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Medalla de Q1 mil millones

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De 1998 a 2018, las instituciones encargadas de administrar el deporte desde el sector público han recibido más de Q11.73 mil millones. De ellos Q1 mil 17 millones han ingresado directamente al Comité Olímpico Guatemalteco y el resto al deporte federado y no federado. Si bien en eventos deportivos regionales y continentales, Guatemala ha obtenido varias medallas a lo largo de la historia. Su desempeño es muy diferente en Juegos Olímpicos, donde sólo se ha obtenido una medalla de plata.

La llegada de la era democrática a Guatemala implicó una serie de cambios en el quehacer político nacional. Aspectos como el institucional, el económico y el financiero estarían sujetos a modificaciones significativas.

Una de estas transformaciones se vería en el deporte administrado a través del Estado, pues a partir de ese momento este ya no tendría que depender de impuestos específicos para su funcionamiento, sino que obtendría, según el artículo 91 de la carta magna, el tres por ciento del presupuesto de ingresos ordinarios del Estado.

Esta condición es similar a la que gozan otras instituciones del públicas como la Universidad de San Carlos de Guatemala y la Corte de Constitucionalidad del país. El monto se debía distribuir de manera equitativa entre el deporte federado y el no federado, que juntos recibirían el 3% de los ingresos ordinarios del Estado.

Sin embargo, ese porcentaje no llegaría íntegro, al menos no desde un principio. Los índices de analfabetismo en Guatemala comprendían el 52 por ciento, según estimaciones del Comité Nacional de Alfabetización (Conalfa), en 1986 cuando la Asamblea Nacional Constituyente emitía la máxima ley y se hacía necesario contar con recursos suficientes para revertir esas condiciones.

De esa manera, la Asamblea legisló que también los programas de alfabetización tuvieran una porción del presupuesto de ingresos ordinarios. El uno por ciento fue lo que decidieron los constituyentes, pero estos recursos saldrían de las asignaciones al deporte por tres años.

Al llegar 1989, la primera gestión de la era democrática se encontraba en una situación alarmante. La inflación era de un 20 por ciento con respecto al año anterior. Y El panorama no era esperanzador para el año siguiente.

Ese fue el argumento utilizado por el Congreso, entidad responsable de aprobar el Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la Nación, para decidir que el presupuesto del año anterior se repetiría en 1990. Por lo cual la asignación provisional para alfabetización, restada al deporte se extendió por un año más.

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Al igual que un atleta de halterofilia que cada vez levanta más peso, el aporte constitucinal al deporte cada año tiene un monto más alto debido al incremento de los ingresos ordinarios del Estado. FOTO: Luis Soto

Evolución de las asignaciones presupuestarias

Pese a esa situación, que afectó al deporte como a cualquier ámbito de la administración pública, el deporte tuvo un año positivo en lo financiero. Se venció el período transitorio en el que una tercera parte de su asignación se utilizaba en alfabetizar a los guatemaltecos y se emitió la Ley General del Deporte a través del decreto 75-89.

En ella se establecieron regulaciones específicas para las entidades, encargadas de la educación física y del deporte federado y no federado. En la normativa quedaron establecidas la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG) y el Comité Olímpico Guatemalteco (COG) como las entidades responsables del deporte federado.

El deporte no federado y la educación física fueron responsabilidad de dos ministerios, el de Educación, a través de la Dirección General de Educación Física (Digef) y el Ministerio de Cultura y Deportes a través del Viceministerio de Deportes.

Sin embargo, la ley fue efectiva únicamente durante ocho años. En 1997, durante la presidencia de Álvaro Arzú Irigoyen, el Congreso de la República emitió la Ley Nacional para el Desarrollo de la Cultura Física y el Deporte, decreto 76-97, con lo que la anterior normativa quedó derogada.

Su objetivo era fortalecer la autonomía de las entidades deportivas, al menos las que corresponden al deporte federado, ya que la educación física y el deporte no federado están a cargo de dos dependencias del Organismo Ejecutivo.

