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Transcripción El Virrey

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Episodio 2 : El Virrey

NARRADOR: El 11 de mayo de 2009, un video puso de cabeza a Guatemala.

RODRIGO ROSENBERG: Buenas tardes, mi nombre es Rodrigo Rosenberg Manzano y lamentablemente si usted está en este momento viendo este mensaje es porque fui asesinado por el señor presidente Álvaro Colom con la ayuda de don Gustavo Alejos y del señor Gregorio Valdez.

NARRADOR: Desde la tumba, un abogado corporativo acusaba de su propio asesinato al presidente de la República, a su esposa y a su secretario privado. Un día antes de la publicación, Rodrigo Rosenberg había sido acribillado en una calle de la zona 14, la más rica de la capital. Su mensaje le dio la vuelta al mundo. En este describía una confusa trama que según él terminaría con su vida.   

De inmediato, Guatemala se cristalizó en dos bandos: por un lado, los que pedían la renuncia del presidente Álvaro Colom. Y por el otro, y los seguían confiando en él, a pesar del video. En los días siguientes grandes manifestaciones tomaron las calles.         

CLIP NOTICIARIO En el centro histórico de la ciudad capital el ambiente empezaba a enrarecerse de nuevo con dos manifestaciones simultáneas. Una que pedía la renuncia del presidente, clamaba justicia por el asesinato de Rosenberg y otra que daba el espaldarazo al presidente Colom y su gobierno.

NARRADOR: Ambas manifestaciones se encontraron en la plaza central, en un ambiente de máxima tensión.

MANIFESTANTE: Para apoyar a Colom. Porque lo Están acusando de lo que no ha hecho.                     

NARRADOR: Las marchas opuestas tenían un aire de lucha de clases. Los anti-Colom venían de las zonas más ricas. Vestían impecables camisas blancas. En frente, estaban los habitantes de las zonas marginales, con sus gorras, sombreros y delantales de todos colores. El propio gobierno los había movilizado hasta la Zona 1. Por fortuna, no hubo violencia. Solo gritos e insultos.

Por su parte, Álvaro Colom multiplicó las entrevistas. Clamó su inocencia y aseguró que no renunciaría.

CLIP CNN: Presidente, hemos recibido decenas, sino centenares de mensajes que piden que usted renuncie. ¿Lo ha pensado?
COLOM: De ninguna manera

NARRADOR: Afirmó que todo aquello, el video, las manifestaciones, eran un complot para derrocarlo. Pero su posición era de lo más precaria. Las élites empresariales estaban en su contra. También lo estaba una buena parte de la población urbana. Y contra él, tenía al fantasma de Rosenberg.

La crisis política hubiera podido durar meses. Se hubiera podido envenenar, tornarse violenta. Por suerte para Guatemala, una institución guardaba toda su credibilidad. Era la única que tenía la confianza de los dos bandos en conflicto.

MANIFESTANTE: Como no confiamos en el Ministerio Público, pedimos que sea la CICIG la que encabece la investigación imparcial.

NARRADOR: Sólo la CICIG podía esclarecer la muerte de Rodrigo Rosenberg y poner fin a la crisis. Era la única institución capaz de averiguar la culpabilidad o la inocencia del presidente Colom.

Y al frente de la Cicig, el fiscal español Carlos Castresana.  

CARLOS CASTRESANA: En este sentido yo le he pedido al presidente de la república que él personalmente, la primera dama y el secretario privado se aparten de la investigación. Que, por favor, escrupulosamente, en la forma y en el fondo, los tres se aparten de la investigación.

Juan Luis Font: y le pregunto directamente: (…) ¿podemos esperar que se averigüe quién mató a Rodrigo Rosenberg? ¿Podemos esperar que se averigüe quién mato a los señores Musa? ¿Qué podemos esperar los guatemaltecos?
Castresana: Yo creo que pueden y deben esperar todo eso porque son interrogantes que es legítimo que sean absolutamente sean esclarecidas, que es necesario que sean absolutamente esclarecidas.

Entrada del podcast. Para No Ficción, Guatemala, esto es El Experimento.

