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Transcripción | Miao Miao y la Línea

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Capítulo 08: Miao Miao y La Línea

[NARRADOR]

El 2 de mayo del 2014, Erick Miao Miao se encontraba en una situación incómoda. Muy incómoda. Comerciante de origen chino, Miao Miao era dueño de una tienda ubicada en la 19 calle de la zona 1. Allí, vendía al por mayor toda clase de baratijas Made in China.

Ese día, estaba en el baño de su tienda y… ya no había papel higiénico. Usted sabe son momentos embarazosos que todos hemos vivido con mayor o menor frecuencia. Miao Miao encontró de inmediato la forma de salir del mal paso. Tomó su teléfono y llamó a su guardaespaldas para que le trajera un rollo nuevo. Problema resuelto.

Lo que no sabía, lo que no podía imaginar Miao Miao, es que a poco más de un kilómetro de su tienda, un equipo policial situado en el cuarto nivel del Ministerio Público escuchaba su conversación. Los sabuesos acababan de intervenir su teléfono. La llamada de auxilio a su guardaespaldas fue la primera que escucharon y documentaron.

Obviamente, las desventuras higiénicas de Miao Miao no les interesaban. Estaban buscando un hilo, una pista, algo que les permitiera identificar a un grupo criminal que, según sus sospechas, operaba en Puerto Quetzal. Este es el puerto que abre al océano Pacífico, y por él pasan las mercancías chinas que llegan a Guatemala. Miao Miao, importador y usuario del puerto, podría tener relación con esa banda de contrabandistas. Y en efecto, sus llamadas no tardaron en proporcionar información capital.

[Clip La Línea]

Aló

El 8 de mayo, Erick Miao Miao llamó a un hombre llamado Julio Aldana, un tramitador de puerto Quetzal. Le preguntó sobre una cosa nueva que, al parecer, estaba funcionando en las aduanas del Puerto. 

[Clip La Línea]

Aló, Julio

Sí, Erick.

Dicen que en el puerto hay una nueva cosa, le dicen La Línea verdad, o así, ¿qué putas?

Ah sí, ahorita empezaron a trabajar nuevamente coordinado todo desde arriba.

¿Cómo se llama esa cosa?

Eh sí, La Línea le llaman. Es cuando alguien tiene el control de todo.

[NARRADOR]

La Línea. Esa era la novedad. Según el tramitador, todo estaba coordinado desde arriba. Alguien tenía el control de todo. En claro, si Miao Miao quería obtener beneficios aduaneros al ingresar sus productos, tenía que negociar con La Línea. Pero ¿qué era La Línea? ¿Y quién era esa persona que, según Aldana, lo controlaba todo?

Los equipos de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala y del Ministerio Público empezaron una investigación histórica. Sus revelaciones provocarían en el 2015 un terremoto político-judicial cuyas réplicas se siguen sintiendo hoy día. El caso La Línea barrió como un torbellino la presidencia de Otto Pérez Molina, el general de la mano dura.

[INTRO]

Entrada del podcast. Desde No Ficción, Guatemala, esto es El Experimento.

Dos temporadas y trece capítulos para contar los éxitos y fracasos de la CICIG, el equipo internacional que reveló las entrañas corruptas del Estado de Guatemala.

Escrito y producido por Sebastián Escalón. Narrado por Guillermo Escalón.

Capítulo ocho: Miao Miao y La Línea.

[NARRADOR]

Curso Ranger en Estados Unidos; Curso de lancero en Colombia; Curso en la academia militar Aguja Negra en Brasil. Paracaidista, Kaibil, oficial graduado en la escuela politécnica. Esa es la formación de Otto Pérez Molina, quien se convertiría, en el 2012, en el octavo presidente de la era democrática en Guatemala.

De su participación en el conflicto armado y en el genocidio de los años ochenta contra las poblaciones indígenas, hay muchas preguntas y algunas certezas. En 1982 Pérez Molina era comandante del destacamento militar de Nebaj. Fue enviado allí por el dictador del momento, el general Efraín Ríos Montt. Su misión era implementar la nueva fase en la estrategia anti-guerrillas. Tras una sangrienta campaña de tierra arrasada y masacres en todo el altiplano, el Ejército pasó a una fase de pacificación en Nebaj. Una fase denominada Techo, Tortilla y Trabajo. Consistía en concentrar a la población sobreviviente en aldeas modelo controladas por el Ejército.

A esta estrategia también se le conoció como 70-30. 70% de la población indígena podía ser recuperada por el Ejército y convertirse en su aliada contra la guerrilla. Al otro 30%… Esto dijo en 1982 un soldado bajo el mando de Pérez Molina:

[CLIP DE AUDIO DE SOLDADO] 

-No hay otra cosa que resta que matarlos, verdad

– ¿Matan de una vez?

– Ah sí. Si no quieren el bien, qué resta más que bombardear las casas, verdad.

– ¿Con qué?

– Con granadas o alguna otra cosa

[CLIP DE AUDIO DE OTTO PÉREZ MOLINA] 

La verdad es que hay un dicho que hay que es muy real.

[NARRADOR]

Este es el joven y barbudo mayor Otto Pérez Molina, entrevistado también en 1982:

[CLIP DE AUDIO DE OTTO PÉREZ MOLINA] 

Que la población civil es a la guerrilla, lo que el agua es al pez. En este caso, la guerrilla no puede subsistir si no tiene el apoyo y la colaboración de la población.

