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¿Por qué la URNG se niega a morir?

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En las elecciones de 2023 desaparecieron 12 partidos políticos, entre ellos algunos con gran aceptación popular y otros no tanto. Entre los que casi se desvanecen está la URNG, el partido político más longevo de la izquierda del país que, tambaleante, con rupturas internas y poca evolución política, se ha mantenido de píe. Con tan solo una diputación en el congreso, dos representaciones en el Parlacen y dos alcaldías en las elecciones de 2023, se trata del peor resultado de su historia.

En las elecciones generales de 2023, el partido de izquierda de Guatemala, la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), uno de los más longevos del país, no logró sus mejores resultados. Pero no es la primera vez que sobrevive con números rojos. Es una agrupación política que cada cuatro años parece estar a punto desaparecer, pero no lo hace. La URNG sigue de pie, con menos fuerza política que nunca, y una débil aceptación tras los resultados electorales. 

El pasado 25 de junio, en la disputa por la presidencia, la URNG logró unos escasos 88 mil 211 votos en coalición con el partido WINAQ. Ocuparon el décimo lugar con 1.58% entre 22 propuestas participantes. A pesar de estas cifras, en Guatemala hay un voto duro -casi invisible- que mantiene a flote a la izquierda de la URNG, con una ideología que no logra transformarse, ni tampoco rejuvenecer. 

Los departamentos donde la URNG/WINAQ presentó fuerza según los datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), fueron: Guatemala, Huehuetenango y Alta Verapaz. El departamento donde la izquierda menos votos obtuvo fue Zacapa, donde solo 393 personas llegaron a las urnas a dar el apoyo a esa coalición.  

Tras la oficialización de resultados, la alianza URNG/WINAQ logró colocar a Sonia Gutiérrez Raguay como diputada (la única de esa coalición). Reelecta para 2024-2028, Raguay es la secretaria general de Winaq y se ha caracterizado por ser oposición en el Congreso. 

Para el Parlamento Centroamericano (Parlacen), la alianza consiguió dos posiciones: Edgar Arturo Sis Bachan y Martha Galván Cruz. Y a nivel de las alcaldías municipales sólo lograron dos de las 340 que existen en el país, en San Francisco la Unión, Quetzaltenango y, en Cuilco Huehuetenango. 

Raguay es la secretaria general de Winaq y se ha caracterizado por ser oposición en el Congreso. Foto
Raguay (aquí junto al candidato Amílcar Pop) es la secretaria general de Winaq y se ha caracterizado por ser oposición en el Congreso. Foto: Edwin Bercián

URNG/WINAQ participó como coalición postulando al binomio integrado por el ex diputado Amilcar Pop (WINAQ) para presidente y la académica Mónica Enríquez (URNG) como vicepresidenta. Pop con una trayectoria conocida en la política versus Enríquez que participaba en política por primera vez. 

La estrategia de esta alianza (autodefinida como izquierda), no era ganar las elecciones en sí,  sino intentar, tanto para Winaq como para URNG, no desaparecer como partidos políticos. En una entrevista para No-Ficción el entonces candidato presidencial, Amilcar Pop, dijo “esta es una alianza para sobrevivir”. El plan tuvo resultados mínimos positivos.

A pesar de sus escasos votos, URNG y Winaq no serán parte del panteón de partidos que dejaron las elecciones de 2023 como Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), Partido Humanista de Guatemala (PHG), Podemos, Partido de Avanzada Nacional (PAN), Mi Familia, Unión Republicana (UR), FCN-Nación, El Partido Popular Guatemalteco (PPG), Partido de Integración Nacional (PIN), Partido Republicano (PR), Poder y, Prosperidad Ciudadana (PC). Todas  estos partidos serán cancelados después de que concluyan las elecciones. 

Según la Ley Electoral y de Partidos Políticos, si un partido no logra llegar al 5% de intención de voto a la Presidencia, y si no logra colocar un solo diputado en el Congreso, ese es su final.

En total 12 partidos políticos fueron cancelados en 2023, una diferencia al 2019, donde desaparecieron siete; Fuerza, Partido Productividad y Trabajo (PPT), Libre, Unidos, Encuentro por Guatemala (EG) y Convergencia. 

En ese listado de los 12 de 2023 no aparece la URNG, ni Winaq. Ambos siguen presentes. Con poca presencia, pero vivos. ¿Por qué? ¿Cómo es que esta izquierda, la más dura, se niega a desaparecer?

La URNG ha logrado sobrevivir al establecer alianzas con otros partidos de izquierda como Winaq, con el que postularon a Amílcar Pop como presidente. Foto: Edwin Bercián.