Dos temporadas y doce capítulos para contar los éxitos y fracasos de la CICIG, el equipo internacional que reveló las entrañas corruptas del Estado de Guatemala.

Escrito y producido por Sebastián Escalón. Narrado por Guillermo Escalón.

Capítulo 2: el Virrey.

NARRADOR: Su fama le seguía los pasos: la de ser uno de los fiscales más mediáticos de España. Trabajó en la causa penal en contra del exdictador chileno Augusto Pinochet. Puso fin al pequeño reinado de Jesús Gil, presidente del Atlético de Madrid y alcalde de Marbella. Dirigió las fiscalías contra el tráfico de drogas y contra la corrupción. Llevó casos de desaparición, tortura y crímenes contra la humanidad.

Unos años más tarde, sus detractores lo apodarían el Virrey. Pero cuando aterrizó en el aeropuerto de La Aurora, llegó sin nada. El Virrey llegó desnudo. Llegó con un cargo imaginario: jefe de una comisión inexistente.

CASTRESANA: Cuando yo aterrizo en Guatemala tengo 0 presupuesto, no tengo oficina, no hay un solo empleado de la CICIG, solo hay un papel con 14 artículos tan precipitadamente redactados que le falta el artículo número 13, donde hay un Mandato que dice nada menos que tenemos que ayudar a las autoridades de Guatemala a desmantelar los cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad.

NARRADOR: Unos meses antes, el Congreso de Guatemala había aprobado la creación de la CICIG. Su misión era investigar a los cuerpos armados que operaban desde el Estado y luchar contra la impunidad. Pero al llegar Castresana a Guatemala, la CICIG era apenas un trozo de papel.

Castresana no quiso hablar con nosotros. Sin embargo, concedió una entrevista a Matías Ponce, periodista y exvocero de la CICIG.

Puesto que la comisión no existía en la práctica, Castresana tuvo que crearla de la nada. Buscó una base de operaciones. Fue en romería a todas las embajadas a pedirles dinero. Contrató personal en Guatemala y el extranjero. Y poco a poco formó sus equipos de investigación. Fue un trabajo pesado. Como picar piedra.

Como Castresana no sabía mucho de Guatemala, se reunió con decenas de personalidades para entender mejor adonde había llegado. Habló con activistas, empresarios, líderes campesinos, periodistas. De todos recibió información.  A todos, preguntó cuales casos merecían la atención de la CICIG. El fiscal español intentaba definir una agenda de investigación.

También tuvo que iniciar la colaboración con las instituciones guatemaltecas. Todo un desafío. Para estas, la CICIG era un Ovni. Era como un pulpo en una peluquería. Los funcionarios no sabían qué hacer con estos investigadores extranjeros que venían a meter las narices en sus tareas diarias. Por un tiempo, la consigna fue ignorarlos. Pero eso no iba a durar.

CLAUDIA PAZ: Su máxima desesperación yo recuerdo en aquel momento era: yo necesito encontrar al menos un juez independiente, un fiscal independiente.

NARRADOR: Ella es Claudia Paz y Paz, fiscal general entre el 2010 y el 2014. Como ella explica, la CICIG:

CAUDIA PAZ: Nunca fue un ente autónomo como un tribunal internacional. Tenía que trabajar con los fiscales nacionales y jueces nacionales.

NARRADOR: Este es un punto clave de esta historia. La CICIG no era la primera iniciativa de justicia internacional. Naciones Unidas, a lo largo de su historia, ha creado comisiones de la verdad, tribunales internacionales, misiones de paz. Pero la CICIG era diferente. Este era un experimento inédito. Su mandato la obligaba a colaborar con las instituciones nacionales.

La CICIG no tenía derecho de ir y arrestar a un ciudadano. Esa era tarea de la policía. La comisión tampoco tenía la facultad de iniciar una causa penal. Eso, solo Ministerio Público podía hacerlo. La comisión tampoco decidía quién era culpable o inocente. Para eso estaban los jueces. Los casos en los que participaba la CICIG eran juzgados por tribunales cien por ciento guatemaltecos.