[NARRADOR]

Mientras estuvo en Nebaj, ocurrieron allí, según la comisión de esclarecimiento histórico, 17 ejecuciones extrajudiciales, 6 desapariciones y cuatro masacres en las que fueron asesinadas 107 personas. El informe no especifica, sin embargo, si estas masacres fueron cometidas por soldados al mando de Pérez Molina.

[CLIP DE MÚSICA]

[NARRADOR]  

Pasaron los años y los golpes de Estado. Volvió la democracia. La guerrilla no era más que un grupúsculo aislado en un rincón de la selva. Otto Pérez Molina, convertido en general de inteligencia, entendió que la guerra había terminado. Era hora de pasar página. Tras una larga negociación con la guerrilla, firmó los acuerdos de paz de 1996. Al mismo tiempo, se acercó al sector privado, a los grandes empresarios como los Novella, los Gutiérrez, los Bosch.

En el año 2000, ya jubilado del Ejército, lanzó su gran proyecto. Junto a la periodista Roxana Baldetti fundó el Partido Patriota. La familia Gutiérrez, dueña de Pollo Campero, lo financió con abundancia. Tras una derrota electoral en el 2007, se alzó con la presidencia en el 2011.

[CLIP DE AUDIO MANO DURA CABEZA Y CORAZÓN]

[NARRADOR]  

Un año y medio después, llegó a Guatemala el comisionado Iván Velásquez. Entendió que las aduanas eran un foco de corrupción. Desde los años 80, mafias militares se habían apoderado de ellas, y se enriquecían cobrando sobornos a los empresarios importadores.

Sería interesante, pensó Velásquez, iniciar una investigación sobre este tema. Pero había un obstáculo. El presidente Otto Pérez Molina le había pedido que no abriera más casos. La CICIG terminaba su mandato en el 2015, y no había tiempo para más.

Por eso, Iván Velásquez se reunió con el presidente y le expuso la idea:

[IVÁN VELÁSQUEZ]  

Me parece que sería importante que la CICIG asumiera la investigación del contrabando.

[NARRADOR] 

A lo cual, curiosamente, el presidente contestó:

[IVÁN VELÁSQUEZ]  

Me parece extraordinario, muy bien. Estoy totalmente de acuerdo.

[ENTREVISTADOR]  

No es que se haya puesto pálido,  diciendo, eso no lo toquen…

[IVÁN VELÁSQUEZ]

No, no no. (…) Me parece muy bueno que usted haga el anuncio, que informe que informe que hemos acordado esto. Que se está investigando el contrabando. Le dije bueno, lo haré.

[NARRADOR] 

Y así, con el visto bueno presidencial, Iván Velásquez armó un equipo para investigar las aduanas. Al mando puso a uno de los investigadores más experimentados de la CICIG, el colombiano Luis Fernando Orozco.

En su país, había sido juez y fiscal en casos contra paramilitares, narcotraficantes y líderes guerrilleros.

En la CICIG tuvo entre sus manos varios de los casos más espectaculares. Entre estos, el suicidio asistido por sicarios del abogado Rodrigo Rosenberg. Ya contamos este caso en el capítulo dos de El Experimento.

Pero poner en evidencia la corrupción en las aduanas era todo un reto.

[LUIS FERNANDO OROZCO] 

Efectivamente en el tema de contrabando, empezamos a hacer una labor y el mismo, el comisionado, empezó a hacer un estudio del famoso caso Moreno y empezamos a tomar muchos elementos referidos a cómo era la problemática de las aduanas en Guatemala.

[NARRADOR] 

Para empezar, estudió el caso de la red Moreno, una red de defraudación aduanera controlada por los militares y desmantelada en los años 90.

En ese caso, un operador de la red, un hombre llamado Javier Ortiz pero conocido como el teniente Jerez, confesó todo a los fiscales. Él dio los nombres de los jefes y señaló a los jueces, periodistas, militares y políticos que recibían su tajada de la defraudación aduanera. Entre ellos, el exdictador Efraín Ríos Montt y Alfonso Portillo quien luego se convirtió en presidente.

El caso de la red Moreno le dio a Orozco claridad sobre el contexto aduanero. Luego, con un equipo muy pequeño de la CICIG y del MP, analizó las denuncias que estaban dormidas en la fiscalía. También revisó los casos que había trabajado la CICIG. Lo que buscaba era un hilo suelto para empezar la investigación.

[LUIS FERNANDO OROZCO] 

En ese estudio que nosotros hicimos, también verificamos y analizamos una cantidad de expedientes. Hicimos un recuento inmenso de información, y uno de los casos entre los cuales conocimos, era el caso Furgones, que se había llevado con la CICIG.

[NARRADOR] 

El caso Furgones fue un caso menor, anterior a Iván Velásquez. En este, la investigación mostró que camiones llenos de mercancías salían de puerto Quetzal sin dejar rastro ni pagar impuestos. El proceso culminó con unos cuantos funcionarios aduaneros procesados.

El equipo de Orozco se fijó en un nombre peculiar que aparecía en el expediente del caso Furgones. Su nombre: Erick Miao Miao, un importador que había ingresado mercancía sin pagar impuestos. Luis Orozco decidió probar suerte por allí. A falta de mejor pista, quiso ponerlo bajo escucha, pero había un problema.

Orozco quiso ponerlo bajo escucha. Pero había un problema.

