Le interesó particularmente la USAC por su oferta no solo en química sino en cursos sociales. 

Desde el inicio de su carrera tuvo el deseo de ser parte del movimiento estudiantil y luego de aprobar cinco cursos, esto fue posible dentro de la asociación de estudiantes de su facultad. Su trayecto político estudiantil estuvo marcado desde ese momento por el apoyo que brindó a la planilla que quedó electa en el esfuerzo paralelo de crear una segunda y mejor legitimada Asociación de Estudiantes Universitarios Olivero Castañeda de León, además de su participación en manifestaciones, la elaboración de comunicados, entre otras labores propias del movimiento.

Actualmente, a sus 22 años, Camilo García es representante estudiantil de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia ante el ente rector de la universidad, el Consejo Superior Universitario. Desde este espacio forma parte de un pequeño grupo de oposición dentro del consejo, que durante los últimos meses ha abogado por la autonomía y la democracia dentro de la universidad. De 211 votos posibles, García recuerda que aproximadamente 160 representantes de su facultad votaron por él, lo cual lo convirtió en una persona con voz y voto dentro del CSU, el espacio donde se toman las decisiones políticas, académicas, económicas y administrativas de la USAC.

Desde que Mazariegos fue impuesto como rector, García cuenta que en todas las sesiones del consejo ha sido enfático en que las decisiones tomadas no tienen validez por ser presididas “por un usurpador”. Sus palabras se convirtieron en el foco de una sesión de octubre de 2022 donde el consejo decidiría si entablarían diálogo con los estudiantes que tenían tomadas las instalaciones universitarias como medida de protesta. Cuando Camilo mencionó que las acciones del CSU eran “cobardes”, los demás consejeros iniciaron un proceso disciplinario contra él considerándolo un estudiante más, y no un representante estudiantil.

El 27 de enero de 2023, en la segunda sesión de este año, el secretario general de la USAC, Luis Cordón, solicitó que en la agenda se incluyera votar por la expulsión de Camilo García. De las 41 personas que integran el CSU, 36 personas votaron: 22 por que fuera expulsado, 1 para suspenderlo temporalmente, 1 para amonestarlo de forma privada y 12 personas, incluyéndolo, votaron por no sancionarlo. En ese mismo momento fue expulsado de la sesión virtual y del grupo de WhatsApp. El CSU, validado por Mazariegos, mostró su intolerancia ante cualquier cuestionamiento.

A pesar de contar con una resolución legal que ordena su reinstalación como representante estudiantil, y estar viviendo una persecución por alzar su voz ante las arbitrariedades dentro del Consejo Superior Universitario, además de la incertidumbre sobre su futuro profesional y la vulneración de su derecho a la educación tras ser expulsado de la universidad, Camilo atendió la tarde del 12 de febrero a No-Ficción en un café de la Ciudad de Guatemala para responder a interrogantes sobre la USAC, las estructuras internas que se han apoderado de ella, el movimiento estudiantil universitario y cómo esta casa de estudios y lo que se vive dentro de ella, refleja una Guatemala cada vez más antidemocrática.

¿Cómo era el movimiento estudiantil cuando entraste a la USAC?

Uno lo que más conoce de la USAC cuando está afuera es todo el movimiento de la Huelga de Dolores, que al final sí tiene su origen histórico y ciertas cualidades, que lo hacen diferente, todo esto de la protesta y la manifestación a través de sátiras, pero ya cuando uno entra a la universidad se da cuenta de cómo, ha cambiado esto. Por ejemplo, todos los años que la universidad no tuvo AEU, que fue del 2000 hasta el 2017, se dio una reestructuración en la que se crearon grupos de choque que hoy generan cierta presión sobre los estudiantes para participar y conseguir algo a cambio. 