La relación entre inversión y logros

A partir de ese momento quedó establecido que de la mitad del tres por ciento que corresponde al deporte federado, el 80 por ciento correspondería a la CDAG y el 20 por ciento restante al Comité COG. Según explica Francisco Ardón encargado de comunicación de la CDAG, la mitad correspondiente al deporte no federado se distribuye de forma equitativa entre el ministerio de Cultura y Deporte y el de Educación.

Ni el Ministerio de Finanzas Públicas ni las cuatro entidades beneficiadas señalaron tener registros de las asignaciones resultado de este aporte constitucional durante la década de 1980 y, salvo la CDAG, tampoco cuentan con registro de este rubro de su presupuesto de ingresos entre 1990 y 1998.

Los registros de los últimos 21 años establecen que el deporte federado y no federado recibió Q11,736.2 millones.

Desde entonces, La Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala ha recibido más de cuatro mil millones y medio de quetzales. Los Ministerios de Educación y Cultura y Deportes en conjunto han obtenido más de Q5 mil 858 millones. El COG, a pesar de ser el que menos de estos recursos percibe, supera los 1 mil 200 millones de asignaciones por los últimos 32 años.

Sin embargo, hay una estimación no oficial de lo asignado en los primeros años. José Ángel Golón Paredes, asesor externo del Comité Olímpico Guatemalteco, y extrabajador de planta en esa misma entidad formuló su tesis de licenciatura en las asignaciones que recibe el deporte en Guatemala.

Según sus estimaciones. Entre 1986 y 1997 los dos ministerios y las dos entidades descentralizadas recibieron Q650 millones más, distribuido en los porcentajes según establece la Ley. Con lo que se estima que durante la era democrática, el deporte recibió más Q12 mil 386 millones.

Desde esa fecha, Guatemala ha participado en ocho juegos olímpicos, de Seúl, en 1988, a Río de Janeiro en 2016. Eric Barrondo fue el primer atleta representando a Guatemala que ganó una medalla en los juegos de Londres de 2012, tras llegar a la meta en segundo lugar en los 20 kilómetros de marcha. No ha habido otra medalla para Guatemala.

Golón Paredes aclara que Guatemala ha tenido premios importantes en otro tipo de eventos, especialmente en deportes individuales. En los últimos Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Managua en 2017, Guatemala obtuvo varias medallas, que incluyeron algunas de oro.

No obstante, resalta que suena contradictorio que después de más Q1 mil millones de quetzales invertidos en el deporte olímpico y cinco veces más si se suma todo el deporte federado, Guatemala tenga sólo una medalla de plata.

Golón, quien formuló su tesis de licenciatura en las asignaciones que recibe el deporte en Guatemala, expresa que la certeza de que los recursos llegarán ha llevado a cierto acomodamiento por parte de los directivos de las instituciones encargadas del deporte federado, un acomodamiento que ha prevalecido por décadas.  

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El asesor añade que, de los 206 países con Comités Olímpicos Nacionales, en Guatemala se encuentra el único que recibe una asignación gubernamental como mandato constitucional. Ardón confirma este dato.

En el resto de países, estas instituciones funcionan con recursos que les asigna el Comité Olímpico Internacional (COI) y de patrocinios. El COG también cuenta con este financiamiento. No obstante, Golón señala que podría haber más esfuerzos encaminados a recaudar fondos de la iniciativa privada.

Al evaluar la contabilidad de 2018 del COG, se evidencia que el aporte constitucional representa el 92.16 por ciento de su presupuesto. Mientras que el resto corresponde a ingresos propios y donaciones externas.

En el caso de la CDAG, su presupuesto para este año es de Q421.6 millones de los cuales el 87.5 por ciento corresponden a la asignación establecida en la carta magna.

Sin embargo, existen otros tipos de competencias de este tipo, a nivel regional. Además de los Juegos Olímpicos, Guatemala participa en los Juegos Panamericanos, los Juegos Centroamericanos y del Caribe y los Juegos Deportivos Centroamericanos. En éstos ha obtenido el primer lugar en el medallero en cuatro de sus 10 participaciones

La participación de Guatemala en los Juegos Centroamericanos y del Caribe se remonta a la primera edición del evento, en 1926. En esa ocasión sólo participaron México, Cuba y Guatemala, que quedó en tercer lugar tras haber conseguido sólo tres medallas de bronce.