Todo esto fue la gran debilidad del proyecto. Y también su mayor fortaleza. Debilidad, porque sin apoyo de la policía, del Ministerio Público, y de los jueces la CICIG estaba paralizada. Podía dar charlas y conferencias de prensa, pero poco más. Fortaleza, porque esa colaboración provocó los grandes avances del sistema de justicia.

Pero abrir ese espacio de trabajo no fue fácil. La desconfianza mutua era total. Y de parte de la CICIG, bastante razonable. El Ministerio Público y la Policía estaban penetrados por el crimen organizado. Durante el primer año, los jefes de algunas fiscalías sabotearon el trabajo de la comisión. Los fiscales escondían documentos y testigos e incluso boicoteaban los operativos. Para empezar a trabajar con el Ministerio Público, CICIG tenía que sacar a esos fiscales de allí.

CASTRESANA: Yo, después de mucha paciencia, muchos intentos infructuosos de conseguir una colaboración leal y efectiva con el fiscal general que era Juan Luis Florido pues tuve que hacer un dossier de todos los incumplimientos de este señor y se los llevé al presidente de la República y le dije "Mire, el acuerdo de la CICIG dice que ustedes tienen que remover a los servidores que no colaboren".

NARRADOR: Castresana obtuvo la cabeza de Florido. Los jefes fiscales más problemáticos se fueron con él. Activistas de la sociedad civil celebraron el despido. Las cosas iban por buen camino.  

El presidente nombró un nuevo fiscal general. Amílcar Velázquez Zarate. Pocos lo recuerdan, pero él empezó la reforma del Ministerio Público. Luego Claudia Paz y Paz y Thelma Aldana profundizaron el esfuerzo.

Velázquez Zarate creó una unidad especial para colaborar con la CICIG. Le asignó algunos de sus mejores fiscales. Esa unidad es la que ahora se llama Fiscalía Especial Contra la Impunidad, la FECI.

Pero el ministerio público no era el único problema. La policía necesitaba también una limpieza profunda. Como dijo Castresana, había que hacerle un exorcismo. En pocos meses, 1500 policías fueron dados de baja. Algo nunca visto antes.

Pero no bastaba con despedir policías y fiscales. Había también que formar nuevos, asegurándose de su capacidad y voluntad de servicio.  

CASTRESANA: Pero de alguna manera pusimos en stand by la investigación y nos dedicamos todo el primer año a hacer lo que se llama como capacity building, es decir, a entrenar policías, fiscales y magistrados que estuvieran dispuestos y que fueran capaces de hacer la tarea muy difícil que se estaba demandando de ellos. De manera que agarramos 100 cadetes de la academia de policía y los entrenamos para que cuidaran de nosotros, para que cuidaran de nuestros testigos, para que aprendieran a investigar,

NARRADOR: El escritor Julio Prado trabajó en el Ministerio Público durante 15 años. En la fiscalía especial, trabajó casos de alto impacto, como el caso La Línea o el de las adopciones irregulares. Fue testigo de los cambios en la policía.  

JULIO PRADO: Si. Esa policía que no tenía mucha técnica sino mucha rudeza, se fue transformando con los equipos policiales de CICIG, que tenía a los investigadores bajo su guía. Entonces, teníamos un equipo policial guiado por CICIG pero con policías locales que estaban mejor formados y que teníamos garantía de su transparencia. Eso creo que no es que ayudó mucho a las investigaciones, sino es que no fue fundamental.

NARRADOR: Carlos Menocal, ministro de gobernación entre 2010 y 2012 fue actor de esta evolución.

CARLOS MENOCAL: La llegada de Castresana le vino a dar un dinamismo a las coordinaciones interinstitucionales entre la policía y el ministerio público. Ejemplos claros digamos, el sistema del programa de protección de testigos. Antes en Guatemala era un mamarracho. Que básicamente los que se sometían a él estaban destinadas a ser asesinadas. Con la llegada de él y el apoyo de Colombia se fortaleció el programa de protección de testigos que fue un programa que demostró que se podía contar con la figura de colaboración eficaz.