[LUIS FERNANDO OROZCO]

En ese momento, era muy difícil conseguir que nos asignaran líneas telefónicas, eso dependía de la envergadura de los casos, de la importancia de los casos, de la disponibilidad de la unidad de métodos especiales.

[NARRADOR] 

Interceptar un teléfono significa horas y horas y horas de trabajo para los agentes policiales que realizan las escuchas. Los recursos de la Unidad de Medios Especiales eran limitados y la regla era que solo se pinchaban los teléfonos de gente gruesa: narcos, sicarios, mareros destacados. No fue fácil convencer al fiscal encargado que pusiera bajo escucha a un comerciante que pagaba unas mordidas en Puerto Quetzal. Sin embargo, Orozco logró que confiaran en él.

La Línea telefónica de Miao Miao:

[LUIS FERNANDO OROZCO] 

Empezó arrojarnos información que empezamos a analizar, en un comienzo muy confuso. Hablar de estas investigaciones se visualiza que son muy sencillas de armar cuando ya están armadas, pero esto es un trabajo de filigrana muy complicado. Es un trabajo muy muy complicado, de una paciencia suprema.

[NARRADOR] 

La Línea telefónica de Miao Miao llevó a los investigadores a Julio Aldana, uno de los tramitadores de La Línea. Julio Adana los llevó al siguiente nivel, y así, fueron subiendo eslabones. Según Verenice Jerez, abogada de la CICIG, los investigadores tuvieron una ventaja:

[BERENICE JÉREZ] 

Y la verdad es que La Línea no existiera si los que empezamos a escuchar no fueran tan bocones, dicho en buen chapín. Es increíble, estos señores tardaban horas, parecían novios hablando y hablando. Y entre todo lo que hablaron obviamente había cosas importantes.

[NARRADOR] 

Cada teléfono que intervenían llevaba a otro teléfono, que a su vez se ponía bajo escucha. Y así, a través de miles y miles de llamadas, un mundo delictivo empezó a revelarse.

[LUIS FERNANDO OROZOCO] Era una cantidad de chismes entre comillas.

[ENTREVISTADOR] ¿De que hablaban? ¿Qué contaban?

[LUIS FERNANDO OROZCO] Que fulano del grupo dijo esto, que el otro fulano dijo lo otro, que van a haber cambios en la estructura, que quienes van a llegar a mandar tal cosa, que en la SAT van a mover gente, que hay que ubicar a un vista. Cosas personales. De todo, de todo.

[NARRADOR] 

Para ser un grupo criminal de alto vuelo, sus miembros eran bastante confiados. Julio Prado, entonces fiscal de la FECI, la Fiscalía Especial contra la Impunidad, todavía se sorprende recordando tanta imprudencia.  

[JULIO PRADO]

Más de alguna vez mencionaron los números de cuenta en el que estaba recibiendo el dinero de la corrupción, y también mencionaron no solo el correo electrónico, sino que dieron la contraseña. Tenían una tranquilidad y una sensación amplia de impunidad para poder operar.

[NARRADOR] 

La Línea, básicamente, era una empresa que vendía corrupción en las aduanas. Este era el trato. Supongamos que un importador trajera a Guatemala un contenedor lleno de tenis de buena calidad. Antes de sacar su mercancía del puerto, un vista, es decir un supervisor aduanero, la revisaba para calcular el impuesto de importación. En ese momento, llegaba a un acuerdo con el importador. En vez de tenis, el vista diría que el contenedor traía chancletas. Y como las chancletas valen menos, pagan menos impuesto. Esa diferencia se repartía 70/30. 70% para La Línea, 30% para el importador. Ganaba La Línea, ganaba el importador, perdía el pueblo de Guatemala.

Para mantener la operación y darle estabilidad, La Línea necesitaba una armazón sólida. A la par de las autoridades, había una estructura paralela que las controlaban. Una estructura externa. Sus miembros no eran funcionarios. No estaban en planillas, no recibían sueldo del Estado. Y sin embargo, ellos daban las órdenes.

Luis Orozco entendió que La Línea no era una pequeña banda que trabajaba por su cuenta. Era algo sólido. Debía de tener apoyos políticos que subieran alto en la jerarquía del Estado. Pero ¿hasta dónde? Si un extremo de La Línea era Erick Miao Miao, ¿en dónde estaba el otro extremo?

Para saberlo, no bastaban las escuchas telefónicas. Con estas, no siempre se puede identificar a las personas que conversan. La CICIG y el MP tendrían que utilizar otros métodos.

[ENTREVISTADOR] 

Háblame un poco más de los seguimientos y estos métodos especiales a parte de las escuchas.

[JULIO PRADO] 

Tenías a un equipo policial disponible 24/7, y si tenían una llamada en la mañana que decía juntémonos en tal restaurante de la zona 10, el equipo policial llegaba y se ubicaba en ese restaurante. Era un equipo policial compuesto por guatemaltecos y por gente de la CICIG, que eran uruguayos, eran también argentinos, colombianos. Gente que tenía alto entrenamiento para hacer este tipo de seguimientos sin ser detectados.

[NARRADOR] 

Luis Orozco participó en varios de estos seguimientos.

[LUIS FERNANDO OROZCO]

Llegábamos a cafeterías la San Martín, a Restaurantes, y ubicábamos gente estratégicamente para tratar de escuchar y obviamente para fotografiar y tomar videos.

[ENTREVISTADOR] ¿Cómo son esos equipos, no sé, como se visten, como hacen para no ser reconocidos? Me parece muy cinematográfico.