En los juegos Centroamericanos y del Caribe de 2018, Guatemala quedó en el sexto de 37 países participantes con un total de 84 medallas. Además en Juegos Panamericanos Guatemala ha alcanzado el décimo puesto en el medallero. Y en Juegos Deportivos Centroamericanos ha sido seis veces el primer lugar en el medallero.

Pero ¿llega el deportista a percibir este apoyo? Oswelly Quiñónez, expresidente de la Asociación de Andinismo de Chimaltenango y actualmente montañista amateur, señala que en su experiencia sí hay cierto apoyo al deporte federado, que se manifiesta de la CDAG a las federaciones deportivas y de las federaciones a las asociaciones departamentales. 

En el caso de Andinismo, señala que sí hay cierto apoyo a escalada, pero que desde que no se encuentra federado, no sabe si este mismo apoyo se le dan a todas las ramas de esta actividad deportiva. Pese a ello, recalca que el apoyo ya no es para todos, pues la razón por la que se encuentra fuera de la federación se debe a que desde la Federación se le notificó que no se podrían federar los mayores de 30 años.

No-Ficción intentó comunicarse con los directivos de ambas instituciones con respect a los beneficios y desventajas del sistem actual. Sin embargo, no respondieron a las solicitudes. Según se comunicó de manera oficial, por política institucional, no se ofrecen entrevistas personales.

El proceso para establecer la asignación

Hablar del tres por ciento del presupuesto no hace referencia a la totalidad del presupuesto de Ingresos y Egresos de la Nación. El artículo 91 de la Constitución en el que se determinan los montos hace referencia a los ingresos ordinarios. Es decir, la parte del presupuesto de ingresos recaudados cada año, después de sustraer de la cuenta los impuestos extraordinarios.

Si bien es el Congreso el que se encarga de esto, estas regulaciones llegan establecidas desde el Ejecutivo quien lo realiza a través de la Comisión Técnica del Presupuesto, del Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin). Así lo explica Luis Fernando Montenegro, diputado por Encuentro por Guatemala que ha integrado la Comisión de Finanzas Públicas y Moneda en el Legislativo.

El congresista expone que por lo general la sala de trabajo no interviene en la formulación de ese tipo de rubros y casi siempre se respetan los montos establecidos por el Ministerio, pues responden a lo establecido en la Constitución.

Sin embargo, los recursos que se establecen en el proyecto de presupuesto que los legisladores deben aprobar aún no se encuentran en manos del Estado. Pues los techos presupuestarios se formulan de acuerdo con las metas de recaudación y las previsiones de ingresos del Estado.

Las ampliaciones presupuestarias no afectan lo que se les asigna a estas entidades, pues las ampliaciones tienden a financiarse con endeudamiento interno o externo del Estado.

El diputado Carlos Barreda, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), exintegrante de la misma comisión y quien ejerció como viceministro de Finanzas durante el gobierno de Álvaro Colom, indica que, aunque la meta de recaudación se rebase, las entidades que reciben dinero por mandato constitucional rara vez reciben una ampliación con base en la tributación extra.

En esos casos, la cantidad superior a la meta de recaudación entra al fondo común del Estado y sirve para financiar el presupuesto del siguiente año.

Sin embargo, los registros contables del Estado dan testimonio de modificaciones presupuestarias que han beneficiado a estas entidades ya avanzado el ciclo fiscal. Aunque los ingresos no necesariamente correspondan siempre a recursos provenientes del 3% de los ingresos ordinarios. 

De cualquier manera, este dinero ahorrado formará parte de los ingresos ordinarios del próximo presupuesto y uno de sus usos obligatorios será financiar de nuevo a las cuatro entidades que administran la cara pública del deporte, a la espera de mejores resultados para el futuro. Resultados que, luego de ocho ciclos olímpicos desde la asignación presupuestaria, tienen por mayor exponente la medalla de plata conseguida por Erick Barrondo en marcha en los juegos olímpicos de Londres 2012.