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Keb’ Q’anil #GuateRacista

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Tras el linchamiento del guía espiritual y médico maya, Domingo Choc, el pasado 6 de junio, un coro de voces provenientes desde todos los rincones de Guatemala ha comenzado a denunciar el racismo narrando experiencias propias. Este texto es un collage de diferentes anécdotas, vinculadas con el traje, el idioma o los apellidos de estas personas, que evidencian acoso y hostigamiento que vive la mitad de población del país. 


En 2016, Manuel Tzoc Bucup, un joven artista de origen maya k’iche’, realizó el performance Iximulew PIEL en el Parque Central de Ciudad de Guatemala. Se cubrió con el corte de su lugar de origen, Totonicapán, pero se cubrió competo, la cara, los ojos, todo él, se invisibilizó a través del traje. 

“El performance se mueve en torno a tres palabras puntuales: origen, memoria y racismo. Detrás del performance hay un proceso creativo, una investigación previa respecto a mis recuerdos y los pasajes racistas que vivimos con mi familia en un contexto urbano. Una reflexión que encierra estas tres palabras. El tejido y el cuerpo como una sola representación poética. Decidí hacerlo a espacio abierto y en La Plaza de la Constitución porque es ahí donde convergen diferentes grupos étnicos, es un punto de encuentro para muchos #GuateRacista”, escribió ayer en su Facebook Manuel Tzoc, utilizando el hashtag que ha ido evidenciando de forma dolorosa la manera en que los jóvenes mayas experimentan el racismo.

El asesinato del guía espiritual, médico maya e investigador botánico, Domingo Choc Che, quemado vivo en San Luis Petén por acusaciones de “brujería”, despertó por primera vez en el país, y de forma natural, un eco de voces de jóvenes de diferentes etnias mayas en las redes sociales. Leerlas en conjunto ofrece una muestra de cómo vive el racismo la población maya, a pesar de que representa, con base al Instituto Nacional de Estadística, el 40 por ciento de la población del país.

José David López (@Davidck7)

“Hubo un silencio largo. Una estudiante de primaria dijo que la señora que la acompañaba no era su mamá. En realidad sí lo era. Los demás niños cercanos a ella lo sabíamos. Lo negó porque sintió vergüenza. Su mamá usaba su indumentaria maya.

¿La juzgamos? Sí. ¿Era culpable? No.

Este país hizo que una niña de once o diez años negara a su mamá.

***

Mi mamá y mi papá no querían que sufriera como ellos. Decidieron entonces no enseñarme K’iche’. No querían que también pasara por burlas e insultos. El racismo estaba matando así su forma de comunicarse. Esa es una de las maneras en que este país, esta sociedad, ha buscado destruir a sus pueblos originarios. Pero mis abuelas resistieron. Ellas siguieron hablándome en K’iche’. Y en ese idioma me pedían pastorear a las ovejas o que las ayudará a hacer las tortillas.

***

“No te vayas a juntar mucho con los inditos”. Estaba en tercero primaria y esa fue la forma en que una mamá le advirtió a su hijo que no jugará con las niñas y los niños indígenas que íbamos a esa escuela pública. #GuateRacista.

Ixab’ajrax  (@iq_wen)

Me enamoré de un hombre blanco que me dejó cuando me vió con mi Indumentaria. 

No saben el dolor que sentí. Pero jamás dejé de ser, hacerlo era despreciar toda la lucha de mis abuelas por defender los pocos derechos que tengo.

Es difícil escribir esto aún.

#GuateRacista

Daniel Us, maya k’iche

“Keb’ Q’anil

Del despertar hacia el florecer.

De niño le decía a mi mamá indiscretamente del por qué no usaba pantalón o blusas (blusas mestizas).

Ella me preguntaba el por qué le decía eso y yo evadía la pregunta haciendo o diciendo otra cosa.

Jamás le comenté el por qué de esas preguntas hasta hace unos años, le decía que a veces me daba vergüenza que ella usara el traje.

Wow que cosas.

Ahora me pregunto:

¿Cuántas cosas tenían que pasar por la cabeza de ese niño (yo) que hacían que se sintiera mal por ver a su mamá usar su indumentaria?

¿Qué tenía que pasar por su mente que lo hacían pensar ese tipo de cosas?

Ahora me doy cuenta que desde pequeños nos van orientando a sentirnos avergonzados, a inferiorizarnos.

Susana de León.

Cuando éramos niñas y mi madre nos llevaba al colegio sabíamos que debíamos prepararnos mental y emocionalmente. En la ciudad capital las personas no estaban acostumbradas a ver a una mujer k´iche´ manejando su carro, libre de ir a donde quisiera cuando quisiera. El recorrido de la zona 5 a la zona 1 eran los kilómetros más tortuosos para nosotras y para ella, mi hermanita y yo veíamos a la gente señalarla y reírse, gritarle cosas como “mirate a la Menchú” o “mirate a esa María”. Un hombre incluso llegó a detener su moto y gritarle toda clase de improperios por la ventana que, luego, aprendió a no bajar para evitar este tipo de agresiones. En estas estampas de nuestra cotidianidad se conoce un poco más de la #GuateRacista.

Hoy por hoy, ando más que feliz por ver y saber que mis raíces germinan. De ver que esa vergüenza se convirtió en sabiduría y valor para pelear y defender los conocimientos ancestrales.

Hoy por hoy, me doy cuenta la importancia de alzar la voz.

#GuateRacista

Lucía (@Lucy210519)

Mi papá es Ajq’ij y lo tuve que ocultar por más de 12 años, desde pequeña me decían que lo ocultara, y no entendía el porqué, hasta que un día sin pensarlo lo comenté con mucha normalidad. Mucha gente se alejó de mí, tachandome con apodos de “Bruja”, “la india”. 