NARRADOR: Y no es que la policía y el Ministerio Público estén libres de corrupción. Lejos de eso. Pero esa limpieza permitió que los fiscales y agentes honestos tuvieran espacio para trabajar. Antes, era imposible. Y así, el 98% de los crímenes y delitos quedaba sin castigo.

Otra sorpresa para Castresana fue el anticuado marco legal de Guatemala. Con esas leyes, no se podía luchar contra el crimen organizado. La CICIG propuso reformas y peleó porque el Congreso las aprobara. No obtuvo todo lo que pedía. Pero algunas cosas sí, como la colaboración eficaz. Es decir, la posibilidad de que un delincuente obtenga una sentencia reducida a cambio de su colaboración. Algo tan básico, Guatemala no lo tenía.

Otra cosa básica que no existía, eran las escuchas telefónicas legales. Cien años después de la invención del teléfono, los sabuesos de Guatemala no tenían cómo escuchar las conversaciones de los delincuentes. Cuando por fin se pudo, muchas cosas cambiaron

CARLOS MENOCAL: Está estadísticamente comprobado que por ejemplo se evitan 500 asesinatos por año a través de la escucha telefónica.

NARRADOR: Los cambios no acabaron allí. En 2009, la presión de la CICIG llevó a la creación los juzgados y tribunales de mayor riesgo. Estos serían los encargados de conocer los casos más complejos y peligrosos. Narcotráfico, corrupción, crímenes de lesa humanidad serían juzgados por estos nuevos tribunales.

Para lograr estas reformas, Carlos Castresana utilizó como nadie los medios de comunicación.  Multiplicó sus apariciones en televisión. Castresana estaba en todas partes.

Los guatemaltecos fueron conociendo su personalidad explosiva. Descubrieron su oratoria: esa dicción rápida, punzante, irrebatible. Aquí, por ejemplo, una entrevista en la cual explica por qué son necesarios los tribunales de mayor riesgo.

CASTRESANA: Le pongo los tres ejemplos del 2008. La matanza de los nicaragüenses, la matanza de Zacapa del 25 de marzo en la que es asesinado Juancho León y otras diez o doce personas y la matanza de Huehuetenango en la que se recogen in situ casi 20 cadáveres. Ese tipo de casos, la experiencia nos enseña que no pueden ser tramitados en los juzgados del interior del país. La presión ambiental, la corrupción y la amenaza hace que los jueces no estén a la altura y los fiscales tampoco. Hay que crear unos juzgados con una competencia reforzada debidamente protegidas física y jurídicamente porque son los únicos que van a poder dar respuesta a un fenómeno de criminalidad organizada que desborda completamente las capacidades de la jurisdicción común.

NARRADOR: Los ciudadanos también fueron testigos de la prepotencia de Castresana. Esa que le valió el mote de Virrey. Los azotes que daba a las instituciones nacionales eran legendarios. Como muestra, esta entrevista con Juan Luis Font y Dina Fernández, donde acá, el verdadero protagonista, es ese dulce acento español de Castresana.

                                                 CLIP A LAS 8H45

CASTRESANA: No le voy a decir que estemos descorazonados, pero si estamos francamente preocupados por la falta de respuesta de las instituciones.

JUAN LUIS FONT: explíquenos eso por favor falta de respuesta de las instituciones.

CASTRESANA: Eso iba a decirle. No vemos que se pongan los medios personales y materiales y el país está en una situación de emergencia. También cronológicamente resulta que se cierra un año, se inicia otro, y tenemos los datos de 2009 y son descorazonadores. Ha habido más asesinatos en 2009 que en 2008. No es una tendencia que se revierta.

El año pasado el ministerio público de Guatemala tuvo un presupuesto de 614 millones de quetzales. Es ridículo. Es calderilla.

Font: pero déjeme preguntarle…
Castresana: ¡Y para el 2010 le ponen el mismo!

A mí me dice el fiscal general que no tiene presupuesto para aumentar la plantilla de la fiscalía especial, pero hay 2300 fiscales entre agentes y auxiliares en Guatemala, de manera que claro que se puede mejorar.