[LUIS FERNANDO OROZCO] Personalmente estuve en un hotel al lado de varias de estas personas. Pasaron por mi lado. De las personas que trabajan con nosotros, obviamente no tenían rasgos tan diferentes a lo que somos los latinos. Entonces, con la mayor despreocupación, se sentaban en una mesa cerca de las otras personas, o desde un carro tomaban fotografías. Utilizamos otros métodos. Colocábamos cámaras en ciertos lugares. Fue un trabajo muy bien elaborado.

[NARRADOR] 

Los investigadores hicieron entonces un descubrimiento sorprendente. Un hombre clave de La Línea era el presidente de uno de los principales diarios del país: Siglo 21. Su nombre: Estuardo González. Su alias: Eco. Él era el administrador, el gerente de La Línea, S.A. Eco mantenía una contabilidad impecable de los sobornos y de los gastos. Tras la fachada del diario Siglo 21, Eco partía y repartía el pastel.

Pero, por encima de él, había otro hombre. Un tipo con voz de mando y absoluta confianza en sí mismo. La CICIG y el MP tardaron un tiempo en identificar esa voz. Y cuando lo hicieron, se quedaron boquiabiertos. El jefe operativo de La Línea era, ni más ni menos, que Juan Carlos Monzón, el secretario privado de Roxana Baldetti, la vicepresidenta. Ahora sí, el caso se estaba poniendo bueno. Los investigadores empezaron a seguir sus movimientos

[LUIS FERNANDO OROZCO] 

Fue una tarea complicadísima. Juan Carlos Monzón se movía en diferentes carros. Después supimos. Utilizaba moto o motos. Y era muy audaz en su conducción, muy rápido. Era muy difícil. Nos tocaba hacer diez mil peripecias.

[NARRADOR] 

Los seguimientos llevaron a los investigadores a la guarida misma de los malhechores, al cuartel general de La Línea. Por increíble que parezca, era la Boutique Emilio. 

Esta tienda de ropa fina era la fachada de la oficinita, un famoso centro de operaciones clandestino. Allí se planearon golpes de Estado, asesinatos, y grandes complots, entre los cuales, el caso Rosenberg. Pertenecía a uno de los personajes más oscuros del inframundo guatemalteco. Luis Mendizábal, traficante de armas, espía, golpista, falsificador de documentos de identidad, etc… En los noventas, fue uno de los asociados de la red Moreno. Y allí estaba de nuevo, en el meollo de la trama.

[ENTREVISTADOR] 

Debe haber sido sorprendente para ti, que trabajaste en el caso Rosenberg, encontrarte con esos viejos conocidos, como Luis Mendizábal, de repente de nuevo aparece. ¿Qué pensaste?

[LUIS OROZCO] 

No era desconocido que estuviera en todo. Ni creo que sea desconocido que sigue en todo. Porque él no se ha ubicado, que yo sepa no lo han ubicado.

[NARRADOR] 

En efecto, la CICIG no logró capturarlo. Quién sabe qué fue de él.

Otra sorpresa esperaba a los investigadores.  Uno de los cabecillas de La Línea era Javier Ortiz, el teniente Jerez. Era insólito. El sapo, el hombre que había denunciado a sus jefes de la red Moreno estaba de nuevo en el negocio.

La Línea era jerárquica y compartimentada como un ejército. Era una cadena de mando: cada quién tenía su jefe y sus subalternos. Un simple cliente como Erick Miao Miao no sabía nada de Juan Carlos Monzón o de los otros tigres de la Línea. Miao Miao solo hablaba con los gatos.

A medida que la información se acumulaba, una sospecha muy inquietante empezó a tomar cuerpo. Juan Carlos Monzón era el jefe operativo de La Línea. Pero no era el jefe jefe. Monzón tenía a un superior. O más bien, dos superiores. Dos personas que se mencionaban de vez en cuando en las conversaciones interceptadas.

A veces hablaban de la Señora, o de la doña, o de la dos, o de la mera mera. Otras veces mencionaban al mero mero, al uno, al dueño de la finca. Era información dispersa, incompleta, pero que apuntaba hacia algo increíble: el presidente Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti estaban enterados de las operaciones. O quien sabe, tal vez las dirigían.

[ENTREVISTADOR] 

¿Hubo un día en se dieron cuenta que esto llegaba a la presidencia?

[JULIO PRADO] 

Cuando oímos a Roxana Baldetti hablando con franqueza del manejo de sus empresas donde ocultaba recursos que no veíamos cómo mostrar como lícitamente los ingresos.

[CLIP DE AUDIO ROXANNA Y ECO] 

Roxana Baldetti: ¿Estuardo?

Estuardo González: ¿Qué manda?

RB: Estaba hablando con el jefe en la reunión de anoche y entonces él me contó de los números que hicieron. Yo personalmente a Julio yo ya le tengo desconfianza

EG: Correcto

RB: Entonces yo no creo que el presi… que el señor… que el señor… el presidente de la empresa esté de acuerdo con eso. Hay que hablar con Mario.

[NARRADOR] 

El pres, el presi… presidente, era una palabra prohibida al teléfono.

[JULIO PRADO] 

A mí me parece muy curioso que al final de cuentas la forma de disfrazarlo sea decir el presidente de la empresa, porque al final de cuentas la fiscalía lo que propone es que se trata de una empresa criminal. Y de hecho, es una organización que funciona como una sociedad anónima, cuyo producto final es corrupción.