Según Mario Sosa, antropólogo político e investigador, la URNG como partido político se convirtió en un partido sistémico más. “En un partido más del sistema”.

Sosa se ha dado a la tarea de dar seguimiento a las diferentes etapas de la izquierda de Guatemala. Para él, la URNG pasó de buscar el poder por medio de las armas, con combates en el área rural y cuestionamientos radicales a ser una organización política capaz de defender el Estado de Derecho, incluso firmar la paz en 1996. “Ahora (la izquierda) acepta todo, hasta la Ley Electoral y de Partidos Políticos”, dice. 

Sin embargo, como Sosa señala: “La URNG no logró levantar un programa político electoral, menos un discurso”. Como partido, consolidado desde 1996, su éxito electoral ha sido solo sobrevivir. Mantener vigente una izquierda con dificultades para evolucionar.

La URNG ha sido uno de los partidos históricos de izquierda en Guatemala. Foto: Oswaldo Hernández /2019
La URNG ha sido uno de los partidos históricos de izquierda en Guatemala. Foto: Oswaldo Hernández /2019

Rupturas del pasado y futuro 

En 1982 vio la luz la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), conformada por El Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), la Organización del Pueblo en Armas (ORPA), las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), y el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT). Todas agrupaciones guerrilleras.

La URNG, para las elecciones de 2023, se convirtió en el partido político de izquierda más longevo del país. 

Fue constituida como organización política para participar electoralmente desde 1999, con las cuatro facciones de la guerrilla FAR, ORPA, EGP, PGT que habían logrado la firma de la paz en 1996. Ese año, en alianza con el partido DIA, la URNG obtuvo el mejor de los resultados en toda su historia. 

Con el 12.36 % de los votos, logró el tercer lugar con la candidatura del ingeniero industrial Álvaro Colom Caballeros (1951-2023). 

Colom tenía un pasado ligado a la industria de las maquilas, una actividad textil señalada por deplorables condiciones laborales y desigualdad laboral, y a pesar de ello, la URNG, el partido político de izquierda, lo invitó a ser el candidato en 1999. En 2003 Colom como candidato dijo “soy el padrino de las maquilas”. 

Otro de las afirmaciones de Álvaro Colom fue “el futuro de Guatemala está en las maquilas”. 

Colom no tenía militancia (de izquierda), como la de algunos de sus familiares como Manuel Colom Argueta o Yolanda Colom. 

En esos años la URNG, se acercó a hablar con él por el buen perfil que había logrado en el Fondo Nacional para la Para la Paz (FONAPAZ), con algunos proyectos. 

En 2003, la URNG volvió a participar en unas elecciones postulando al líder guerrillero Rodrigo Asturias, hijo primogénito del Premio Nobel de Literatura, Miguel Ángel Asturias. Con 2.58 % de votos, quedaron en sexto lugar. El partido no desapareció debido a que lograron dos diputaciones en el Congreso.

En 2007 lo intentaron una vez más. Postularon al sociólogo Miguel Ángel Sandoval, y la URNG consiguió el décimo puesto en las elecciones presidenciales con 2.14% de los votos. El partido no fue cancelado al conseguir, de nuevo, dos diputados en el poder Legislativo.

La URNG fue constituida como organización política para participar electoralmente desde 1999, con las cuatro facciones de la guerrilla FAR, ORPA, EGP, PGT. Foto Naciones Unidas / Jhon Olsson

A partir de entonces, inició una fragmentación interna en la URNG. Cada organización guerrillera que le dio vida a ese partido, empezó a tener desacuerdos con las demás agrupaciones. 

Los intereses políticos se atomizaron, y se hicieron visibles para las elecciones de 2011, cuando la URNG lo volvió a intentar integrando una coalición de izquierda llamada Frente Amplio, junto a los partidos Winaq, Alternativa Nueva Nación (ANN) y el Movimiento Nueva República (MNR). Ese año presentaron como candidata a la presidencia, a la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú. Consiguieron el sexto lugar con 3.22% en la intención de votos. Con tres diputados, la URNG volvió a sobrevivir a unas elecciones.

Para las elecciones de 2015, la URNG estaba todavía más fragmentada, pero con vida. Leocadio Juracan, quien fue diputado entre 2016 y 2020, postulado por Convergencia CPO, uno de los partidos políticos de izquierda que surgió de la URNG, fundado por el ex comandante Pablo Monsanto para participar en las elecciones de 2015, dice: “Las causantes de fondo de la rupturas son los intereses de élites (de la izquierda) y también los intereses de espacios, desde quienes serán los candidato presidenciables. Los puestos para los espacios… La agenda era clara, hacer cumplir los acuerdos de paz. Lo que empezó a suceder a lo interno de la URNG, fue que cada agrupación (ORPA, FAR, EGP, PGT), empezó a luchar por imponer sus candidatos”, explica Juracan quien dice que al salir de esas reuniones todos salían peleando. 

