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“Para poder contratar a una persona el Ministerio de Salud necesitaba 18 pasos”, Edwin Asturias

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Tras cuatro meses y medio -desde julio del 2020- al frente del combate de la pandemia en Guatemala, No-Ficción logró conversar con Edwin Asturias, el director de la Coprecovid, y preguntarle más sobre su estrategia para Guatemala, las fiestas de fin de año, los desafíos sanitarios y sociales que han encontrado y la labor de la comisión en el país. 


Desde la sede de la Coprecovid -ubicada en la que fue la casa de Alejandro Sinibaldi ahora propiedad de la Secretaría Nacional de Administración de Bienes en Extinción de Dominio (Senabed)-, Edwin Asturias trabaja en su computadora apoyada sobre lo que originalmente era el bar porque prefiere trabajar de pie. Su rol al frente de la comisión encargada de gestionar la respuesta nacional ante la pandemia le ha convertido en una de las personas más ocupadas del país.

Con la llegada mundial de la enfermedad ocasionada por el nuevo coronavirus, covid-19, cada país se planteó una estrategia. En Guatemala, se creó la Comisión presidencial contra el coronavirus (Coprecovid) con el médico pediatra y especialista en enfermedades infecciosas, Edwin Asturias Barnoya, como director ejecutivo.

Sin embargo, No-Ficción logró entrevistarlo por casi una hora, y logró explicar en qué consisten las estrategias específicas aplicadas para combatir los contagios y la propagación de la enfermedad, las sanciones que tienen las diferentes instituciones para lograr que se cumpla con las regulaciones y cómo se hacen los cálculos de las cifras de muertos y recuperados que conocemos diariamente. A más siete meses desde el primer caso registrado en el país, 106 mil 319 contagios acumulados y un total de 3 mil 665 muertes han sido registradas por el sistema de salud, estas fueron sus respuestas.  

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“Uno de cada dos guatemaltecos tiene una inseguridad alimentaria importante, y a pesar de ello acataron las recomendaciones”, Edwin Asturias, director de COPRECOVID. (Foto: Oliver de Ros)

¿Cree que valieron la pena los sacrificios de la población, considerando que hay más contagios ahora?

Es completamente predecible la cantidad de contagios que tenemos. Creo que el sacrificio de la población fue increíble, creo que Guatemala mostró como población el poder de encerrarse, confinarse y seguir esas disposiciones, en su mayoría. Tenemos que recordar que en este país uno de cada dos guatemaltecos vive en pobreza. Uno de cada dos guatemaltecos tiene una inseguridad alimentaria importante, y a pesar de ello acataron las recomendaciones.

Se confinaron e hicieron sacrificios importantes que hoy por hoy los vemos como consecuencias de lo que ha pasado. Las empresas mismas se sacrificaron enormemente. Por supuesto que podemos argumentar que algunas de ellas tenían mejor posibilidad de subsanar ese encierro que otras, pero hay mucha gente que hizo un sacrificio enorme.

¿Por qué cree que igual se expandió?

Porque es inevitable. Es un virus con alto contagio que a pesar de que nos confinemos y hagamos todo lo posible, el virus se multiplica en el ser humano a través del contacto. No podíamos salvarnos como país de lo que estábamos viendo en todos los países del mundo. Es casi como decir “¿por qué el agua corre por el río?”, pues porque tiene que pasar de la montaña al mar: es inevitable. Es parte de la naturaleza de este virus y va a contagiar.

¿Cómo evalúa el desempeño de la Coprecovid en estos primeros seis meses de pandemia?

Yo diría que, en cuatro meses y medio de existencia, la Coprecovid ha mostrado esa eficiencia que el Presidente le quiso dar. Hemos sido capaces de rápidamente coadyuvar al fortalecimiento del Ministerio de Salud en términos de inteligencia epidemiológica, hemos sido activos en todo el diseño de la estrategia de las regulaciones que debían dictarse tanto en el estado de excepción, estado de calamidad, y fuera del estado de excepción. 

Hemos creado mecanismos de investigación aplicada que ya comienzan a rendir sus primeros frutos. Y en la articulación de sectores ha sido un mecanismo vital para poder tener un consenso nacional y participativo entre los diferentes sectores que están siendo afectados en esta epidemia. Y me refiero no solo al sector económico, el sector social, inclusive sectores digamos que tradicionalmente no tienen gremiales pero que son vitales para el trabajo que se ha hecho entre la población.