[NARRADOR] 

El grado de participación de la pareja presidencial aún no quedaba claro. Pero no podían hacer una investigación completa contra ellos porque gozaban de inmunidad. Iván Velásquez y Thelma Aldana tomaron una decisión: presentar una primera fase del caso La Línea en la que no se mencionarían ni a Baldetti ni a Pérez Molina. Era hora pues, de amarrar la información. 

[ANÍBAL ARGUELLO] 

Yo recuerdo que a inicios del año 2015, ya habiendo avanzado en la investigación y el análisis, tuvimos una reunión en CICIG con el equipo fiscal también, y en esa reunión se nos preguntó cuánto tiempo se nos tomaría para compilar la información preliminar para determinar la participación de cada quién.

[NARRADOR] El analista Aníbal Argüello explica su labor:

[ANÍBAL ARGUELLO] 

Nosotros dijimos que más o menos dos meses, porque era bastante la información, pero calculábamos que trabajando de lleno dos meses compilando esta información, podíamos tener algo listo. Estábamos a enero, febrero a marzo, y a finales de marzo nosotros ya teníamos lista esa información.

[NARRADOR] 

Se dice fácil. En realidad, el trabajo de los analistas criminales es monumental. La cantidad de escuchas telefónicas, correos, fotografías y otros medios de investigación era tal, que solo un equipo muy especializado era capaz de analizarlo. En los megacasos de la CICIG y el MP, los equipos de análisis fueron una pieza fundamental.

[ANÍBAL ARGUELLO] 

Lo que el analista hace es una labor integradora de los medios de investigación. Lo que hace básicamente es tejer una historia con los elementos de información que le son provistos, es una labor bastante ardua. Había que revisar como en los otros casos, las interceptaciones telefónicas. Las extracciones forenses, las extracciones que se les hace a los dispositivos electrónicos. Lo que hace el analista en esta labor integradora, es que agarra toda esa información, lo mete en una licuadora y lo vuelve información útil. Que va a servir para confirmar la hipótesis del caso o para desvirtuarla totalmente.

[NARRADOR] 

Se analizaron más de 150 mil llamadas. A esto, hay que agregarle decenas de miles de documentos, correos electrónicos, mensajes de WhatsApp que luego fueron encontrados en computadoras incautadas en los allanamientos.

Para abril del 2015, la CICIG y el MP estaban listos para la batalla judicial. Iván Velásquez y Thelma Aldana, la fiscal general, decidieron el día en que reventaría el caso La Línea. Sería el 16 de abril. Los fiscales y abogados sintieron el escalofrío de la adrenalina.

[jULIO PRADO] 

El 14 de abril, cuando el otro auxiliar y yo, fuimos a pedir las capturas al juzgado octavo, empezó a fluir con más intensidad. Y la verdad es que cuando en esas impresoras de carro que tiene el OJ, empezó a oír el ruido de la impresión en la hoja en blanco y ver cuando empezaban a salir los nombres a quien yo les había pedido la orden de aprehensión, incluyendo al secretario privado de la vicepresidenta… La verdad es que me impactó. Todavía cuando lo recuerdo me emociono. Sintiendo otra vez el vacío al que nos estábamos lanzando.

[NARRADOR] 

La noche del 15 al 16 de abril nadie durmió. Y al romper el día, empezaron los allanamientos.

[ANIBAL ARGUELLO] Ha sido uno de los días más tensos de mi vida. 

No sabíamos como se iba a desenvolver todo. Realmente siempre que se operativiza un caso se vive bastante tensión, pero este caso particularmente por las personas que hasta ese momento, sabíamos o teníamos conocimiento en la investigación, que estaban involucradas.

[NARRADOR] 

Ese día, la policía capturó a 21 miembros de La Línea. Entre ellos, el jefe de la SAT Omar Franco, el teniente Jerez y Eco, el experto en finanzas. Monzón no fue capturado porque estaba de gira por Corea del Sur con su jefa Roxana Baldetti y decidió quedarse en el extranjero.

[CLIP DE AUDIO NOTICIARIO]

[NARRADOR] 

A las 11 de la mañana, en la sede del Ministerio Público, Iván Velásquez tomó la palabra frente a decenas de periodistas. Como planeado, no mencionó a la pareja presidencial en esa primera fase. Pero aún así, el escándalo fue mayúsculo.

[CLIP DE AUDIO NOTICIARIO] 

[NARRADOR] 

Las repercusiones políticas fueron inmediatas, y a veces sorprendentes. Otto Pérez, presionado por los cuatro costados, se resignó a prolongar por dos años más el mandato de la CICIG.

Pero lo más inesperado fue el despertar de una ciudadanía dormida y temerosa desde los tiempos del conflicto armado. La gente entendió el alcance de la investigación. No hizo falta que el comisionado mencionara a Otto Pérez y a Roxana Baldetti para que todos entendieran que eran parte de la trama. La población dijo hasta aquí.

[CLIP DE AUDIO DE MANIFESTACIONES] 

– Queremos la renuncia de Otto Pérez, pedimos la renuncia de todos los que están en el poder

– Nos han robado todo, nos han robado hasta el miedo y creo que el pueblo de Guatemala ha despertado y ha demostrado eso.

[NARRADOR] 

Cientos de Guatemaltecos se concentraron en la plaza central para exigir la renuncia del presidente otto Pérez molina ante los diversos hechos de corrupcion que han salido a luz

Semana tras semana, los guatemaltecos se amontonaron para rechazar el descaro de un gobierno ladrón.