Cuando invitaba a mis vecinos a jugar a mi casa la mayoría no llegaba porque sus padres cristianos, le decían que mi papá era un brujo y de que no se juntaran con la hija del “brujo”. 

En el primer año en la universidad pública, en un aula de más de 120 estudiantes, solamente habíamos 3 mujeres con indumentaria maya, aún cuando en el listado de la clase el 85% de apellidos eran indígenas. 

#GuateRacista

Maria’Amparo (@Amparito_15)

En la primaria sobreviví a la discriminación y el racismo de mi clase completa y hasta de las maestras por vestir corte y güipil. Quise estudiar desde los 3 años, al parecer era una niña inteligente. La violencia fue tanta que estudiar se volvió un martirio…

El racismo y la discriminación en la educación de GT son la norma. Con el tiempo las cosas fueron cambiando porque mi familia armó un lío y porque al final entendí que mi identidad no era el probelma. Resultó ser que casi la mitad de mi clase eran hijos e hijas de K’iche’s… Muchas y muchos de mis compañeros se disculparon con el tiempo, con algunas hasta nos volvimos amix, las dos maestras nunca lo hicieron. Pero yo seguí vestiendo güipil todos los días, todos los años, hasta para mi graduación de maestra parvularia en diversificado.

Todavía me cuesta hablar de esto,  pero creo que es necesario denunciar hasta que todo esto pare. Ninguna niña, niño o persona merece ser agredida física, simbólica o psicológicamente por racismo en ningún espacio, mucho menos en espacios “educativos”.

¡Alto al racismo!

Flor de María Pérez (@florpertzal)

Tanto que contar #GuateRacista pero algo que me marcó fue cuando a los 15 años iba en bus de Toto a Guate y una mujer me preguntó cuánto me pagaban por mes en la ciudad. Le dije que era estudiante. Se rió y toda incrédula dijo: ¿Estudiás pues? Pensé que trabajabas “de adentro”. Esta frase de Luis de Lión es real “Yo supe que era indio hasta que bajé a la Antigua; antes era persona”.

A muchxs nos pasa cuando llegamos a una ciudad. Alguien me dijo que “los de Occidente” se reconocen rápido porque “parecen bajados de una parrillera en la Roosevelt”.

#GuateRacista.

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El asesinato del guía espiritual maya Domingo Choc, quemado vivo en una aldea de San Luis Petén el 6 de junio, ha provocado un despertar de voces de jovenes mayas denunciando racismo.

Andrea Ixchíu (@Andreakomio)

Antes de casarse, a mi mamá alguien le dijo que pensara bien si se casaba con mi papá. Porque seguro a sus hijos llevar el “apellido de un indio” les iba a dar vergüenza. Pero no, aquí estoy, Andrea Ixchíu Hernández, orgullosa y honrando mi origen a pesar de esta #GuateRacista. 

A mi abuelo materno le cambiaron el apellido, esto era recurrente en el registro civil y las municipalidades. Esto lo supimos cuando él murió. Si hubieran respetado la identidad de mi abuelo, me llamaría Andrea Ixchiu Puac.

#GuateRacista.

Eddy Simaj (@Esimaj)

Una noche un compañero de trabajo me presentó con sus amigos. Cada vez que me presento, me identifico como maya tz’utujil.

Esa noche me dijeron: “Ay, pero tú no pareces indígena”. ¿Cómo debe parecer un indígena? ¿Qué estereotipos tiene este país sobre nosotras/os?

#GuateRacista

LuciaIxim (@IximLucia)

Una vez una persona me dijo: vos yo de verdad no te creo que seas indigena. Y yo le pregunté ¿porqué?

Y me dijo, por que sos una persona muy capaz e inteligente ( en mis adentro pensé cargamos con la colonia en la cabeza) mejor ni les cuento que le respondí.

#GuateRacista

Fragilidad (@_soydelviento)

A los 10 años, mi mamá tuvo que hacer valer mi derecho a utilizar mi indumentaria k’iche’ en un evento educativo en el que me obligaban a utilizar el uniforme, amenzando a la dirección de la escuela con interponer una denuncia por discriminación.

#GuateRacista


Saqb’ech reh ha’ (@avexxaarpoh66)

Cuando iba a clases de ballet ( que a mi mamá le emocionaba la oportunidad) recuerdo que muchas de la niñas eran blancas ladinas y me decían que “las marías” no bailaban así y que no debía estar en ese espacio, más cuando usaba mi indumentaria en clases.

#GuateRacista

Shirley (@RString98)

#GuateRacista Las historias y puntos de vista expuestos acá me hacen tomar mi propia iniciativa y voy a aprender mi idioma paterno el cual me negaron indirectamente.

Quisiera poder decir que se las raíces del lado materno pero fueron tan escondidas y rechazadas que no tengo idea.

Nathalie Alvarez H (@NathieLu4)

Después de leer las vivencias de #GuateRacista me acordé de varias mías. Cómo cuando iba caminando en la colonia donde vivía en Guate cuando estudiaba en la U y un montón de patojos que estaban jugando fut en la calle…

Tuvieron que parar para que yo pasara y me empezaron a decir India, patojos de 12 años aprox, me paré y los maltraté, me hervía la sangre. O cuando fuimos por primera vez al cine de Tikal con mi familia y la tipa que vendía los poporopos me ignoró… Y me vio con aire de superioridad y no me quiso atender…

O cuando en el primer año de la U una “amiga” hizo esa pregunta estúpida de que si “nosotros” usábamos ropa interior… Y así puedo seguir contando mis muchas vivencias de la fucking

#GuateRacista.