¿Cree que fueron efectivas las medidas que se tomaron como los primeros encierros, la mascarilla?

Yo quisiera dividirlo. Creo que el encierro importante que Guatemala tuvo a partir del dictamen del estado de calamidad y las disposiciones presidenciales le compró tiempo al país. Creo que la segunda acción más trascendental que el Presidente tomó fue el establecimiento de la mascarilla obligatoria, a pesar de que en ese momento a nivel mundial no se reconocía como el escudo que hoy sabemos que es para la población.

Y creo que la tercera acción fue un reconocimiento muy rápido de parte del señor Presidente de que teníamos una deficiencia en la respuesta. No teníamos suficientes camas hospitalarias y poner en marcha la construcción de cinco hospitales temporales para Covid, fue clave. Nos permitió no desbordar el sistema de salud, que hubiera ocurrido si esos hospitales no estaban ahí. Obviamente este es un sistema de salud débil, financiado de una manera desnutrida y que necesita mucha más inversión y desarrollo de lo que tiene en este momento. Pero ante eso, Guatemala no lo ha hecho tan mal en los últimos meses.

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“No teníamos suficientes camas hospitalarias y poner en marcha la construcción de cinco hospitales temporales para Covid, fue clave”, Edwin Asturias, director de COPRECOVID. (Foto: Oliver de Ros)

¿Cuáles han sido los desafíos más grandes que se han encontrado?

Al principio, tal vez el desafío más importante fue haber encontrado una población que en algún momento parecía muy dividida con respecto a esta respuesta. A través de haber establecido una estrategia, y una comunicación de esa estrategia, fue conllevando a que todos comprendieramos hacia dónde íbamos. Y por tanto, irnos alineando en qué es lo que se esperaba de nosotros.

Creo que la dificultad más grande ahora es el hecho de que existan todavía personas que no comparten esa sensación comunitaria de que todos debemos hacer nuestro trabajo para que continuemos controlando el contagio. Y esto lo hablo al nivel de individuos, grupos e inclusive algunas empresas o centros de trabajo que piensan que a ellos ni la ley ni la regulación les aplica. Y que por tanto ellos pueden hacer lo que piensan que deben hacer sin importar el daño que le puedan causar a los demás. 

Todavía hay muchos retos al nivel del sistema de salud en términos de mejorar la información, de dejar un sistema más sólido, tenemos todo el reto de la apertura educativa. Un país donde necesitamos que los niños se eduquen, es nuestro baluarte para el futuro, tenemos que encontrar la fórmula y la manera de hacerlo.

Hablando sobre estos desafíos, ¿cree que el desfinanciamiento y la forma en la que el Ministerio de Salud no logra ejecutar los fondos ni pagarles a los médicos es uno de los desafíos?

Bueno, el Ministerio de Salud tenía al principio muchas dificultades en hacer efectivos esos procesos. Hemos creado leyes y regulaciones a través de los años para evitar la corrupción que de alguna manera han restringido la capacidad y la eficiencia de poder actuar en una epidemia.

Para poder contratar a una persona en el Ministerio de Salud se necesitan 18 pasos. Y si un paso de esos es equivocado, si alguien se equivoca en un papel o en una factura, todo el proceso se cae. Por eso, aunque se quiera contratar médicos de la manera más rápida y eficiente no siempre ocurre. Ahora agreguemos a eso, el hecho de que los mismos administradores del sistema de salud no solo no están acostumbrados a cómo hacer eficiente este proceso en una epidemia, sino al mismo tiempo tenían temor de cometer errores. Eso implicó una serie de problemas en la contratación actual de médicos. No había una intención de no pagarle a los médicos. Lo que hay es un proceso administrativo muy complicado, al que había que encontrarle la manera de ser más eficiente respetando la ley. Y esto explica mucho este retraso.