JUAN LUIS FONT: ¿Cuántos fiscales quisiera usted que le envíe el Ministerio Público a esa Fiscalía especial?
CASTRESANA. Yo he pedido que doblen la Fiscalía es una cifra que seguramente debería ser mayor, pero si tenemos 14 en este momento, deberíamos tener 30. Eso nos daría un cierto desahogo.
JUAN LUIS FONT: ¿y de esos 2000 no podrían mandarle otros 16?
CASTRESANAN: Pues yo creo que sí.
DINA FERNÁNDEZ: ¿Que leyes falta todavía que le aprueben?
CASTRESANA: Pues no me acuerdo, pero tenemos como 18 que están en el Congreso que ni siquiera han empezado a tramitar.
DINA FERNÁNDEZ: lo más urgente…
CASTRESANA: Eso que señalaba con lo de Gregorio Valdez, que un sector se siente escandalizado, es lo que se llama tráfico de influencias, pero no es delito en Guatemala.
JUAN LUIS FONT: y ese delito no es reconocido por la legislación guatemalteca y los legisladores nacionales no lo quieren hacer pasar como un delito.
CASTRESANA: No sé si quieren o no quieren, pero hace más de un año que lo tienen allí y no lo han hecho.
Font: Pues si no lo han hecho en un año, usted JUAN LUIS FONT si quieren o no quieren
CASTRESANA: Pregúnteles usted que es el periodista.
risas.

NARRADOR: En la Guatemala del “a sus órdenes”, “con todo respeto”, “lo que usted mande” esa manera directa de hablar causó ardores de estómago. Pero lo cierto es que los tribunales de alto impacto fueron creados. El tráfico de influencias se convirtió en delito. La Fiscalía especial cuenta hoy con unos ochenta fiscales y auxiliares. El chicote de Castresana sí tuvo efecto.

Con todas las reformas en camino, la CICIG empezó de lleno con sus investigaciones. En su primer caso reveló una pequeña estructura criminal dentro de la policía. La banda del Mariachi Loco se hacía llamar, se dedicaba a asaltar cambia-dólares. Luego, vendrían casos más serios, como la matanza de 16 pasajeros en un bus que venía de Nicaragua. O como el tiroteo en el murió el capo del narcotráfico Juancho León, que reveló la llegada a Guatemala de los Zetas.

Estos casos sirvieron de calentamiento para la CICIG. Mostraron sus capacidades. La comisión y el Ministerio Público aprendieron a trabajar en equipo.  Pero la CICIG no había venido para ese tipo de casos. No. Su razón de ser, algo mucho más difícil.

En algún momento del 2008, Castresana tomó una decisión. De todos los casos posibles que podía investigar escogió dos. Todo los demás eran secundarios. Eran dos tramas tentaculares, colosales. Dos redes criminales que llegaban a la cumbre del Estado. Más aún, involucraban a los poderes ocultos, los que de verdad que dominan Guatemala.

Estos eran, el caso Alfonso Portillo y la masacre de Pavón. La CICIG se metió a la boca del lobo. Hablaremos en detalle de estas dos sagas judiciales. Por ahora, un breve recordatorio. Alfonso Portillo, presidente de Guatemala entre el 2000 y el 2004, era sospechoso en el robo de 140 millones de quetzales del Ministerio de la Defensa. Junto a él, estaba la flor y nata del Ejército.

El otro caso, era la matanza ocurrida en la granja penal Pavón en septiembre del 2006. Tras una operación policial, siete de los presos que controlaban la cárcel fueron ejecutados a sangre fría. Este hecho reveló la presencia de sicarios en el ministerio de Gobernación en el periodo de Óscar Berger. Entre los acusados por el caso Pavón estaban el exministro Carlos Vielmann, el exjefe de la policía, Erwin Sperisen, y Alejandro Giammattei, el actual presidente. Cuando ocurrió la masacre, Giammattei era director de presidios.

Los dos casos eran explosivos. Terreno minado. Detrás de Portillo había estructuras militares de mucho cuidado. Y en apoyo a Carlos Vielmann estaban las élites empresariales. Vielmann era uno de los suyos. Había sido presidente de la Cámara de la Industria y durante el conflicto armado, jefe de seguridad del CACIF, la gremial empresarial.