Estamos aquí representando cada gota sangre que se ha derramado por esto pueblo. Ladrones.

[NARRADOR] 

Las protestas tomaron distintas formas, a veces llenas de imaginación. Las consignas se volvieron insolentes y premonitorias.

[CLIP DE AUDIO DE MANIFESTACIONES] 

Otto cerote, te vas a ir al bote.

[NARRADOR] 

Y el himno nacional se convirtió en un himno de rebelión

[CLIP DE MANIFESTACIONES Y EL HIMNO] 

[NARRADOR] 

Para los equipos del MP y de la CICIG, las manifestaciones fueron como un bálsamo y una inyección de moral. Nadie que haya participado en el caso La Línea las recuerda sin emocionarse. Aníbal Argüello:

[ANIBAL ARGUELLO] 

Mira, las manifestaciones fue algo hermoso para nosotros. Nosotros estábamos en las oficinas de la FECI, cuarto nivel del edificio de Gerona, se escuchaban las manifestaciones desde ese nivel donde nosotros estábamos y la verdad que daba mucho empuje, porque mientras más nos sentábamos a trabajar más cosas encontrábamos. Ese respaldo de la ciudadanía fue fundamental.

[NARRADOR] 

Y es que, los equipos de la CICIG y de la fiscalía todavía tenían un trabajo que terminar. Les faltaba amarrar el caso en contra de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti. Para esto, tenían ya material de sobra. Durante los allanamientos del 16 de abril, habían recuperado toneladas de documentos.

[LUIS OROZCO]

Computadores, discos duros, expedientes, dúas. Todo lo que quiera. Libretas, agendas, papeles, cheques recibos, facturas. Nomás de ver eso, era pensar, quién va a analizar eso.

[NARRADOR] 

Y entre esa montaña de documentos estaban las pruebas contra los exmandatarios. Por ejemplo, la contabilidad que mantenía Estuardo González, Eco. Esta era una contabilidad tan clara, tan bien hecha que facilitó el trabajo de los analistas.

[LUIS OROZCO] 

Eran muy organizados. Absolutamente organizados. Este señor Estuardo González es un profesional.

[NARRADOR] 

Eco, producía unas tablas Excel en donde especificaba cuánto dinero entraba, cuantos furgones habían procesado, etcétera. Y en otro documento indicaba la repartición del botín: 50% para el nivel 1 y 2, 50% para la estructura.

Y mientras tanto, la presión de la calle seguía haciendo mella en el sistema político. Los ministros y diputados temblaban ante esta ola de indignación.

Y a principios de mayo, ocurrió lo imposible:

[MÚSICA] 

Otto le pidió la renuncia a Roxana, su compañera política, su socia, su amante. Según testimonios que llegaron a la CICIG, fue una ruptura de telenovela. No era para menos: fuera del palacio, Baldetti perdió su inmunidad. En cualquier momento podría ser capturada. La traición era tan dura, que Baldetti ni siquiera salió ante la prensa a anunciar su renuncia. Tuvo que hacerlo un Otto Pérez Molina con rostro desencajado.

[CLIP DE CONFERENCIA DE PRENSA DE OTTO PÉREZ MOLINA] 

Muy buenas tardes, tengo el honor de presentar al señor presidente que tiene un mensaje a la nación

Muchísimas gracias por estar acompañándonos esta tarde. Primero, quiero decir que tengo la obligación y la responsabilidad de informar a la ciudadanía que hace unos momentos he sido notificado de la renuncia por parte de la señora vicepresidenta Ingrid Roxana Baldetti Elías. La misma, está en este momento…

[NARRADOR]  

Roxana Baldetti, expulsada de casa presidencial, hizo un intento desesperado por salvarse. Fue a hablar con Iván Velásquez.

[ENTREVISTADOR]  

Creo que sí tuvo una reunión con Roxana Baldetti.

[IVÁN VELÁSQUEZ] 

Sí, pero ya como ex vicepresidenta. Para ese momento  ya había renunciado.

[NARRADOR] Quería convencerlo, en persona, de que ella no había hecho nada malo. Que era inocente.

[IVÁN VELÁSQUEZ] 

Fue una reunión en la CICIG. Que fue a explicar su situación. Cómo había contratado al contador que ella tenía…

[ENTREVISTADOR] 

¿A ECO?

[IVÁN VELÁSQUEZ] A Eco, cómo lo había contratado. Que no era actividad delictiva. Toda la explicación de detalles sobre el caso. Y que entonces que no tenía nada que ver. Escuché y dije, bueno ese es precisamente el objeto de la investigación, si usted tiene que ver o no.

[NARRADOR] No era precisamente la respuesta que Baldetti esperaba. Entonces, lo intentó por otro medios.

[ENTREVISTADOR] ¿Como qué?

[IVÁN VELÁSQUEZ] Como llorar muy desesperadamente, y hablando de sus hijos.

[ENTREVISTADOR] ¿Con usted se puso a llorar y a hablar de sus hijos?

[IVÁN VELÁSQUEZ] Sí, sí, sí. Y como revelando mucha angustia. ¿Y yo qué puedo hacer en un caso de esos? Mirar.

[ENTREVISTADOR] ¿Qué incómodo, no?

[IVÁN VELÁSQUEZ] Si, pero es algo como… no es inusual.