Hoy, por ejemplo, el Ministerio de Salud está llegando a un 76% de la ejecución de los Q1 mil 600 millones que se destinaron, entre lo que ya ejecutó de los fondos COVID más lo que ya está comprometido. Eso ha sido en cuestión de tres meses desde que la nueva administración del ministerio tomó efectividad. El haber ejecutado Q1 mil 600 millones en cuestión de tres meses, aparte de todo lo que tienen que ejecutar para el resto de programas, no es una mala administración.

– ¿A pesar de que hayan doctores aún sin recibir su pago?

Vuelvo a lo mismo, si uno examina el por qué estos doctores no han sido pagados, uno tiene que encontrar que no hay una intencionalidad en no pagarles. Al contrario, el Ministerio de Salud es el primero interesado en pagarle a sus médicos.

7. Sin estado de calamidad, y menos restricciones para evitar contagios, ¿cuál es el plan para los próximos meses?

El tablero de alertas sanitarias si se sigue correctamente, tiene las directrices y las normas que le permiten disminuir el riesgo de infección. No a cero, por supuesto, pero sí suficiente para que se pueda cuidar y se sienta cuidado por las personas que siguen estas regulaciones. Habrá momentos específicos como la venida del Día de los Santos, como la Navidad, como el hecho de la reapertura educativa probablemente en el 2021. Sabemos que van a ser momentos especiales donde la población por cultura, por tradición y por necesidad tenemos que reunirnos un poco más y creo que el Ministerio de Salud va a ejercer ciertas regulaciones específicas para esos momentos.

¿Qué sabemos hoy por hoy? Hoy sabemos que el problema para infectarse no tiene que ver con la movilidad sino con aglomeraciones y reuniones de muchas personas. Una reunión con tres personas, tiene menos riesgo de contagio que una con 20 personas. Es más probable un contagio en un espacio cerrado donde no hay ventilación, que en un espacio amplio donde hay mucha ventilación. Porque este virus se transmite por la vía aérea. Basado en eso es que está diseñado el tablero. ¿Y qué le dice a usted el tablero? Que, si va a estar en un sitio como un restaurante, un centro comercial o una iglesia, ahí deben estar solo las personas que caben a 10 metros cuadrados por persona. Si el espacio es de 100 metros cuadrados, yo solo puedo tener a 10 personas ahí.


¿Cree que haya un recrudecimiento de medidas como se ha visto en otros países?

Bueno, veremos. Nosotros esperamos que el tablero, por la manera que está diseñado, no nos obligue a tomar medidas más estrictas. Nuestro llamado a la población es siempre atender esas regulaciones porque si las atendemos y nos acostumbramos a operar dentro de ellas, nos va a permitir pilotear esta epidemia a través de los meses sin poner en riesgo a los más queridos y a los más vulnerables.

Esto no es una carrera de 100 metros. Ya pasamos los primeros kilómetros de la maratón, pero todavía nos falta muchísimo para llegar. Nos faltan los siguientes 9 o 12 meses, y mejor nos vamos acostumbrando al paso que tenemos que tener en esta maratón para poder llegar a la meta. Si queremos hacerlo muy rápido vamos a quemarnos. Y tampoco podemos hacerlo muy despacio porque tenemos que de alguna manera reactivar este país que está lleno de pobreza y que necesita su actividad económica. 

¿Qué decir del confinamiento?

Es muy fácil hablar de encierros. Pero tenemos que comprender que los sistemas que pueden cerrar, sobre todo ya a meses de la epidemia, lo pueden hacer porque tienen sistemas de colchón de seguridad social que les permiten hacerlo. En donde una persona con empleo, obligada al encierro, tiene como vivir gracias a ese sistema de seguridad social. Aquí en Guatemala eso no aguanta.

Yo creo que la experiencia nos ha sido muy clara: el día que tratamos de cerrar cuatro días, se convirtió en un caos social. Porque no es solo el hecho de que no tengamos seguridad social, no tenemos los sistemas de logística para poder encerrarnos. La urbe de Guatemala, el sistema metropolitano, depende de un constante flujo de productos del área rural diariamente. Aquí no estamos como en Estados Unidos, donde Walmart y las grandes cadenas tienen unas bodegas enormes donde pueden contener productos por dos semanas. Aquí hay algunas bodegas, pero yo los cierro aquí cuatro o cinco días y la escasez en supermercados los vuelve locos. Entonces es claro que cuando pensamos en encierros es muy fácil decir la palabra, pero es muy difícil que la persona no piense en toda la logística que implica el encierro como tal.