Con esa reestructuración de los movimientos estudiantiles, se dió una completa pérdida de formación política. Cuando entré a la universidad, la participación de los estudiantes era muy poca. Por ejemplo, hacían asambleas de la Asociación de Estudiantes y el mismo día había una lectura de boletín de los comités de huelga y una gran mayoría de los estudiantes estaban allí para prácticamente escuchar los chismes de la facultad. Y no iban a la asamblea de estudiantes, que era donde realmente se iban a tomar decisiones e informar sobre la situación política de la Facultad y qué se estaba haciendo. Desde que empecé en el movimiento se podían notar las faltas. La falta de formación hacia los estudiantes y que realmente no era directamente su culpa, sino de toda la captura que había existido por parte de la administración de estos espacios.

Camilo García, estudiante de Química de la Universidad San Carlos y representante estudiantil de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia ante el Consejo Superior Universitario (CSU), acude a una reunión con Alejandro Córdova, Procurador de los Derechos Humanos el 9 de febrero de 2023 en la ciudad de Guatemala. Foto: Edwin Bercián.

¿Cuándo empezaste a ser representante estudiantil ante el CSU, cómo era la situación política de la USAC?

Yo empecé en el CSU en junio de 2021, estábamos ya en el marco de las elecciones a magistrados de la Corte de Constitucionalidad donde había quedado Gloria Porras como magistrada titular electa por la USAC, pero justamente sucedió lo del amparo por parte de la Fundación contra el Terrorismo que suspendió su designación y a partir de esto se veían muchos roces. La primera sesión en la que entré al Consejo fue presencial, en todo este plazo, desde junio de 2021 hasta hoy, que es febrero de 2023, solo han habido tres sesiones presenciales del Consejo Superior Universitario, entonces ahí uno sí podía observar cómo se daban las relaciones en el Consejo verdad, habían personas que estaban levantadas de sus asientos hablando por un lado entre ellos, otros que estaban en sus mismos asientos hablando, y ya de por sí se miraba cierto poder de algunos sectores y la mayoría de decisiones eran por unanimidad, todos votaban por la misma resolución que el rector interino de ese momento, Pablo Oliva. Ya todas las decisiones estaban tomadas. Se podía trabajar y hablar con algunos de los representantes estudiantiles que se les observaba con un poco más de apertura.

¿Cuántos representantes estudiantiles había y cuántos dirías que pueden catalogarse como una oposición a esos sectores con poder?

Hay 10 y hubo un momento en el que 8 éramos de oposición. Pero actualmente, 6. Hay momentos en los que no sé… uno piensa que ya le llegaron al precio a las personas porque dieron un cambio brusco y empezaron a votar a favor de todo lo que estaba sucediendo. Cuando entré al consejo no se observaba tanto este bloque de oposición, más que algunas personas que votaban de forma distinta a la administración y a partir de ahí se empezó a trabajar un poco para ya establecer un bloque. Se sentía que se podía generar cierto cambio en el CSU. Por ejemplo cuando fue la persecución contra Juan Francisco Sandoval, el mismo consejo realizó un pronunciamiento ante esa situación. Todavía se podían tener discusiones, no como ahora que todo es aprobado. Lo turbio del consejo se empezó a ver en octubre de ese año cuando se estaba pensando si se convocaban a elecciones para un rector que completara los 6 meses que le faltaban a Murphy Paíz [exrector capturado por corrupción] o a elecciones para el rector 2022 – 2026.

El bloque de oposición que se ha mantenido por parte de los estudiantes ahorita está agronomía, arquitectura, veterinaria, odontología, farmacia. Había otro de medicina, pero ya se graduó. Todavía tiene el cargo de representante, pero ya casi no entra a las sesiones. El de económicas también trabajó con nosotros cierto tiempo, pero en el marco de las elecciones cambió. Con los que nunca se ha tenido apertura son los de humanidades, ingeniería y derecho.

Ante la ciudadanía y medios de comunicación, quedó registrada cómo sucedió la elección a rector y que fue de una forma anómala. ¿Cómo están las distintas facciones dentro de la USAC desde entonces?