[NARRADOR] Pero lo realmente inusual fue esto:

[IVÁN VELÁSQUEZ] 

En esa reunión me dice ella. ¿Usted tiene formación militar? Yo le digo no, no tengo formación militar. ¿Usted es de inteligencia? Le digo no. Es que lo he estado observando muy bien y usted actúa como el presidente Pérez, porque impasible, uno no puede adivinar ningún gesto en la cara, las manos siempre en el escritorio. Usted no reacciona. No simplemente será una actitud, no tengo formación en nada…

[ENTREVISTADOR] ¿Era un coqueteo?

[IVÁN VELÁSQUEZ] No lo entendí así.

[ENTREVISTADOR] ¿Seguro? Suena…

[IVÁN VELÁSQUEZ] Lo entendí más en la afirmación de que a pesar de todas las cosas yo era inexpresivo y que mi falta de expresividad era por formación de inteligencia.

[NARRADOR] Los llantos y los halagos no lograron conmover al comisionado. El 21 de agosto el MP giró una orden de captura contra Baldetti y pidió que se levantara la inmunidad de Otto Pérez Molina. Iván Velásquez y Thelma Aldana dieron una conferencia de prensa histórica: 

IVÁN VELÁZQUEZ:

Todas estas referencias al uno, al mero mero, al dueño de la finca, o a la dos, a la mera mera, a la dueña de la finca, a la señora, corresponden, en nuestro análisis, al señor presidente Otto Fernando Pérez Molina, y a la señora Ingrid Roxana Baldetti Elías.

[NARRADOR] 

La bola estaba en el tejado del Congreso. Los diputados estaban entre la espada y la pared. No era fácil abandonar a su presidente, al que le debían parte de su fortuna. Pero defenderlo era poner en peligro su futuro político.  

En eso, ocurrió el paro nacional del 27 de agosto. Esta manifestación convocada por organizaciones campesinas y por la USAC, reunió a por lo menos a 100 mil personas en la plaza central. Cientos de empresas de todo tamaño cesaron actividades ese día. Algo nunca visto. Fue la estocada final. Hasta los diputados del Partido Patriota votaron por quitarle la inmunidad a Otto Pérez. La caída del presidente estaba consumada.

[MÚSICA]  

Seis días después, el 3 de septiembre, Otto Pérez Molina renunció. Al día siguiente, atravesando una muralla de fotógrafos, se presentó ante el juez Gálvez. El Congreso aún no había recibido la notificación de su renuncia y por lo tanto Otto Pérez seguía siendo, oficialmente presidente constitucional de la República de Guatemala.

Julio Prado recuerda esa audiencia con precisión fotográfica.

[JULIO PRADO] 

Ese día llegamos temprano y a tribunales, y vi todos los carros de la SAAS estacionados enfrente de la plaza de los Derechos Humanos, sabía que Otto Pérez ya estaba allí. Y al entrar a la sala y verlo allí con su abogado, siendo presidente todavía, me impactó. La figura de Otto Pérez me parecía como alguien consciente de la autoridad que refleja como mando militar. Estaba impecable con su corbata roja y su camisa azul. Y en la audiencia se sentía el peso de tener al presidente de la república. Por si fuera poco lo que se sentía cuando el juez Miguel Ángel Gálvez, porque el código lo demanda, le tuvo que preguntar cuál era su profesión u oficio, y él dijo presidente de la república.

[NARRADOR] 

Berenice Jérez, abogada guatemalteca de la CICIG, sintió tristeza ese día. No, no había nada que celebrar en esa sala de audiencias.

[BERENICE JÉREZ]

¿Conoces la sala del juez Gálvez? Sacaron todas las sillas, y eso estaba lleno de periodistas y cámaras. Llegamos unos minutos antes a esperar. Cuando llegó el señor, es que solo se veía un mar de gente. Cuando quiso entrar a la sala, solo se oía clac clac. Todas las cámaras se le pegaron, y empezaron a sonar el metal de las cámaras, entonces se vaía que era como una masa de gente. Decía “lo van a matar”. Para mí era un shock. Pero lo que más me shockeó es que cuando entró a la sala, me afectó mucho. Como  guatemalteca me dolía porque no es que sea este señor, pudo haber sido cualquier otro, pero es la figura, la máxima figura de un país. Entonces decía “qué triste que la máxima figura de un país esté metido aquí en tribunales, procesado por corrupción”. No porque fuera él como te digo, pudo haber sido cualquier otro, pero era por que él era el presidente. La verdad sí fue muy duro.

Digamos que una cosa que le admiro, y eso es algo personal, es que tuvo el valor de irse a meter allí sabiendo que lo iban a procesar. La verdad sí le admiro el valor que tuvo de entrar con toda la energía y decir “bueno yo estoy aquí”, “estoy dando la cara”.

[NARRADOR] 

Al final de la audiencia, el juez Gálvez envió a Otto Pérez Molina a prisión preventiva.

Siete años después, en febrero del 2022, el juicio por el caso La Línea dio inicio. Jovanna García, asistente de producción de El Experimento, buscó la versión de los exmandatarios sobre el caso. Primero se acercó a Roxana Baldetti:

[ROXANNA BALDETTI] 

Buenas tardes, buenos días perdón, mi nombre es Roxana Baldetti,  estoy aquí con Jovanna, me esta pidiendo una entrevista, le estoy explicando las razones por las cuales no se la puedo dar, pero me estoy comprometiendo con ella a que en un momento próximo, que espero que sea muy próximo, no solo le voy a dar la entrevista, sino que le voy a dar la copia del libro que aún no está impreso. Gracias.