No era fácil. Pero la CICIG se había creado para tareas de estas dimensiones. Con esto, la comisión, ya tenía una agenda clara.

Pero, en Guatemala, los planes mejor pensados se caen en un parpadeo. Guatemala reservaba una sorpresa al fiscal español.

CASTRESANA: Nosotros empezamos a investigar la trama de Carlos Vielman, la trama del Ministerio de Gobernación de la presidencia anterior de Óscar Berger, empezamos a investigar también al expresidente Alfonso Portillo y en esas nos encontrábamos cuando, por sorpresa, se produce el caso Rosenberg.

NARRADOR: Un caso que dejó al mundo boquiabierto.

CASTRESANA : En ese momento nosotros tuvimos claro que CICIG tenía que hacerse cargo de la investigación de ese caso, que estaba comprometida la gobernabilidad del país, porque se estaba pidiendo abiertamente la renuncia del presidente de la República. El desafío era monumental.

NARRADOR: El 14 de abril de 2009, Khalil Musa, un empresario textilero fue asesinado cuando volvía a su casa a almorzar. Junto a él, iba su hija, Marjorie Musa. Ella también murió en el ataque. Marjorie Musa tenía una relación amorosa con Rosenberg.

Con su muerte, una sombra cayó sobre la vida el abogado. Un Rosenberg desolado, al borde de la locura, decidió investigar el crimen. Quería dar con los culpables. Un amigo y cliente suyo le ofreció ayuda. Luis Mendizábal.                                    

LUIS MENDIZÁBAL: Fui un hermano para él. Nosotros nos mirábamos todos los días, nosotros almorzábamos todos los lunes por años.

NARRADOR: Su nombre es sinónimo de conspiraciones, golpes de estado, crimen organizado y negocios turbios. Luís Mendizábal es, o era, no se tienen noticias de él desde el 2015, un habitante de los rincones más tenebrosos del Estado.

Fue parte de la Cofradía, ese grupo criminal surgido del Estado Mayor del Ejército. Traficó armas para la guerrilla de El Salvador. Participó en un intento de golpe de Estado. Operó una red de contrabando. Encubrió crímenes de Estado. Colaboró con el terrorista cubano Luis Posada Carriles. Traficó información. Una empresa suya fabricaba los pasaportes guatemaltecos. Un negocio con doble fondo, puesto que podía imprimir pasaportes originales con identidades falsas.

Fue él quien puso al abogado tras una pista: le dijo que el asesinato de Khalil y Marjorie Musa tenía que ver con los negocios de la asociación de productores de café y de Banrural,  un banco semi estatal, y de

No queda claro cómo Rosenberg manejó su investigación. No se sabe bien el nivel de influencia que tuvo Mendizábal. No se sabe por qué pensó que el presidente Colom era responsable de la muerte de los Musa. Solo queda el resultado. El video.

RODRIGO ROSENBERG: Buenas tardes, mi nombre es Rodrigo Rosenberg Manzano y lamentablemente si usted está en este momento viendo este mensaje es porque fui asesinado.

NARRADOR: En los 18 minutos que dura el video, el abogado describe una trama enrevesada de negocios y corrupción. Una trama incoherente a la que va agregando nombres y más nombres. Es extraño que un video en el que un hombre anuncia su propia muerte pueda ser tan aburrido.

Quien filmó el video, fue el periodista Mario David García, otra de esas criaturas de las tinieblas. Otro con un currículum lleno de complots e intentos de golpes de Estado.

En sus últimas semanas de vida, Rosenberg dijo a todos sus familiares y amigos que alguien lo amenazaba. A sus primos, los hermanos Valdez Paiz, dueños de una cadena de farmacias, dijo que un extorsionista le enviaba mensajes de amenaza. Les pidió ayuda para librarse de él. Y ellos se la dieron.

Y el 10 de mayo de 2009, Rosenberg fue asesinado. Era domingo. Estaba sentado a la orilla de una calle de la Zona 14. Junto a él, quedó su bicicleta.

Durante el funeral, Luis Mendizábal repartió copias del video.