Durante todo este tiempo han ido poniendo ahí sus piezas poco a poco, preparándose para tomar el control de la universidad por completo; poco a poco fueron consiguiendo puestos de representación en el CSU, ya sea por fines de algún cargo dentro de la administración de la universidad o simplemente favores políticos. Entonces ya cuando entramos en el marco de las elecciones resurgen cada uno de estos puestos y sirven para que a través de una mayoría se pueda aprobar cualquier cosa en este juego de pseudo democracia.

¿Son las mismas personas que conociste en junio de 2021 o son otras?

Han ido cambiando algunas, pero se mantienen en la misma línea.

Camilo García durante una entrevista el 12 de febrero de 2023 en la ciudad de Guatemala. Foto: Edwin Bercían.

Tu llamaste cobardes al resto de integrantes del CSU, ¿puedes mencionar algunas acciones de cobardía que has presenciado?

Por nombrarlos cobardes como tal no, es algo que se ha tergiversado por parte del CSU. Incluso la sesión donde dije esas palabras, “cobarde y usurpador”, fue en octubre de 2022. Era en ese marco en el que estas personas dentro del Consejo se negaban a establecer un diálogo o facilitarlo con los compañeros que están en resistencia. Decían prácticamente que para hablar con ellos tenían que dar su nombre y su firma, identificarse por completo, cosa  que, a la hora de que la universidad tuviera estos datos, se les podía criminalizar. Criminalizaron a compañeros por el Museo de la Universidad cuando se tomaron esas instalaciones el 27 de abril de 2022, después a unas compañeras por la toma del Centro Universitario Metropolitano y eran las mismas personas que habían firmado un acta de responsabilidad de la instalación. Entonces era claro que si ellos, los del CSU, tenían esta información continuarían criminalizando.

Estos compañeros todavía tienen sus casos activos en el MP. Yo ese día les dije que todas las acciones que estaban realizando dejaba mucho que desear del Consejo porque más bien aparentaba poca apertura y eran acciones aparentemente cobardes, o sea las acciones. Yo no le dije “usted es un cobarde” a nadie. Dije que las acciones que estaban tomando aparentaban ser cobardes, cerrados al diálogo y solicitando información para criminalizar estudiantes.

Ahí mismo dentro del CSU. el representante de Humanidades empezó a filosofar “por qué el compañero consejero está diciéndole cobarde al CSU”. También el representante del CANG empezó a decir que esas eran palabras muy fuertes. Ahí empezaron a tergiversarlo y yo les reiteré que las acciones eran cobardes y al final aprobaron no iniciar el diálogo con los compañeros. Justo en esa sesión solicité que todo quedara literal en acta. Yo siempre coloco que lo que se hace en las sesiones no tiene validez porque está siendo presidida por un usurpador, entonces ambas cosas quedaron en actas.

Según Camilo, uno de los actores con mayor poder dentro del Consejo Superior Universitario es Luis Cordón, quien no solo es el secretario general de la USAC, sino que también es el representante de los docentes de Humanidades. Él regularmente dirige las sesiones, les dice a otros integrantes que lean los dictámenes  La participación del rector de facto, Walter Mazariegos, es poca. “Mazariegos está sentado en el trono, pero no es quien dirige”, dice García. Posterior a la votación de su expulsión, fue Cordón quien lo eliminó de la sesión virtual y del grupo de Whatsapp que mantienen como Consejo.

¿Cómo válida Mazariegos su rectoría impuesta?, ¿cómo lo validan otros integrantes del CSU?

Él demuestra su poder con la forma en la que llegó a la rectoría, cuando más habla es cuando presenta un informe de todo lo que ha hecho como rector buscando su propia validación. Comienza a desglosar: “bueno tuve una reunión con el Congreso”, “tuve una firma de contratos” o cosas así. Entonces es como una personalidad bastante interesante porque siempre a través de lo que dice busca la validación, no sé si propia o incluso de todos los demás del Consejo.