9. ¿De qué depende que se cambien criterios a la hora de decidir “abrir” o relajar ciertas medidas? Como el caso de las alertas del semáforo que permitirán más actividades a pesar de continuar en rojo.

Estamos vigilando varios indicadores: vigilamos el número de casos, cómo está creciendo la epidemia en diferentes localidades. Vigilamos la ocupación de los hospitales, porque eso es un indicador muy bueno para saber si el sistema de salud está siendo estresado y estamos llegando a niveles preocupantes de ocupación. Todos los hospitales, privados y públicos.

Y la ventaja es que yo creo que el sistema de alertas nos permite de alguna manera ir viendo cómo podemos poner estados de excepción si fueran requeridos en localidades. Y no necesariamente que todo el país sufra al mismo tiempo con el mismo estado de excepción. Eso lo comenzamos a ensayar al pico de la epidemia, donde había zonas mucho más restringidas que otras. Y creo que nos funcionó bastante bien. Entonces está sobre la mesa la posibilidad de restringir un estado de excepción en áreas específicas si la epidemia se sale de control.

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“Para poder contratar a una persona en el Ministerio de Salud se necesitan 18 pasos. Y si un paso de esos es equivocado, si alguien se equivoca en un papel o en una factura, todo el proceso se cae”, Edwin Asturias. (Foto: Oliver de Ros) 

¿De qué dependen los criterios para marcar a una persona como fallecida por COVID? ¿Por qué el RENAP muestra otros datos que los del Ministerio de Salud?

Yo quiero aclarar dos cosas, primero todos tenemos que saber que el sistema de registro de muertes oficial en Guatemala es el RENAP. Ese es nuestro sistema de registros vitales. En el RENAP se registran los nacimientos y se registran las muertes. Cada año, el Ministerio de Salud toma los datos que genera el RENAP para saber cuántas personas murieron, por qué causas, o cuáles son las 10 primeras causas de mortalidad por grupo de edad. 

Hace muchos años que el Ministerio de salud no tenía un sistema de registro de muertes y no lo debe de tener, porque todo nuestro sistema debe estar basado en el RENAP. Pero también tenemos que comprender que el RENAP tiene un rezago de 2 hasta 6 semanas, cuando esa información se registra. Dos a seis semanas es un tiempo que Salud no puede utilizar para tomar acciones, es muy tardado. Por eso, es que en una epidemia se ensambla un sistema paralelo de detección de muertes, porque lo que le interesa saber es “si hay algo que está pasando que yo deba de saber sobre las muertes” como un factor importante. 

Y esa fue la manera en que fue diseñado el sistema que detecta las muertes que ocurren dentro del sistema de salud o que le reportan al sistema de salud que sabemos que no es completo. No me va a reportar a la persona que se murió en su casa. Por eso es que el RENAP es nuestro sistema oficial de muertes y por tanto no es de sorprendernos que exista esa diferencia entre las muertes del RENAP y las muertes del sistema de salud. 

Antes (al inicio de la epidemia y durante el pico) se nos morían uno de cada 10 guatemaltecos con covid que estaban en el sistema de salud, hoy se nos mueren dos de cada 100. Y eso ¿por qué es? Porque nuestros médicos son mejores, nuestras enfermeras han aprendido mucho sobre cómo tratar esta enfermedad, tenemos mejores sistemas para manejar los hospitales y además la gente se está cuidando más. Está tratando de llegar a los servicios antes, y eso nos ayuda.

¿Cómo se hace el cálculo de recuperados?

Al principio Guatemala tenía el nivel más bajo de recuperados. Y eso se debía a que cuando entramos a la fase de contención, estábamos tratando de evitar que la epidemia se expandiera a todo el país, había esta necesidad de que las personas tuvieran dos hisopados negativos para poder ser consideradas curadas de la infección. Cuando la Coprecovid vino, analizamos los datos internacionales, tomamos los primeros estudios de Corea del Sur mostrando que -desde el punto biológico y de la historia natural de la enfermedad- las personas desde el día 10 ya no son infecciosas, con excepciones. Por tanto, nosotros podíamos considerar que el día 10, después del diagnóstico, ya se podía considerar recuperado.

