Ilustración sobre el gasto del sistema de Salud en Guatemala por el gobierno de Alejandro Giammattei. Diego Orellana.

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Salud: Giammattei contrató más personal sanitario y mejoró salarios, pero no priorizó el gasto en medicamentos

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El actual presidente será recordado por su gestión durante la pandemia y también porque priorizó el gasto en salud más que sus antecesores. El presupuesto de salud creció casi el 50 por ciento entre 2020 y 2023. Alejandro Giammattei ha sido el primer presidente en mantener el gasto en el Ministerio de Salud por encima de los Q10 mil millones. 

Este reportaje forma parte del especial Las Cinco Políticas de Giammattei. Una investigación sobre las cinco áreas en base al gasto del Ejecutivo explica la estrategia de Alejandro Giammattei durante los cuatro años de Ejecutivo.

Ya desde su campaña, Alejandro Giammattei, un médico de formación con una enfermedad crónica que le disminuye la movilidad, mencionó la salud como una de sus prioridades. 

Describió el sistema de atención como “deplorable”. Y dijo que el dinero que se ahorraría al clausurar la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad (SAAS), la entidad que resguarda al presidente y al vicepresidente y sus familias, se invertirían en el Ministerio de Salud. 

El entonces candidato calculó que al cerrar la SAAS, se ahorrarían unos Q600 millones en cuatro años. Con esto, se podría fortalecer el sistema de atención sanitaria. El presidente, si bien no incrementó su presupuesto, nunca cerró la SAAS. 

Pero en marzo de 2020, cuando solo llevaba unas semanas en el poder, ocurrió algo que cambió todo Algo que facilitó su decisión de priorizar el gasto en salud.

El gobierno aprovechó la oportunidad abierta por la emergencia para seguir invirtiendo en salud. Desde entonces, ha sostenido el gasto.

Una enfermedad respiratoria llamada covid-19 se convirtió en una pandemia mundial. Y, de la noche a la mañana, Guatemala, el tercer país de América Latina que menos invierte en el sistema de salud pública, se vio en la necesidad de multiplicar su presupuesto para evitar una catástrofe.

Inicialmente, el incremento del gasto sanitario no fue destacable. El gobierno y el Congreso priorizaron atender la emergencia económica. Eso favoreció que el sistema de salud se viera desbordado por los casos de covid-19. 

Pero en los meses siguientes, el gobierno aprovechó la oportunidad abierta por la emergencia para seguir invirtiendo en salud. Desde entonces, ha sostenido el gasto.

En 2020, el primero de Giammattei, la cartera de salud  desembolsó casi Q8,600 millones, según los datos del Sistema de Contabilidad Integrada del Estado (Sicoin). El año siguiente, 2021, el gasto creció más de un 26 por ciento, hasta superar los Q11,300 millones. En 2022, bajó un poco, pero se mantuvo rondando los Q11 mil millones. Y en 2023, si se cumple con el presupuesto previsto, la inversión debería ser similar. 

En enero de 2020, Giammattei recibió una cartera de Salud con un presupuesto aprobado de unos Q8,2000. Y, si se cumple con los planes para este año, dejará el ministerio en diciembre de 2023 con un gasto de cerca de Q11 mil millones. Esto representa un incremento de casi el 50 por ciento.

Gráfica de evolución de ejecución del Ministerio de Salud durante el gobierno de Alejandro Giammattei. Gráfica: Asier Andrés
Gráfica de evolución de ejecución del Ministerio de Salud durante el gobierno de Alejandro Giammattei. Gráfica: Asier Andrés

Este aumento del gasto en salud no es desorbitado. El presupuesto del Estado, en general, ha aumentado un 30 por ciento durante los cuatro años de Giammattei. Pero sí es la mayor subida registrada por un ministerio de la magnitud del de Salud, como muestra la siguiente gráfica. 

Esto evidencia cómo el actual presidente ha priorizado fortalecer la atención sanitaria, más que por ejemplo, ministerios como el Comunicaciones, Agricultura o Desarrollo Social. 