Para los demás es un juego de alimentar el ego, porque siempre que se hablan y se tratan de “honorables”, “distinguidos”, se tratan de “señor” o “señora”. Entonces utilizan su lenguaje para validarse cuando Mazariegos aparece y da toda la explicación de lo que ha hecho cada dos semanas… en el chat, los demás consejeros comienzan a escribir, “muchas gracias, señor rector”, “felicidades, grandes éxitos en su gestión”. Entonces es algo un poco narcisista. Lo que me contaban antes de que estuviera en el consejo es que Mazariegos como tal no tenía una participación explícita, sino que todo lo trabajaba a través de llamadas telefónicas o acercándose a las demás personas a decirles qué era lo que él quería que dijeran, como cuando era decano de Humanidades, aunque bien se sabe que él viene desde hace bastante ya en el Consejo. Desde los 2000 fue representante estudiantil, después de los docentes.

Camilo García, estudiante de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad San Carlos y representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario (CSU), acude a una reunión con Alejandro Córdova, Procurador de los Derechos Humanos el 9 de febrero de 2023 en la ciudad de Guatemala. Foto Edwin Bercián

La decisión del CSU de expulsarte atenta contra tu derecho humano a la educación, y por eso te acercaste a la PDH ¿qué esperabas y qué obtuviste?

El acercamiento con mi caso fue por parte del procurador. Yo presenté mi denuncia y él después estaba contactándome para ver cómo estaba la situación. Denuncié violación al derecho a la educación, derecho a la igualdad, derecho a la libertad de expresión y opinión, a la libertad de elegir y ser electo. Como tal en esa reunión, yo lo que esperaba era conocer qué procesos había llevado ya la PDH respecto a mi caso y saber qué era lo que pensaban hacer con esta situación. Me llevé una decepción porque lo que dijo fue “vamos a realizar la investigación, no puedo emitir ningún comunicado ni ningún pronunciamiento previo a eso, hasta que entienda a través de la investigación cómo está la situación”, aunque haya una grave y obvia violación a los derechos humanos. Me dijo que había solicitado un informe circunstanciado a la universidad de cómo había sido mi expulsión. La PDH no asumió ninguna responsabilidad o papel en el asunto. Cuestioné su papel ante la situación general de la universidad, pero se excusó en que ellos no podían intervenir. Fue curioso porque se cuestionaron las violaciones a los derechos humanos del día de las elecciones, del 4 de agosto cuando hubo un atentado contra compañeros en resistencia y dijo que no conocía nada de antes del 20 de agosto, que inició su gestión.

Si tu expulsión es definitiva, se marcaría un precedente contra la libertad de expresión como una advertencia para otras personas que quieran emitir su opinión, ya sea en el CSU o en la universidad en general, ¿cuál es tu análisis ante ese panorama?

Como te mencionaba, en el Consejo la discusión es mínima y cuando yo entré me planteé que mi trabajo iba a ser primero, mantener informada a toda la comunidad estudiantil de qué sucedía dentro del Consejo y pues eso no les gustó. Aunque fueran documentos públicos los que utiliza el Consejo, no les gustó que se conocieran en la comunidad universitaria y pues en las reuniones de las personas que más hablaban estaba yo, siempre ahí mostrando una posición crítica ante todo el actuar del Consejo que siempre ha sido bastante cuestionable, pero con esto de una sanción por realizar una opinión… es claro que ellos buscan dejar un precedente e infundir miedo en los demás consejeros de oposición en el CSU y al final a cualquier voz crítica que esté en la universidad porque imagínate, a uno dentro del Consejo que es su derecho participar y hablar ahí mismo, emitir su opinión y trasladar la opinión de la comunidad que representa le realizan este proceso y lo sancionan con la expulsión de la Universidad, dejan el precedente de qué van a hacer con cualquier otro estudiante que tenga una opinión crítica. Mi punto de vista es que con esto ahora lo que se espera es que van a continuar recrudeciendo la criminalización a los estudiantes. Ahora no tanto por algo judicial como han estado haciendo por la toma de instalaciones, si no que van a empezar a hacer una cacería tanto hasta por emitir opiniones públicas.

¿Qué otras acciones podrían emprender en tu contra?