Hay muchas personas que las diagnosticamos, se van a su casa y nunca vuelven al médico. Se mejoran y ya no vuelven a consultar. Entonces lo que hicimos fue un análisis de cuándo las personas aparecían muertas, y el 95% aparecían en los primeros 21 días. Eso nos decía que, si usted no aparecía en los registros de mortalidad, nosotros podíamos llamarlo “recuperado” a partir del día 21. Es un análisis basado en datos, que nos ha llevado a obtener esa tasa de recuperación que creemos es más apegada a la realidad. Por supuesto que siempre van a haber errores, siempre va a haber alguien que tal vez no apareció en los registros porque se murió, eso ocurre.

12. ¿Por qué las pruebas no superan la meta de 5 mil que se habían trazado desde la llegada del Coprecovid?

El reto más grande que tenemos que recordar alrededor de las pruebas es que Guatemala partió de un país que no tenía capacidad dentro de su sistema de salud de diagnóstico. Cuando comenzamos esta epidemia teníamos al Laboratorio Nacional de Salud, al Hospital Roosevelt y al Hospital San Juan de Dios con capacidad de hacer pruebas y punto. Y por eso se diseñó todo este sistema de antígeno, como una posibilidad de ir a hacer diagnóstico a los hospitales más remotos sin tener un termo-ciclador, sin tener un químico biólogo, y todo el proceso.

Por supuesto que hay retos muy grandes y eso es que las personas quieran hacerse las pruebas, que podamos llegar a las poblaciones más remotas. Hay más o menos 11 municipios que están haciendo un trabajo excepcional en pruebas. Pero hay todavía muchos municipios que no llegan a sus mínimos de pruebas. Y esa es la insistencia que se tiene y por eso es que no se llega. Porque el número de pruebas está calculado para todo el país y eso significa que mientras existan municipios que no estén haciendo el mínimo de 0.4 pruebas por mil habitantes por día, nos va a costar llegar.

Hay mucho trabajo que hacer y eso es parte de por qué la Coprecovid sale al campo, trabaja con los alcaldes y los gobernadores para ir aumentando esa capacidad. Hoy por hoy tenemos más pruebas consistentemente de lo que hacíamos, ya superamos 5 mil 700 un día. Es solo un día, pero vamos levantando.

¿Cuáles son las estrategias que están implementando para atender los contagios? ¿Y cómo funcionan?

La estrategia de rastreo es importante porque el rastreador va a llegar a usted cuando sea un caso positivo y debe preguntarle quiénes son sus contactos e ir a buscarlos. Y en esa búsqueda activa de los contactos es donde hace más pruebas y detecta la enfermedad. Esos contactos rastreados también deben estar “encuarentenados”, porque si detectó y aisló a un infectado, esas personas transmiten menos. Y esa es la estrategia que llamamos “de encajonamiento”.

En octubre vamos a terminar de contratar 2 mil rastreadores, la meta son 3 mil 500 por el número de población que tenemos. No todos los departamentos han contratado a todos sus rastreadores. Pero, por ejemplo, en las áreas metropolitanas ya hay suficientes rastreadores. En fin, conforme va aumentando la capacidad se está contratando a más gente. Y yo creo que eso está ayudando a ampliar el sistema de salud y poder ir a buscar más casos.

El kit de medicamentos es parte del ciclo de encajonamiento. Si yo detecto una persona positiva, esa persona se va aislada y si esa persona tiene síntomas le doy un kit de medicamentos que contiene cosas muy básicas: Acetaminofén para el malestar, vitamina D y zinc, dos vitaminas demostradas que ayudan en las defensas en contra del virus, además de Ivermectina, medicamento demostrado por los argentinos como eficaz -una de las diferencias que tuvimos con la asociación de infectólogos al inicio, pero creo que el tiempo nos está dando la razón como alternativa para tratamiento ambulatorio- aunque aún no están todos los estudios que queremos pero comienzan a aparecer.

El kit está diseñado para los pacientes sintomáticos, para que no esperemos hasta que compliquen. Y para que puedan tener un medicamento que va a ser eficaz en un porcentaje de la población y eso nos da la oportunidad de ir dándole ventaja a muchas personas que hoy por hoy no tendrían acceso.