“Y eso que pasaba no era un secreto, todo salió a luz pública. Nunca se llegaban a esos consensos de las candidaturas”, dice Juracan. 

“Esas cosas que nos fueron afectando a lo interno creo que no eran cosas mayores y las podíamos resolver, pero nunca lo hicimos”, recuerda el ex diputado de Convergencia, Leonel Juracán. 

Postulando de nuevo en 2015 al sociólogo Miguel Ángel Sandoval, la URNG, en alianza con Winaq, quedó en onceavo lugar, con 2.11 % de votos a favor. Al ubicar a dos diputados en el Congreso, el partido más longevo de la izquierda guatemalteca logró respirar una vez más.

“En los últimos años varias personas han salido de la URNG porque ven que no hay propuesta de cambio”, dice Cirilo Peréz, Secretario General del Movimiento de Liberación de los Pueblos (MLP), otro de los partidos que se desmembró de la URNG para participar por separado en las elecciones de 2019, y plantear una propuesta plurinacional.

El MLP, alejado de la URNG, postuló en 2019 a Thelma Cabrera logrando el cuarto lugar por la presidencia. Foto: Edwin Bercián.

Ese año, la URNG postuló al ex diputado maya ixil e ingeniero agrónomo Pablo Ceto como presidente. Obtuvo 2.16% por ciento de los votos. Y el partido consiguió dos diputaciones por lo que no pudo ser cancelado. 

Cirilo indica que los integrantes del MLP abandonaron a la URNG por inconformidades con ese partido. “Las decisiones que se empezaban a tomar no las compartimos y por eso decidimos salir”, cuenta. 

Peréz también fue parte de la Organización del Pueblo en Armas (ORPA) y su partido MLP, alejado de la URNG, logró el cuarto lugar en las elecciones presidenciales de 2019, al postular a la líder indígena Thelma Cabrera. 

En 2023, sin embargo, el MLP no logró colocar a ningún diputado en el Congreso de la República y su binomio, integrado por Thelma Cabrera y el ex Procurador de Derechos Humanos, Jordán Rodas, fue cancelado antes de iniciar la campaña electoral. El MLP es uno de los partidos que desaparecerá después de las actuales eleccciones. 

La salida de militantes de la URNG ha atravesado distintas etapas y cada una ha golpeado al partido de manera distinta. Los motivos recurrentes son inconformidades internas, como las candidaturas para ciertos puestos, o hasta para decidir el binomio presidencial para cada elección. Además la lucha de poderes y escaso relevo generacional en las filas. Fuentes internas del partido sustentan estas motivaciones en los disidentes.

No obstante, como explica el investigador Mario Sosa, “Hay un rompimiento que no es de ahora, data de los 80”.

En 2019, el candidato de la URNG, Pablo Ceto, solo logró el 2.16% de votos. Foto: Edwin Bercián.
En 2019, el candidato de la URNG, Pablo Ceto, solo logró el 2.16% de votos. Foto: Edwin Bercián.

Sosa resalta que la URNG, al convertirse en partido político y deponer las armas después de la firma de la paz, tuvo un desprendimiento de los intereses gestados por movimientos sociales, campesinos e indígenas. Estos sectores comenzaron a articular sus propias estrategias alejadas del partido de izquierda. 

“Mientras esos movimientos iban avanzando en sus estrategias, la URNG se detuvo en su proyecto histórico. El socialismo. Y adoptaron fundamentalmente a los acuerdos de paz como agenda política”, afirma Sosa. 

URNG, una matriz de partidos de izquierda

A partir de las rupturas internas que señala Leocadio Juracán, nuevas agrupaciones políticas fueron naciendo a lo largo de dos décadas con la misma raíz: La URNG. Sin embargo, mientras muchos de los nuevos partidos de izquierda mueren, la URNG se mantiene con vida.

Winaq, fundado por Rigoberta Menchú, ha sido uno de los partidos que ha apoyado en la sobrevivencia de la URNG. Foto: Edwin Bercián.
Winaq, fundado por Rigoberta Menchú, ha sido uno de los partidos que ha apoyado en la sobrevivencia de la URNG. Foto: Edwin Bercián.