Es posible porque inclusive dentro del mismo CSU, Mazariegos y otras personas siempre repetían que el bloque de oposición era responsable de la toma de las instalaciones de la universidad. Más que todo, tirándole al decano de veterinaria que es el único decano que está en el bloque de oposición. No sorprendería que luego criminalicen a los consejeros del bloque de oposición por estas situaciones.

En el marco de tu expulsión ¿cómo se fracturaría tu proyecto de vida?, ¿qué harías con tu carrera?

Mi proyecto de vida no diría que se anularía en su totalidad, pero sí hace que se postergue considerablemente, si bien a nivel nacional sería bien complicado continuar con mi carrera en otras universidades, por ejemplo, te planteo que, en la Universidad del Valle, que es el otro lugar donde hay química, ahí las equivalencias de los cursos cuestan como Q2 mil cada uno y en otras universidades en Guatemala hay algunas opciones similares, pero igual no, no tengo bien claro,cuál sería el proceso. Inclusive esto me ha llevado a pensar que no podré continuar aquí en Guatemala mis estudios. Por la misma situación de que la educación superior en Guatemala es bien precaria y pues pública solo está la USAC.

Camilo García ha interpuesto acciones contra el CSU y el secretario general de la USAC, Luis Cordón, luego de su expulsión arbitraria. El 3 de febrero de este año interpuso un amparo ante el Juzgado Décimo de Primera Instancia Civil contra Cordón por eliminarlo de los espacios de participación sin que su expulsión se encontrara firme legalmente; también presentó un recurso de reposición en contra de la resolución de expulsarlo. El 15 de febrero el Consejo convocó a una sesión que excluyó a García y decidió que no conocerían su recurso. Sin embargo, el 16 de febrero un juzgado civil le otorgó un amparo provisional que ordenaba al consejo que en un plazo de 48 horas, debía revocar la decisión y reinstalarlo en los grupos de trabajo del CSU, así como a su carrera universitaria. Este amparo no fue atendido, por eso Camilo se presentó nuevamente el 20 de febrero al Juzgado para hacer saber que la orden no había sido acatada. Esa misma tarde, el Juzgado Décimo de Primera Instancia Civil nuevamente emitió la orden de reinstalación, pero esta vez dio un plazo de 24 horas para reintegrarlo como estudiante y consejero. El CSU tampoco cumplíó con este fallo judicial.

Retrato de Camilo García, estudiante de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad San Carlos y representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario (CSU) después de una entrevista el 12 de febrero de 2023 en la ciudad de Guatemala. Foto: Edwin Bercián.

¿Has conversado esto con tu familia?, sobre qué podrías hacer tomando en cuenta que no te permitan más estudiar en la USAC.

Luego de los procesos judiciales nacionales estaría plantear algunos recursos en instancias internacionales, principalmente de derechos humanos como la CIDH que es donde tal vez se vería una luz, pero estos procesos son larguísimos. Con mi familia hemos hablado de que se debe continuar la lucha judicial pero igual no puedo quedarme únicamente en eso, si se da la situación tendría que continuar en otro lugar mis estudios simultáneamente a la lucha legal.

En las luchas estudiantiles siempre han existido sacrificios esperando que el movimiento se levante. Siempre han existido sucesos que han sido la pauta para que comience una mayor participación estudiantil, antes a los compañeros los asesinaban por sus luchas políticas, ahora esto es como una eliminación política a través de la academia. Es un punto del cual hay que tomar reflexión y continuar la lucha.

A nivel de seguridad e integridad, ¿te has sentido intimidado o perseguido ya a nivel físico?

Sí, inclusive es por parte de la universidad que se generan estas situaciones. Digamos a la hora de ir a entregar documentos de forma presencial a la universidad, por ejemplo, cuando fui a la casa Flavio Herrera para entregar este recurso de reposición, se pudo observar que había personas vestidas de particulares vigilando y me dicen que no reciben documentos para el CSU. También ciertos seguimientos por parte de estos individuos a la hora de manifestaciones. Por parte de la Universidad también utilizan cierto sistema de intimidación, por ejemplo, cuando fueron a dejar notificaciones a mi casa de todo este proceso en lugar de llegar solo una persona con la hoja para firmar y ya, envían a tres personas directamente a la dirección de mi casa para entregar un simple documento y ellos no reciben documentos de forma presencial.