Incremento de gasto por ministerios durante el Gobierno de Alejandro Giammattei. Gráfica: Asier Andrés
Incremento de gasto por ministerios durante el Gobierno de Alejandro Giammattei. Gráfica: Asier Andrés

Más trabajadores, mejores salarios

¿En qué ha gastado la cartera de Salud el dinero que ha recibido? Sobre todo en salarios. Con el presupuesto extra del que ha dispuesto, ha contratado más personal y este, ahora, en promedio, cobra más.

Una revisión de las planillas de empleados publicadas por los 21 principales hospitales o áreas de salud del país muestra cómo en estas instituciones, el personal contratado creció un 12 por ciento entre enero de 2020 y enero de 2023. Los trabajadores pasaron de ser 23,400 a algo más de 26,200.

Sin embargo, estas cifras esconden incrementos desiguales.

El hospital San Juan de Dios, situado en la capital, por ejemplo, pasó de contar con unos 2,900 empleados en enero de 2020 a algo más de 3,500 en enero de 2023. Se trata de un incremento de casi el 20 por ciento.  

Además, en este hospital los trabajadores permanentes pasaron de cobrar, en promedio, Q6,900 a Q8,200, un aumento, también, del 20 por ciento. 

En el hospital San Juan De Dios los trabajadores permanentes pasaron de cobrar, en promedio, Q6,900 a Q8,200, un aumento del 20 por ciento. 

El personal externo del San Juan de Dios tuvo un incremento algo menor, del 14 por ciento. Aunque se trata de personas contratadas por servicios profesionales solo para trabajar ciertas horas o realizar determinadas operaciones (en los renglones 182 y 189) . En enero de 2020 su salario promedio era de Q5,600 y en 2023 creció a Q6,400.

Aumentos similares en el número y el sueldo del personal se produjeron en muchos otros centros de atención. En el nuevo hospital de Villa Nueva, en el área metropolitana, por ejemplo, el personal contratado se dobló durante la gestión de Giammattei. El personal del hospital de Quetzaltenango creció un 60 por ciento; en el de Huehuetenango un 50 por ciento.  

En cambio, en el Roosevelt, otro de los grandes hospitales de la capital, el crecimiento del personal fue mucho menor. Según los datos recogidos, solo aumentó el tres por ciento. 

El siguiente gráfico muestra cómo ocho de los mayores hospitales del país tienen ahora unos 2,500 trabajadores más que al comienzo de la gestión de Giammattei. También evidencia otro fenómeno: cómo muchos de ellos fueron contratados como externos, en los renglones 182 y 189. Este tipo de empleados son cada vez más frecuentes en el sistema público de salud. 

Incremento de personal por hospitales durante la gestión de Alejandro Giammattei. Gráfica: Asier Andrés.

Más infraestructura, nuevos hospitales

Además de en salarios, el Ministerio de Salud también invirtió estos cuatro años en la construcción o rehabilitación de hospitales y centros de salud.  

Guatemala tiene un rezago de décadas en este ámbito. El presidente trató de reducirlo invirtiendo fondos, en gran parte, donados o prestados por bancos internacionales de desarrollo.  

En total, entre enero de 2020 y septiembre de 2023, el Ministerio de Salud gastó en mantener o renovar edificios Q416 millones. Es una cifra aún pequeña, pero que dobla lo invertido en estos rubros por la administración de Jimmy Morales en sus cuatro años.

Giammattei se enfrentó a una pandemia, lo que le obligó a habilitar  cinco hospitales temporales. De ellos uno, el de Santa Lucía Cotzumalguapa, ha quedado como permanente y está enfocado en la atención materno infantil. Giammattei, además, remodeló e inauguró otros dos centros: el de Chimaltenango y el de Santa Bárbara, en Morales, Izabal.

También destinó Q81 millones a avanzar en la construcción del hospital de Rabinal, que lleva en obras desde 2014; y otros Q26 millones a mejorar el de Joyabaj en Quiché. 