Winaq, uno de los partidos que ha sobrevivido en alianza con URNG, se caracteriza por ser el primer partido indigena de Guatemala creado en 2011. Tiene sus raíces en la ANN y fue fundado por la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú Tum. A pesar de sus bajos resultados electorales en sus últimas tres participaciones, es una agrupación que sigue a flote.. El rostro más visible es el de la diputada Sonia Guiérrez Raguay, que fue reelecta para el Congreso 2024-2028. 

Convergencia CPO fue creado en 2003 luego de la salida de Pablo Monsanto de la URNG. Esa agrupación tuvo raíces en las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR). Este partido desapareció tras los resultados electorales de 2019.

El partido más reciente que surgió de la URNG fue el Movimiento Para la Liberación de los Pueblos (MLP). Se constituyó para participar en las elecciones de 2019, logrando un cuarto lugar a nivel nacional, el mejor resultado en 20 años para un partido de izquierda en Guatemala. En 2023, es uno de los partidos que se desprendió de la URNG y que morirá  al no lograr los resultados mínimos de sobrevivencia.

Mientras los nuevos partidos de izquierda son diezmados a su alrededor, la URNG continúa con vida, casi en coma, en knock out, pero con vida. Respira.

¿Quién mantiene viva a la izquierda dividida? 

Carlos Barrios, secretario general de la URNG, sostiene que hay un voto duro que apoya a la izquierda histórica que representa la agrupación: “Son los excombatientes guerrilleros y sus familias, además de otras personas que se van sumando al partido”, afirma. 

Barrios dice tener esperanza en las juventudes izquierdistas. Cree que de esa fuerza el cambio pueda resurgir “y la izquierda sea rejuvenecida”, dice.  

Muchos de los votos que logró la URNG el pasado 25 de junio, como sostiene Barrios, se originaron de los simpatizantes del MLP, debido a que este partido no logró inscribir a su binomio presidencial, por una denuncia que tenía el entonces candidato a la vicepresidencia Jordan Rodas, ex Procurador de los Derechos Humanos.  

Jordán Rodas, ex procurador de Derechos Humanos, no pudo ser inscrito como candidato vicepresidencial del MLP. Muchos de sus votos fueron para URNG. Foto: Edwin Bercián.
Jordán Rodas, ex procurador de Derechos Humanos, no pudo ser inscrito como candidato vicepresidencial del MLP. Muchos de sus votos fueron para URNG. Foto: Edwin Bercián.

Pero también de los votos de los excombatientes que recuerdan la lucha armada de 36 años que buscaba un cambio en Guatemala, antes de la firma de la Paz. Abel Gómez, originario de San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango, excombatiente, es uno de ellos. En las paredes de su hogar tiene retratos donde porta un fusil, como un elemento de nostalgia. Gómez votó por URNG en 2023, aunque no está muy enterado del contexto actual por el que atraviesa el partido, ni sus propuestas, o sus candidatos. 

Al igual que Abel, Kevin Ramírez es otro excombatiente que a pesar de los últimos cambios sociales en Guatemala, él dice que siempre votará por la izquierda, por la URNG. 

Kevin narra una historia donde recuerda cómo cruzaba cerros de un lado a otro como una bala, o cuando preparaban bombas molotov, para decir ahora que “no estoy tan activo pero sigo apoyando al partido, le doy mi voto”. 

Tanto Gómez como Ramírez se reúnen con otros excombatientes para celebrar algunas fechas importantes durante el año. Por ejemplo, el próximo 18 de septiembre se conmemora la salida a la luz de la Organización del Pueblo en Armas (ORPA). Ellos se reunirán y recordarán sus vivencias en la selva, beberán y escucharán música de protesta hasta el anochecer. 

Este es el voto duro que mantiene con vida a la izquierda en Guatemala, como dice el investigador Sosa. “Hay una identidad histórica de parte de los excombatientes”, indica. 

La URNG se mantiene con vida a lo largo de las décadas gracias al voto de personas como Gómez y Ramírez. “Esa identidad es histórica. Es muy fuerte, y permanece no solo en la dirigencia, sino en la militancia de URNG”, explica Sosa. 

Mientras la izquierda busca sobrevivir para otro evento electoral en Guatemala, sus votos, como agrega Sosa, están “finalmente, ahí. Hay una identidad que está en lo histórico y que efectivamente hace que militantes vean en la URNG una herencia, se vean como herederos de esa lucha revolucionaria”.  

Los antiguos ideales, ese imán para algunos y para otros no 

Por extraño que parezca, en un contexto cada vez más enfocado en el consumo y el capitalismo, hay jóvenes en Guatemala que todavía defienden ideas socialistas, a veces incluso radicales. Arnoldo Soch es un joven que se acaba de sumar a las filas de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), de manera muy activa. Demasiado.   