LUIS MENDIZÁBAL: El video me lo entregó Rodrigo Rosenberg el día viernes. El me entrego 150 copias y me pidió que, como amigo, si le pasaba algo, que yo distribuyera eso.

NARRADOR: Las consecuencias no se hicieron esperar. Crisis política, manifestaciones. Los rumores de golpe de Estado.

La CICIG realizó una investigación como nunca antes se había visto en Guatemala.

CASTRESANA: Cuando se produce, en mayo de 2009, la muerte de Rodrigo Rosenberg estábamos preparados y ya teníamos los dos equipos, el guatemalteco y el internacional, bien coordinados, nos pusimos inmediatamente a trabajar (…) ya teníamos investigaciones tecnológicas de primer nivel, estábamos manejando prueba científica no testifical, estábamos utilizando todos los informes de balística, toda la evidencia forense que hasta ese momento era prácticamente inédita en Guatemala.

NARRADOR: Y pronto, la versión de Rosenberg se desmoronó.

CASTRESANA: Nosotros supimos en seguida que la versión del vídeo no era verdad.

NARRADOR: Unos meses más tarde, la increíble historia de Rodrigo Rosenberg salió a la luz.

CASTRESANA: Nosotros supimos, en seguida, por tanto que Rosenberg había organizado su muerte.

NARRADOR: Rosenberg había organizado su propia muerte. Los mensajes de amenaza del supuesto extorsionista, él mismo se los había enviado desde otro celular. Él mismo dirigió, casi hasta al último momento, a los sicarios que lo mataron. Su muerte era una puesta en escena.

El 10 de enero del 2010, Carlos Castresana dio una conferencia de prensa para presentar esta inaudita trama.

CASTRESANA: Pero nos aprestamos a analizar también desde el primer día el entorno de la víctima, y allí sí las conclusiones nos dejaban estupefactos, como les dejarán a ustedes, pero nosotros continuamos con la mayor objetividad hasta intentar descartar todas las hipótesis para quedarnos solo con una, que es la que podemos afirmar como verdad.

NARRADOR: El audio que quedó de esa conferencia es pésimo. Una lástima porque es una cátedra de cómo se realiza una investigación. Claudia Paz y Paz era parte del público ese día:

CLAUDIA PAZ: Sí recuerdo cómo nos citaron a todos para la conferencia de prensa y era increíble… no habíamos visto en Guatemala que se resolviera un caso con prueba científica. Era innegable cada, afirmación tenía un sustento en una evidencia

(…) Las facturas, la vigilancia de las cámaras, llegó a esta hora, compró el teléfono, aquí está la factura…

NARRADOR: Guatemala tuvo que aceptar esta increíble verdad: Rosenberg se había mandado a matar. El presidente Colom, Sandra Torres, Gustavo Alejos, no tenían nada que ver.

Más tarde, la CICIG resolvió el asesinato de Marjorie y Khalil Musa. Un caso trágico, pero bastante común. Unas telas robadas, un negocio que acaba mal, ladrones que se sienten estafados, y un país donde los desacuerdos se arreglan con sicarios.

Sin embargo, la CICIG no cerró todas las pistas del caso Rosenberg. No llegó hasta Luis Mendizábal y Mario David García. Muchos creen que estos dos complotistas expertos manipularon a Rosenberg. Que además de la tragedia personal del abogado, había un intento de golpe de estado. Lo explica Carlos Menocal, ex ministro de gobernación.

CARLOS MENOCAL: Mirá, hay evidencia muy muy clara de que el abogado, en medio de sus vicisitudes personales, fue utilizado por algunos personajes que posteriormente salieron a la palestra en casos de investigación que CICIG llevó.

Suena poco casual que ambos estuvieran en el momento de grabar el video, conociendo la trayectoria de ambos, y conociendo la trayectoria de Luis Mendizábal que se supone es experto en seguridad y asesor de elites económicas centroamericanas.

Se sabe porque que estos personajes aparecen en casos vinculados a acciones de mafias con el tema de contrabando aduanero, sobornos…

Y sin embargo, CICIG no los investigó.