El presidente, además, utilizó un préstamo internacional para adjudicar dos contratos para ampliar y equipar los hospitales de las cabeceras departamentales de Sololá y Chiquimula. En estos dos centros, juntos, se han invertido Q78 millones hasta septiembre de este año.

Durante la pandemia del COVID19 en Guatemala.
Durante la pandemia del COVID19 en Guatemala. Foto: Oliver de Ros

Un esfuerzo que se queda corto

A pesar de todo esto, el desempeño en salud de la actual administración no ha estado exento de críticas.

Se ha gastado más en infraestructura y dotación personal, pero el presupuesto del Ministerio sigue siendo insuficiente para las necesidades de un país. Y para lograr estos avances en salarios e infraestructura, se han tenido que sacrificar otros gastos, como la compra de medicamentos y otros insumos médicos.

El gasto en fármacos durante la presidencia de Giammattei alcanzó un pico en 2021, cuando se gastó en este rubro casi Q2 mil millones, una cifra muy superior al gasto habitual. 

Esto ocurrió, en gran parte, debido a que en 2021 se produjo la criticada adquisición de las vacunas rusas contra la covid-19. El Gobierno pagó por estas vacunas,  Q614 millones, el mayor gasto en un único fármaco de la historia reciente del país.  

Pero desde entonces, la inversión en medicamentos se ha mantenido solo algo superior al que se producía antes de la pandemia, alrededor de Q1 mil millones anuales. 

Esto es menos de la mitad de lo que el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) gasta en medicamentos. En 2022, por ejemplo, el IGSS, que atiende a un porcentaje de población mucho menor que el Ministerio de Salud, invirtió algo más de Q2,300 millones solo en medicinas.



Que no se haya priorizado gastar en fármacos explica por qué en esos cuatro años no ha cambiado un problema recurrente: las denuncias sobre falta de medicinas, como siempre, han sido constantes.

Además, si bien se ha incorporado a más profesionales al sistema, estos, en gran parte, han sido contratados como trabajadores externos, como ya mencionamos. 

Muchos de los nuevos trabajadores no son considerados personal permanente o siquiera temporal, sino prestadores de servicios puntuales. Son los que se conocen en el lenguaje presupuestario como personal 182 o 189.  

Esto significa que estos empleados cobran menos, tienen menos prestaciones y derechos que los permanentes y, además, se puede prescindir de ellos con más facilidad.

Los 551 nuevos empleados del San Juan Dios, por ejemplo, son casi todos 182 o 189.  

Esto implica que podrían ser despedidos o sustituidos por otras personas en futuros gobiernos, contribuyendo a que el sistema de salud sea más vulnerable a los vaivenes presupuestarios o a la influencia de diputados o funcionarios que trafican plazas o desean contratar a personas afines.

Un viceministro procesado

A estos problemas, hay que sumar la corrupción. Uno de los mayores escándalos de mal manejo de fondos públicos detectado en esta administración tuvo como protagonista, precisamente, al viceministro de Hospitales, Gerardo Hernández. 

El funcionario está siendo procesado por, supuestamente, desfalcar casi Q70 millones en fondos públicos que se debieron invertir en equipar las nuevas instalaciones del hospital de Chimaltenango, pero que terminaron en las cuentas de una empresa privada.



Sin embargo, como describió No Ficción en un reportaje publicado en mayo de 2023, la corrupción en la cartera de Salud pudo ser mayor. El mismo patrón de compras anómalas detectado en Chimaltenango sucedió también en otros hospitales. Y la empresa utilizada para desfalcar en este caso, fue contratista de otras instituciones de la cartera de salud.   

Unos hechos que ponen de relieve algunas de las contradicciones de la administración Giammattei; un presidente que apostó por la salud, pero que no pudo evitar que, aún este campo prioritario, su gestión se haya visto afectada por la corrupción.

Este reportaje forma parte del especial Las Cinco Políticas de Giammattei, una investigación sobre las cinco áreas en base al gasto del Ejecutivo explica la estrategia de Alejandro Giammattei durante los cuatro años de Ejecutivo.