[NARRADOR] 

Dijo que no podía dar entrevistas, porque así se lo había prometido a Dios. Pero que hablaría después de recuperar su libertad.

Otto Pérez Molina fue más platicador.

[OTTO PÉREZ MOLINA] 

Bueno mire, yo ahora que finalmente inició el juicio después de casi siete años, que le han nombrado aquí como que fuera el caso emblemático y le han puesto un montón de nombre, la verdad es que este fue un caso armado, un caso armado por la CICIG, un caso tipo político y ahí fue en donde hay un parteaguas en Guatemala. Algunos dicen que fue para la lucha contra la corrupción, pero sabe qué, yo estoy de acuerdo que hay que luchar contra la corrupción, pero no con ilegalidades porque entonces se vuelve corrupción contra corrupción. Aquí ellos lo que hicieron fue armar un caso, armar un caso, y ese caso lo armaron porque veían que ya la CICIG se iba a ir y que tenían que hacer algo relevante para que se pudiera quedar.

[NARRADOR] 

Otto Pérez Molina explicó por qué, en su opinión, las pruebas presentadas por la fiscalía no demostraban nada. 

[OTTO PÉREZ MOLINA] 

Fíjese que ellos dicen que hay más de 100 mil llamadas, a mí no me podían escuchar porque tenía antejuicio, entonces solo hay una llamada que ellos le llaman que fue un hallazgo inevitable, que yo hablo con el superintendente, pero absolutamente no se dice nada ilegal, todo está dentro de lo legal. Después hay otras llamadas en donde terceras personas hablan de “el de arriba”, “el mero mero”, “el número 1”, “el dueño de la finca”, una serie de cosas que no son muchas. De cien mil llamadas, son 23 las que mencionan al 1, al dueño de la finca, etc., que, si usted lo mira, eso es el 0.0023% de las 100 mil llamadas y que no se refieren a mí con nombre. El 1 es Juan Carlos Monzón y el 2 era Eco. Eso es realmente. Ellos vienen y trasladan eso diciendo que soy yo, y que la 2 es la vice, que yo recibí informes, mire… una serie de cuestiones que son largas de enumerar en donde este, precisamente el analista que hoy estamos escuchando (Aníbal Argüello), saca unas deducciones que son totalmente sesgadas, falsas, inventadas y que no tienen ninguna razón de ser.

[NARRADOR] 

Al momento de la grabación de este podcast, el juicio por el caso La Línea sigue su curso. Se espera una sentencia en septiembre 2022.

En cuanto al pobre Miao Miao, también fue a juicio. Fue un proceso abreviado en el que aceptó sus culpas y fue condenado a tres años de prisión conmutables y a una multa de 30 mil quetzales.

Nos queda un suceso por contar. Una semana después de la captura de Otto Pérez Molina, Juan Carlos Monzón se entregó a las autoridades. Decidió confesar todo lo que sabía a cambio de una sentencia reducida.  El fiscal Julio Prado fue su principal interlocutor.

[JULIO PRADO] 

Ese periodo, de casi dos meses y medio de entrevistarlo, fue intenso.

[ENTREVISTADOR] 

¿Lo entrevistaste dos meses?

[JULIO PRADO]  

Sí, durante todos los días. No es una circunstancia que recuerde con especial alegría, pero sí entiendo quer era un deber que tenía que cumplir. Yo recuerdo que trabajábamos de 7 de la mañan a 11 de la noche. Yo llegaba a mi casa a dormir. Cuando podía dormir. Y soñaba que estaba entrevistando a Monzón. Era una cosa tremenda porque te enterabas de todos esos detalles, y era una riqueza narrativa de todos, que te consumía. Mi abuelo, que fue mi figura paterna murió esa Navidad, el 23 de diciembre a las 11 de la noche y yo estaba trabajando. Llegué a enterrar a mi abuelo el 24 de diciembre, y el 26 estaba en la Fiscalía entrevistando a Monzón. Era algo que empezó a consumirnos.

[NARRADOR]

Con nombres, apellidos, fechas y datos precisos, Monzón y Eco revelaron el alcance de los negocios criminales del partido patriota. Y mucho de lo que decían venía respaldado por los documentos incautados.

Los investigadores pronto comprendieron algo angustioso, perturbador. El dinero que ganaban través de La Línea eran migajas, una propina, una limosna, el vuelto de las tortillas. La plata buena venía de otra parte. Ahora les tocaba investigar los negocios serios y medir la fortuna corrupta de la pareja presidencial y de sus ministros.

Pero esto lo veremos en el próximo capítulo de El Experimento.

Créditos:
El Experimento es un podcast producido por No Ficción Guatemala. Narrado por Guillermo Escalón. Investigación, guion y montaje Sebastián Escalón. Edición de textos, Oswaldo Hernández. Asistente de producción Jovanna García. La música es de Lloyd Rogers.
El Experimento fue grabado en Nevería Records. Técnico de grabación: Ikari Lorenz.
Esta producción ha sido posible gracias a la Seattle Foundation y a los más de 150 patrocinadores que respondieron a nuestra campaña de crowdfunding.
Para contar la vida de Otto Pérez Molina nos basamos en el perfil escrito por Asier Andrés “el ascenso del general”, publicado el Periódico;
Material de archivo: Emisoras Unidas, Univisión, Prensa Libre y extractos del documental Titular de hoy: Guatemala, de Mikael Wahlforss.
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