Recordemos que en Guatemala 70 centavos de cada quetzal que se gasta en salud, se paga del bolsillo. Y esto es una ayuda muy importante para la gente de bajos recursos, que no tenía acceso. Yo creo que es una estrategia que nos ha ayudado a que la población sienta que la estamos cuidando también.

Además del semáforo y sus alertas, ¿quién fiscaliza que cada alcalde aplique las disposiciones?

Hay que recordar que no depende de una autoridad únicamente, si el número de casos se va para arriba. Depende de todos nosotros. Un municipio puede cambiar de naranja a rojo y eso puede ser porque la población no está respetando las regulaciones que estamos diciendo, que no se pone la mascarilla, que hacen fiestas innecesarias. No se puede responsabilizar al alcalde de algo que usted como ciudadano está haciendo, es injusto que esa sea únicamente su responsabilidad.

Y así es como debe de funcionar el sistema: una colaboración entre alcaldía y sistema de salud como partes del proceso. Hay que recordar que no depende de una autoridad únicamente, si el número de casos se va para arriba. En los casos que sí sabemos que hay líderes que deberían mostrar el ejemplo, nosotros podemos sancionarlos. El Ministerio de Salud tiene un mecanismo de sanción claro, la DIACO tiene un mecanismo de sanción y el Ministerio de Trabajo también. Y se han hecho funcionar.

El Ministerio de Salud ya dijo claramente que va a hacer público todos aquellos lugares que están violando las regulaciones dictadas, para que todo el mundo conozca quiénes son los violadores de estas reglas. Porque la gente que no está respetando las regulaciones debe ser vista por la población como alguien que no está sacrificando. Todos estamos haciendo nuestro esfuerzo. A aquellos que no están haciendo su esfuerzo, tenemos que darles vergüenza públicamente de lo que están haciendo. No es justo que cuando un 80% se sacrifica, un 20% eche por la borda lo que los demás están haciendo.

¿Existe alguna estrategia para llegar a la población indígena históricamente vulnerada y olvidada?

La Coprecovid ha sido muy enfática. Las primeras visitas de campo que hizo la comisión fueron a Totonicapán, Huehuetenango, Alta Verapaz y Quiché. No fue casualidad. Fuimos a comprender desde la visión maya cómo ellos estaban viendo esta epidemia, qué podíamos hacer, qué podíamos aprender nosotros para ayudar a que ellos se sumaran al proceso y que pudiéramos hacerlo en conjunto bajo su visión y bajo su cultura.

Poco a poco hemos ido trabajando, yo creo que el esfuerzo que están haciendo los 48 cantones en Totonicapán con respecto a más muestreo y los centros de bienestar que van a poner son muy buenos. Y que el esfuerzo que se hizo en Huehuetenango de amplificar la cantidad de pruebas es muy bueno. Nuestro equipo visitó recientemente Alta Verapaz para crear sistemas en conjunto para llegar a la población en idioma q´eqchí. Creo que eso va ayudando. Es un trabajo que no se puede corregir en días.


¿Existe alguna circunstancia por la que usted tomaría la decisión de no continuar al frente de la Comisión trabajando con el Gobierno de Guatemala?

Yo creo que todos los individuos tenemos, en cualquier lugar de trabajo, nuestros principios, nuestros valores y las razones por las cuales decidimos hacer algo en algún momento. Y siempre examino desde lo personal si estas tres cuestiones están siendo manejadas adecuadamente. Yo soy el primero en decir que en el momento en que yo no sea necesario, no hay por qué yo esté aquí. 

Hay miles y miles de trabajadores en salud que están haciendo un trabajo increíble y que yo me siento honrado de estar a la par de ellos y de trabajar a la par de ellos, un equipo en el MSPAS que es fantástico que ha ido levantando esa capacidad enormemente y que tiene mi mayor respeto en términos de competencia, de honradez y desempeño. Y he tenido el privilegio que por ahora, las recomendaciones que Coprecovid ha dado, en su mayoría, han sido respetadas y atendidas adecuadamente. 

Así que seguiremos en este trabajo en lo que podamos darle al país y creo que es claro que va a depender de qué tan necesaria sea la comisión. Fue creada con un objetivo y veamos qué nos viene en los próximos meses.