Soch fue candidato a diputado por la URNG, postulado para el distrito de Totonicapán. No logró buenos resultados. Pero seguirá con ese partido. “La idea es empezar a trabajar de una vez”, dice. 

En el departamento de Soch la URNG  logró 3 mil 25 votos, de los ocho municipios el que más apoyó fue la cabecera departamental con mil 232, y el lugar donde menos, Santa Lucía la Reforma. 

En 2023, la URNG en alianza con Winaq lograron una única diputación, la de Sonia Ranguay. Foto: Edwin Bercián.
En 2023, la URNG en alianza con Winaq lograron una única diputación, la de Sonia Ranguay. Foto: Edwin Bercián.

El excandidato de URNG no pasa de los 35 años, y a su alrededor lo acompañan jóvenes entre las mismas edades. Ninguno de su equipo de trabajo sobrepasa los 40 años. Y en Totonicapán se les veía con jeans azules, chalecos blancos, gafas negras y zapatos cómodos, durante su campaña política de 2023. 

Soch presume de haber realizado una campaña austera, donde los mismos afiliados apoyaron con banderines y algunas mantas. Así visitaron los ocho municipios de Totonicapán. Un departamento que no necesariamente ha sido una fuerza para la izquierda en Guatemala. 

En las visitas a las diferentes comunidades estos jóvenes de izquierda. iban acompañados de la música de Los Guaraguao, grupo musical venezolano que se ha distinguido por sus canciones de protesta, muchas han sido el himno de varios movimientos sociales de latinoamérica, un género que se aleja cada vez más de la música moderna. 

Pero ¿qué le atrae de ese partido?

“Con ellos compartimos los mismos ideales. Esa es la razón”, asienta Soch.

¿A qué ideales se refiere? 

“Luchar por las causas justas de las comunidades. A diferencia de otros partidos políticos nosotros sí hemos caminado en las comunidades y sabemos las carencias”, dice. 

Soch tiene una voz enérgica, sabe qué camino seguir para los próximos cuatro años, pero hay un obstáculo en el mismo partido (URNG). “Lo difícil ha sido lograr el relevo generacional”, dice. 

Una de esas señales que dificultan el relevo generacional que menciona Soch se ve, por ejemplo, en que la izquierda (y no sólo la URNG), no está posicionada en las redes sociales (tik tok, instagram, facebook y twitter). No existe un discurso asociado a la distribución de la riqueza, a un Estado fuerte capaz de controlar la economía de todos los ciudadanos, y es una izquierda que tampoco aboga abiertamente por los temas de género o el feminismo, solamente se ha centrado en el socialismo. 

Pero Soch tiene la esperanza que poco a poco los espacios se abran y las estrategias se renueven. “hace falta creer que ya no estamos en la guerra”, afirma.  

“No nos iremos a otro partido, nacimos de URNG y moriremos con la URNG”, afirma Soch. 

Para el analista político Renzo Rosal la izquierda de Guatemala ha sido incapaz de evolucionar y adaptarse a contextos más actuales. “El tema de la izquierda en este país, no ha tenido cabida particularmente por mucha irresponsabilidad de la izquierda, es decir, la URNG vive todavía con postulados de la guerra fría, vive todavía como que el conflicto todavía estuviera presente”,  dice.

“En estos últimos procesos electorales han sobrevivido (URNG) simple y sencillamente porque han hecho coalición con Winaq, un partido que también proviene en buena medida de la lucha armada, pero que tiene organización comunitaria, tiene un elemento indígena”, explica Rosal 

En 2023 la URNG postuló a Amílcar Pop en alianza con Winaq para la presidencia. Foto; Edwin Bercián.
En 2023 la URNG postuló a Amílcar Pop en alianza con Winaq para la presidencia. Foto; Edwin Bercián.

2027 la esperanza de renacer 

Carlos Barrios, el secretario de la URNG, mantiene que para el 2027 las cosas van a mejorar para el partido de izquierda. Por el momento los consensos y las reflexiones a lo interno del partido ya se están produciendo y “los jóvenes están pidiendo participación y estar en puestos claves. Eso es bueno”. afirma. 

Sobre una izquierda posiblemente evolucionada, Barrios dice: “Creo que hay un camino para la izquierda, una izquierda verdadera, no en una anclada en la guerra fría y en los planteamientos amigo y enemigo. El país necesita una izquierda distinta. Moderna”. 

Por ahora la izquierda más longeva de Guatemala sigue viva y promete rejuvenecer y mostrar mejores resultados. Desaparecer, a pesar de sus resultados, no es un tema para discutir.