Eso es lo extraño. Es lo curioso y lo extraño

NARRADOR: El caso Rosenberg llevó a Castresana a la cima. Lo convirtió en figura mundial de la lucha contra el crimen. Una especie Eliot Ness español. Con esto, el comisionado ya tenía un legado. Un legado que él mismo resume muy bien:

CASTRESANA: Yo creo que eso de alguna forma marca toda la etapa de mi desempeño como director de la CICIG porque durante ese primer trienio, pues digamos, las contribuciones fueron poner la CICIG de pie, poner una contraparte guatemalteca confiable, transparente y comprometida de jueces, fiscales y policías dispuestos a hacer la tarea, esa prisión de máxima seguridad, la demostración al país de que sí se puede, de que sí podían disponer un sistema de seguridad de justicia confiable y salvar la gobernabilidad en la primera presidencia en la que está presente CICIG en el país y permitir que el presidente Colom terminara su presidencia.

NARRADOR: Pero todas las consecuencias del caso Rosenberg no fueron positivas para el fiscal español. La trama dañó su relación con las élites económicas.

CLAUDIA SAMAYOA: Cuando resuelve con la verdad se quiebra esta alianza que el empresariado, en esa época más unido que ahora, tenía con él. Pero no le queda más que tragarse su orgullo.

NARRADOR: Ella es Claudia Samayoa, fundadora de la unidad de defensores y defensoras de los derechos humanos de Guatemala. En la cúpula empresarial, muchos querían deshacerse del presidente Colom. Demasiado a la izquierda, decían. Colom había intentado una reforma fiscal, y sus programas sociales disgustaban a las élites. La CICIG desbarató la esperanza de verlo fuera antes de tiempo.

CASTRESANA: A ver, los primeros resultados de la CICIG fueron apabullantes porque fueron por sorpresa y entonces los grupos que querían oponerse no estaban preparados y no fueron capaces de reaccionar. Sin embargo, con el tiempo, es evidente que se reagruparon y yo creo que en 2010 fue la tormenta perfecta porque por una parte exoneramos al presidente Colom que todo un sector conservador de la opinión pública nos censuró porque lo querían en la cárcel, lo querían destituido, porque eran los tiempos de Óscar Chávez (sic), eran los tiempos de los acuerdos petroleros en América Latina, y eran los tiempos del golpe de Estado en Honduras, entonces hay todo un sector que no nos perdonó que exonerásemos a Colom, pero es lo que había que hacer y así lo hicimos.

NARRADOR: Ese sector conservador que menciona Castresana empezó a moverse.

Menos de cinco meses después de su famosa conferencia, un Castresana sin apoyos tuvo que renunciar. Su caída en desgracia tuvo que ver con uno de los casos que la CICIG investigaba. El caso Pavón y los escuadrones de la muerte del ministerio de gobernación.

Pero esto lo contaremos en el próximo episodio de El Experimento.

Créditos: El Experimento es un podcast producido para No Ficción Guatemala. Narrado por Guillermo Escalón. Investigación, guion y montaje Sebastián Escalón. Edición de textos, Oswaldo Hernández. La música es de Lloyd Rogers.
El Experimento ha sido posible gracias al apoyo de la Seattle Foundation y del National Endowment for Democracy.
Material de archivo: Prensa Libre, El Periódico, Canal Antigua, Libre Encuentro, CNN en español. Agradecimientos a Matías Ponce, Helen Mack, Antonio Delgado, Alejandro Rodríguez y Rachel Nolan No Ficción cuenta a Guatemala a través de reportajes, crónicas y periodismo de datos. Búscanos en Twitter, Facebook, Instagram, o en nuestra página web.
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El Experimento es un podcast producido por Sebastián Escalón para No Ficción Guatemala. Narrado por Guillermo Escalón. Investigación, guion y montaje Sebastián Escalón. Edición de textos, Oswaldo Hernández. La música es de Lloyd Rogers.
El Experimento ha sido posible gracias al apoyo de la Seattle Foundation y del National Endowment for Democracy.
Material de archivo: Prensa Gráfica, TCS y Libre Encuentro.
Agradecimientos a Adriana Beltrán y Antonio Delgado.
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