¿Mazariegos terminará su periodo de rector?, ¿qué escenarios analizan el movimiento estudiantil?, ¿prevés que con este panorama se reacondicione el movimiento?

Algo que se comentan desde hace meses es que de parte del gobierno ya no le van a continuar dando apoyo para que continúe como rector, porque al final ya nueve meses de que no logró regular la educación superior en Guatemala.El cambio de gobierno da alguna esperanza de que Mazariegos ya no continúe como rector. 

Si pierde sus apoyos y las cortes nacionales resuelven los amparos en contra de su elección,nos llevaría nuevamente a una convocatoria a elección nueva.

La apuesta desde el movimiento estudiantil es continuar rechazándolo, iniciando procesos de formación. Es lo que falta para que realmente los estudiantes se identifiquen con el movimiento, porque ha estado apagado durante mucho tiempo.

Camilo García, estudiante de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad San Carlos y representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario (CSU), acude a una reunión con Alejandro Córdova, Procurador de los Derechos Humanos el 9 de febrero de 2023 en la ciudad de Guatemala. Foto Edwin Bercían.

¿Como estudiante por qué crees que ya no vemos movimientos como aquellos que se oponían al alza al pasaje en los años noventa, ya no hay Oliverios Castañedas, o aquellas jornadas estudiantiles de los sesenta y setenta que representaban una fuerte oposición a las dictaduras y tenían la capacidad de convocar a toda la población?

El miedo. El miedo a todo lo que ha ocurrido en el pasado. El asesinato de representantes estudiantiles, de líderes como tal, es como un punto de partida por el cual las personas ya no se involucran tanto. A nivel social no es que haya habido tantos cambios. Se mantiene un mismo sistema en el cual se oprime a las personas, de igual forma no es solo este sistema que tomó el gobierno desde hace años, sino que igual han estado cavando espacios dentro de la Universidad de San Carlos modificando pénsums de las diferentes carreras para eliminar la formación social. También la formación a nivel de educación media ha tenido grandes bajas. Ya no se da la misma formación que antes, entran a la universidad personas que no tienen conocimientos de todos los procesos nacionales para buscar generar un cambio organizativo.

Es un hecho de que la Universidad de San Carlos prácticamente se ha vuelto un espacio privado. De educación media pública casi no ingresan estudiantes, más que todo tenemos estudiantes de la educación media privada. Hay un cambio del perfil de los individuos que ingresan. 

Cuando se pierde la asociación de estudiantes en el 2000, no hubo quien diera continuidad a la formación social política de los estudiantes. Aquí se ha estado reviviendo el movimiento estudiantil desde 2017, cuando se recupera la AEU.

¿No hubo tiempo de reforzar al movimiento?

Sí, se podría decir que el escenario actual es producto de la virtualidad. Esas personas no hubieran tomado la decisión de salir a la luz de forma tan descarada si existiera la presencialidad, donde los estudiantes se reúnen, se organizan y van a manifestarse frente a ellos. Prácticamente están tomando decisiones detrás de una pantalla en completa impunidad.

La virtualidad ha sido una herramienta para que hagan lo que se les dé la gana, para que tomen decisiones sin ser criticados directamente. Apachan un botón para expulsar a alguien de la universidad, ¿qué carga tiene eso para su persona?? y eso lo pueden repetir con cualquiera bajo este precedente.

¿Ves algún significado, similitud o guiño del proceso electoral de la USAC con las actuales elecciones generales de 2023?

Sí, yo sí lo considero. La USAC es una pequeña representación de cómo funciona Guatemala. Vimos un completo fraude electoral en las elecciones de la Universidad de San Carlos beneficiado del sistema que ya está cooptado a nivel nacional. Entonces fácilmente puede suceder lo mismo, ya vemos que acceden a darle candidaturas a ciertos sujetos cuestionables y a otros se las niegan en el Tribunal Supremo Electoral. Es lo mismo que ocurrió en la Universidad de San Carlos cuando autorizaron a los electores de ciertos grupos políticos y negaron las de otros. Igual es como bastante obvio vincular todo esto ahora teniendo un candidato a vicepresidente por el partido oficial que es el decano de económicas.

Con Luis Suárez, decano de económicas, postulado por Vamos junto a Manuel Conde, ¿crees que se beneficiaría a Mazariegos? ¿Qué pasaría si Suárez llega a ser vicepresidente? 

Sí, eso continuaría beneficiando al sistema que está actualmente en la universidad y realmente Luis Suárez no se destacaba como una persona de tantas ideas dentro del Consejo, sino más bien una persona manipulable por parte de la administración. Al final la Universidad de San Carlos es una de las instituciones a nivel nacional que puede colocar representaciones en la Corte de Constitucionalidad, Corte Suprema de Justicia, tiene voto para elegir Fiscal General del MP, entonces controlar estos puestos de postulación y también de elección que genera la universidad busca el beneficio mutuo para continuar con el desgaste y procurar que el Gobierno logre tener el sistema cooptado.

Camilo García, estudiante de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad San Carlos y representante estudiantil ante el Consejo Superior Universitario (CSU) durante una entrevista el 12 de febrero de 2023 en la ciudad de Guatemala. Foto Edwin Bercían.

¿Qué factores crees que mantienen a la sociedad en silencio ante el retroceso democrático actual de Guatemala? Ante la criminalización a actores anticorrupción, jueces, periodistas, amaño de elecciones de la USAC y ahora generales.

Pues yo considero que al igual que a nivel estudiantil en buena parte es el miedo a lo ocurrido en el pasado. Hemos visto que han existido manifestaciones masivas en Guatemala pero luego sacan a la policía a reprimir y las manifestaciones se apagan. Los levantamientos los reprimen, los apagan y consiguen una fuga de personas. La migración es algo que también mantiene en este estado al país. Al no tener oportunidades en Guatemala las personas las buscan en otro país y les dan cierta subsistencia a sus familiares. Esto mantiene estático este sistema.

¿Qué acciones emprenderías si la decisión de expulsarte no fuera revocada? 

Tocaría un amparo ya en contra de la resolución como tal. Emprendería acciones ante el Organismo Judicial pero también ante la Corte de Constitucionalidad, ya por los hechos de violación de derechos humanos. Dar la lucha legal hasta donde se tenga que llegar, no se puede quedar impune. Cualquier sanción que planteen en contra de mí por expresar mi opinión es una violación a los derechos humanos.

¿Y si fuera revocada?

Continuaría llevando acciones contra la universidad por la violación a mis derechos, además también porque adaptaron reglamentos de estudiantes para sancionarme como consejero, porque el reglamento de la USAC es totalmente ambiguo, no específica muchas cosas. Lo utilizaron de forma ilegal para sancionarme.

¿Qué le dirías a aquellos estudiantes que quieren regresar a las clases presenciales dentro de la USAC o que inician su carrera ahora, pero ignoran la falta de legitimidad de sus autoridades?, ¿cómo podrían conocer que el rector que tienen es ilegítimo?

Lo que les diría, primero que nada, es que no es culpa de ellos que no conozcan todo esto, sino es culpa del mismo sistema que ha llevado a que no les den una formación integral de la situación nacional y que su participación es muy importante para generar un cambio, aunque ellos no conozcan la situación como tal. Empezar a informarse y generar nuevos puntos de vista a través de la información que toman es una forma de iniciar en este proceso de resistencia. Yo a lo que le apuesto es a la organización estudiantil, continuar reforzándola y generando procesos formativos que lleven a generar bases estudiantiles como las que existían en el pasado para que no sucedan situaciones como la actual en la que debido a que no existe una base estudiantil, las autoridades universitarias hacen lo que quieren y no sienten la presión del estudiante que está manifestándose.